Las tres noticias positivas de la semana (V)

Rebeca Grynspan. / Mundiario
Rebeca Grynspan. / Mundiario
Dentro de las informaciones catastróficas que nos abruman cada siete días, el autor sigue con la intención de resaltar en su columna semanal las buenas noticias que le han llamado la atención, esta vez entre el 8 y el 14 de junio.
Las tres noticias positivas de la semana (V)

Leí en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung del lunes, 8 de junio, que el Parlamento alemán cree haber encontrado una salida al conflicto entre el Tribunal Constitucional (TC) alemán y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (THUE). Como el lector recordará, los jueces de Karlsruhe criticaron en mayo una sentencia de sus colegas de Luxemburgo de diciembre de 2018, en la que validaban la compra de bonos públicos por parte del Banco Central Europeo (BCE) de 2015 en adelante, siguiendo la línea marcada por su expresidente Draghi: “¡Haré todo lo necesario para salvar el euro!”. Al mismo tiempo, daban luz verde al Bundesbank para oponerse a medidas del BCE que tuviesen, por ejemplo, un efecto negativo “para el ahorrador alemán”. 

Que el TC alemán criticase a su banco central y contradijese una decisión del TJUE causó gran inseguridad y controversia entre juristas y llevó a reacciones muy duras: desde Bruselas, que amenazó con obligar a Alemania a suscribir expresamente la sentencia del TJUE, desde Luxemburgo, que reclamó su rol de único tribunal guardián de los Tratados Europeos, y desde Fráncfort, la sede del BCE, que defendió su independencia frente a cualquier poder que no sea el TJUE y el Parlamento Europeo. 

La solución que proponen parlamentarios cristianodemócratas, socialdemócratas, liberales y verdes es creativa: primero, que el Parlamento Europeo pida al BCE las explicaciones pertinentes sobre la proporcionalidad de sus medidas. Y segundo, que el Parlamento alemán invite a parlamentarios europeos, para que en una comparecencia ante una comisión refrenden lo dicho por el BCE. Así todas las partes salvarían la cara: Frankfurt, Karlsruhe, Berlín, Luxemburgo y Bruselas.

El segundo ejemplo de una buena noticia también tiene que ver con una propuesta creativa. Resistiendo la presión de Ylva Johansson, comisaria del Interior en Bruselas, de abrir las fronteras en el espacio Schengen del 15 de junio en adelante, España insiste en su alternativa: la puesta en marcha de un corredor turístico entre Alemania y Baleares. Este proyecto piloto va a permitir a partir de hoy la llegada de 10.900 turistas a las islas, con el fin de comprobar el buen funcionamiento de la seguridad sanitaria. El procedimiento es sencillo: los turoperadores y las líneas aéreas facilitan las listas de pasajeros, los turistas rellenan a su llegada un cuestionario de salud, deponen un número telefónico de contacto y permiten que se les mida la temperatura corporal. Si un ciudadano alemán muestra síntomas, se les realiza a él y a las personas de su entorno el test PCR. Y si hay un rebote, se suspende el proyecto.

La apertura parcial servirá para poner a pruebas los protocolos en aeropuertos, hoteles, playas y otras zonas de ocio, así como el buen funcionamiento del rastreo de posibles infectados y del sistema de salud en general. Si el experimento se documenta y comunica adecuadamente, limitará el miedo europeo de visitar España a partir del 21 de junio. Deberá ir acompaño desde Madrid por una campaña de promoción, acentuando que España está de vuelta, siempre y cuando los visitantes se comporten responsablemente. 

Y para completar el trío de noticias que premian la creatividad, añadir el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades para la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y el Hay Festival. El jurado reconoce la labor de dos eventos culturales que “reúnen en torno a la literatura a los públicos más variados y congrega cada año a cientos de miles de visitantes para fomentar entre ellos el hábito de la lectura. La Feria de Guadalajara y el Hay Festival contribuyen decisivamente, además, a fortalecer las industrias culturales y hacerlas sostenibles”.

La FIL es la mayor cita editorial en español y la segunda del mundo, solo detrás de Fráncfort. Fue fundada 1987 en la ciudad mexicana por Raúl Padilla, con el apoyo de la Universidad de Guadalajara. El Hay Festival nació en 1988 en el pueblo galés Hay-on-Wyle, de la mano de Peter Florence. Desde 2006 el certamen es itinerante y cuenta con una fuerte presencia en el mundo hispanohablante, gracias a la directora internacional Cristina Fuentes de Roche y a su colega en España Sheila Cremaschi. Encuentros pasados tanto en la Península Ibérica como en Colombia y Perú se van a enriquecer este septiembre con uno en Querétaro (México), en formato digital, y otro en Segovia, que aspira a ser presencial. 

Los premios llegan en un momento complicado para la cultura en lengua española en particular y para América Latina en general. En un artículo de opinión en El País del 10 de junio, la secretaria general iberoamericana Rebeca Grynspan observa que allí la “pandemia del coronavirus está teniendo un profundo impacto… Estamos ante una triple crisis sistémica – sanitaria, económica y social – que representa la amenaza más grande que han enfrentado nuestros países desde casi un siglo. América Latina sufre ya la muerte de más de 65.000 habitantes y la amenaza de un aumento de la pobreza de 30 millones de personas, de la inseguridad alimentaria en más de cinco millones de familias y la pérdida de 12 millones de empleos. Un panorama extremadamente preocupante”. 

Que también se ceba con el mundo de la literatura. Bienvenidos pues galardones como los Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2020. Y bienvenidos tres libros de autores iberoamericanos. No son los últimos lanzamientos, pero literatura creativa muy recomendable. Por orden de aparición, primero: “El país inventado”, de la chilena Isabel Allende (2003), que recrea la historia de su país y la propia. Según El Cultural, “entre la nostalgia y el humor deambulamos, con constantes pérdidas de rumbo, por un mundo que se ha construido con palabras”. Segundo: “Tiempos recios”, del peruano Mario Vargas Llosa (2019), lo mejor que ha escrito desde “La Fiesta del Chivo”, transformando un episodio de la política guatemalteca en los años 50 en un acontecimiento de especial relevancia para el continente americano. Y tercero: “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo (2019), un ensayo sobre la historia del libro, según el poeta y ex secretario de Estado de Cultura Luis Alberto de Cuenca “gran literatura” por parte de una autora zaragozana que “escribe como los ángeles”.

Los ejemplos anteriores confirman la vigencia de una frase de Albert Einstein: “La creatividad es contagiosa, ¡pásala!”. @mundiario

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