Devaluar la democracia y sembrar el miedo es la gran victoria de la derecha

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Portada de La Náusea, de Jean Paul Sartre.

En esta guerra de desgaste y desprestigio de la democracia, solo la derecha gana posiciones, instalando en el imaginario colectivo el consejo franquista: “No se metan en política”.

Devaluar la democracia y sembrar el miedo es la gran victoria de la derecha

Una vez más, la luz ha venido del Sur, en concreto de Sevilla, y no me refiero al foco intermitente de Susana Díaz, esa Macarena laica dispuesta a inmolarse por la patria, cuya sonrisa tanto nos deslumbra. La luz ha venido del Ayuntamiento de Sevilla, sorprendiendo al mundo con un referéndum para decidir si se prolonga la feria de abril una semana más, a propuesta del alcalde socialista, Juan Espadas. ¡Esto es lo que se llama empoderar al pueblo! Tomen nota los suizos y los de Podemos.

¿Qué será lo próximo? ¿Un referéndum en Galicia para decidir el nombre del niño que espera el Presidente Feijóo, asunto privado que él mismo ha metido oportunamente en campaña?

Trivializando la democracia podemos llegar muy lejos, hasta los éxitos de Merkel en Berlín, o incluso a esa mayoría arrasadora de Putin que Rajoy envidia sin disimulo. En esto de aguar la democracia el IBEX35 nunca se equivoca, ahí está el último ObSERvatorio de My Word para confirmarlo: cuanto peor, mejor para la derecha. En esta guerra de desgaste y desprestigio de la democracia, solo la derecha gana posiciones, instalando en el imaginario colectivo el consejo franquista: “No se metan en política”.

Desprestigio, bazofia, hartazgo, cansancio… me faltan palabras, las pido prestadas al olvidado Jean-Paul Sartre: La Náusea. El absurdo sostenido siempre sobre la amenaza y el miedo: ¡Unas terceras elecciones son el Apocalipsis! ¡La economía se hunde! ¡Pedro es un antipatriota! ¡Que viene el lobo!, y mientras el pánico cunde en las tertulias, el PP sigue haciendo caja.

Sería el único partido que sube un poquito, dice el ObSERvatorio: la miseria de cuatro décimas, con la abstención disparada. Así entiende la democracia el PP: cuantos menos ciudadanos voten, mejor nos irá, los nuestros nunca fallan, vamos a seguir sembrando insultos a troche moche. Desgaste, ataques, ventilador en el pozo negro, que se hable más de los ERES, que la gente desenganche, desmovilizar aún más a la izquierda, que el país desconecte... ¡Qué asco de política!, diremos pronto todos.

He ahí la gran victoria de la derecha: un país al borde de la náusea. Unidos, impertérritos, sin pestañear, mientras la izquierda plural se apuñala en público y en privado, y los socialistas andaluces convocan en Sevilla el referéndum más importante del siglo: si ampliamos o no unos días de fiesta. En cuanto a la consulta a las bases socialistas sobre permitir o no el gobierno del PP, si acaso ya hablamos después de Navidad, mientras Rajoy se toma tranquilamente las uvas en La Moncloa. @ValentinCarrera

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