Una población silenciada y aborregada: Nos quieren quietos, callados y doblegados

Manifestación en la plaza de Maria Pita de A Coruña contra la marea negra del Prestige.
Manifestación en la plaza de Maria Pita de A Coruña contra la marea negra del Prestige.

La libertad está amenazada en España. Con un Gobierno con mayoría absoluta y la nueva ley de seguridad ciudadana que se pretende imponer, todos mudos, todos quietos...

Una población silenciada y aborregada: Nos quieren quietos, callados y doblegados

Vamos a seguir en la senda de lo políticamente incorrecto, y civilmente, molesto. ¿Les place? Vamos allá. Empecemos por recordar, por si alguno o alguna se olvida, que España es demócrata desde hace muy poquito, o sea, que la mayoría de la población española se dejó dirigir por un dictador fascista durante 40 años. Eso marca.

La persona que se somete a ser gobernada por un dictador que muere en cama y por ley de vida y sin que nadie tenga lo que hay que tener para echarlo, es muy indicativo del país que somos, o tenemos…o sufrimos.

Según las ultimas encuestas, si hubieran elecciones, en España volvería a salir elegido el Partido Popular, después de un gobierno de derechas absolutamente nefasto, donde, vendidos a Europa (no gobiernan sino se dejan dirigir por Europa), la educación y la sanidad sufren recortes brutales y sangrantes que dejarán huella en la población durante mucho tiempo, donde para buscar justicia tienes que pagar unas tasas desproporcionadas, donde la crisis económica se ceba con los más débiles ante la impasibilidad de los gobernantes, y los que somos padres vemos a niños que acuden a los centros educativos sin desayunar, sin comer… y que a la vez, tenemos que soportar la indecencia pública de casos de corrupción política aberrante, y con signos claros y dolorosos de inmunidad judicial, y te paras, y piensas que todo este esfuerzo ¿para qué?

¿Hablamos para sordos? ¿Luchamos para nada? ¿Esta población está tan terrible y absolutamente sumisa y dominada?

¿Somos hijos de la dictadura... o nietos, y nos ha quedado impreso en el ADN de tal manera que somos incapaces de reaccionar ante la Injusticia?

Menos justicia en España

Escribo después de volver a salir a la calle a protestar por una Ley de Tasas Judiciales absolutamente injusta y que impide a la ciudadanía acudir a los tribunales para que le solucionen los problemas; porque la aplicación de esta ley elaborada por el peor ministro de Justicia de la historia de España, no hace que desparezcan los problemas, no, reduce los pleitos pero a costa de que los ciudadanos con problemas no puedan reclamar justicia.

Hay menos pleitos, porque hay menos justicia. ¡Qué bonito…!

Mención aparte merece el anteproyecto de ley de seguridad ciudadana, cuyo borrador aún no he tenido la suerte de poder leer, por no estar disponible para la ciudadanía, y para cuya lectura me reservo la ingesta de dos chupitos de ron para amortiguar el susto, porque de lo que vamos sabiendo, cabe pensar en unos capítulos de la serie “Cuéntame”, todo uno.

Reflexionemos un poco: tenemos un Parlamento, que es el que elabora leyes, y un Gobierno con mayoría absoluta que le permite implantar leyes a su antojo, por mucha oposición que haya en el hemiciclo. Debates sí, sesiones sí… bla, bla.. pero la mayoría absoluta se impone y las leyes del Gobierno salen adelante, se implantan, vaya. (Inquietante verbo, Implantar).

Más represión

Ante esto, a la población ¿qué le queda? Protestar. Pero eso molesta, mejor elaboremos una ley que reprima a estos ciudadanos que protesten, sobre todo cerca del Congreso de los Diputados, la cámara de representación del pueblo, ¡qué osadía!. Así que tenemos leyes impuestas por un gobierno con mayoría absoluta y una población reprimida con una ley que multa cualquier protesta.

¿Qué tenemos? Pretenden sancionar vía gubernamental comportamientos que no están en el Código Penal español, y que vulneran derechos fundamentales.

¿Qué tenemos?, insisto. Pensémoslo un ratito. Nos van a querer impedir gritar, nos querrán impedir protestar, nos querrán cercenar la ira, y la rebeldía ante la injusticia. Querrán silenciarnos, querrán aborregarnos, y volvernos aún más sumisos, pero en mi fuero interno sé que hay algo dentro de cada ciudadano y ciudadana de este país que se rebelará, quiero creerlo, porque continúo teniendo fe en que la gente despierte, yo sola no soy nada, pero juntos, somos todo.

A la calle, a protestar...
En breve, esta idealista volverá a salir a la calle a protestar por la desigualdad, la inmoralidad, la injusticia, la corrupción, y me quedaré sin voz reclamando educación pública y sanidad para todos, y justicia social. Y mantendré viva la esperanza de que poco a poco, el despertar de mi pueblo se vaya produciendo. Ni sumisos, ni silenciados, ni quietos, ni doblegados.
No sé a ustedes, pero a mí cada vez me resuena más en los oídos un estremecedor: “¡Quieto todo el mundo!

 

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