La negociación por separado para renovar los órganos constitucionales dio mal resultado

Pedro Sánchez y Pablo Casado. / Mundiario
Pedro Sánchez y Pablo Casado. / Mundiario

El presidente del Gobierno pide al Partido Popular que desbloquee la renovación del Consejo General del Poder Judicial pero no se plantea cambiarlo sin el principal partido de la Oposición, por lo propone que se levanten los vetos. ¿Acertó al negociar primero el consejo de RTVE?

La negociación por separado para renovar los órganos constitucionales dio mal resultado

Mantener congelada la renovación de diversos órganos constitucionales, durante más de dos años por parte del PP, es una decisión que define a Pablo Casado como un político alejado del respeto a alguno de los mandatos de la Carta Magna y en favor de no se sabe que oscuros intereses.

Pablo Casado es, en ese sentido, un político no fiable y lo vuelve a demostrar cuando, después de haber llegado a un acuerdo en el consejo de RTVE, bloquea nuevamente la resolución del nombramiento de otros órganos, curiosamente de aquellos vinculados al poder judicial. Muchos pensamos que esta decisión puede deberse a los procesos judiciales que tienen pendientes y afectan a su partido.

¿Es posible pensar que esta posición podría responder a un disenso pactado? No lo creo. Pablo Casado viene demostrando que su personalidad es de cambios constantes y en breves períodos de tiempo, así lo afirman hasta sus propios compañeros de militancia.

Bisoñez e ingenuidad

Conociendo los antecedentes, me parece una bisoñez y una gran ingenuidad negociar por separado la renovación de los órganos constitucionales. La negociación y el acuerdo deberían haberse hecho en bloque.

Empezar las conversaciones y acordar la composición del consejo de RTVE –en el cual el PP ha sacado una tajada importante– ha sido una equivocación porque, desde mi percepción, ese órgano no era el prioritario para llegar a pactos.

El PP sale bien parado en RTVE

El PP, una vez conseguida una mayor representación en el consejo de la RTVE que la del grupo parlamentario socialista –cuando no le correspondería de acuerdo con la composición parlamentaria respectiva–, se enroca en su postura inicial y vuelve a hacerse fuerte en las negociaciones sobre los cambios democráticos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y en el Tribunal Constitucional (TC).

De optar por una negociación por separado de cada órgano, lo lógico hubiera sido comenzar por los más importantes, que coinciden con los que el partido popular menor interés tiene en renovar (el CGPJ y el TC), porque dispone de una mayoría conservadora que considera beneficiosa. @mundiario

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