Nada es desdeñable cuando tenemos en las manos el valor de nuestras opiniones

Cartel de UGT sobre el paro en España.
Cartel de UGT sobre el paro.

En España la tasa de paro juvenil alcanza el 53,9%, por debajo de Grecia; el paro femenino un 26,1%, por detrás de Grecia, y el paro masculino, del 24,6%, lidera la UE.

Nada es desdeñable cuando tenemos en las manos el valor de nuestras opiniones

“Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento”

Abraham Lincoln

 

En algún momento, en el camino, se presenta la oportunidad de elegir. La eterna contradicción entre el bien y su contrario, diríase que indisoluble e irremediablemente unidos entre sí,  y a la condición humana.

Algunas veces nos inclinamos de forma inconsciente en las elecciones personales, hacia una  apariencia de bondad con un leve rubor fariseo, que nos coloca con la mayoría, que beneficia los intereses de la mayoría. Una forma de debilidad, que nos lleva a encontrar disculpas para encubrir nuestros errores, incapaces de luchar por nuestras ideas.

Qué decir del eterno encanto del lado oscuro, que nos encadena y nos atrae con su falso brillo. Del momento en el que nos posicionamos a su lado. Que nos vendemos al poder del dinero aquejados entonces de una ciega superioridad, que somete, utiliza y menosprecia.

¿Y dónde dejamos el análisis, la razón, la inteligencia práctica, la emocional también? En resumen algo cercano a los buenos sentimientos,  a una sencilla sensatez.

Somos  puntos pequeños en nuestra condición unitaria de individuos, frente a  una elocuente crueldad que mancilla al débil: Pobreza, secuestro, violencia, enfermedad. Encogemos los hombros con tristeza pensando lo poco que podemos hacer. Pero sí podemos hacer: ejercer la libre elección de actuar como ciudadanos cívicos, empresarios honestos, trabajadores responsables.

Y entonces, ¿por qué no elegir “Políticos íntegros”?. Verdaderos representantes del pueblo al servicio del bienestar y de la paz de sus ciudadanos. Políticos no solo que escuchen nuestras necesidades y sepan valorarlas, sino que encuentren soluciones eficaces en la búsqueda de una mayor satisfacción y sensibilidad social.

La pregunta que subyace es, ¿Cómo distinguirlos?  En el marco de tan significativa cuestión y ya en el horizonte, las próximas elecciones europeas.

La conformación del Parlamento Europeo tendrá un papel fundamental en la toma de decisiones que afecten al diseño de las políticas económicas y sociales de indudable incidencia en el futuro de nuestro país, en el futuro de sus estados miembros, al menos en los próximos cinco años.

Pensemos, no solo en nuestros intereses, defendamos también los de que aquellos que están sufriendo graves problemas económicos. En España la tasa de desempleo (25,3 %) la sitúa en el segundo país de la UE con mayor índice de parados. Y dentro de la eurozona las cifras de desempleo alcanzan ya a prácticamente a 19 millones de personas, cantidad que en la UE sube hasta alcanzar casi 26 millones de ciudadanos en situación de desempleo.

En España la tasa de paro juvenil alcanza el 53,9% solo por debajo de Grecia; el paro femenino un 26,1%  solo por detrás de Grecia; y el paro masculino 24,6%  lidera el desempleo en la UE. Son cifras abrumadoras, sobre todo por lo que suponen de dramas personales, familiares, desarraigo y desamparo.

Estos datos deben llevarnos a una profunda reflexión, a la ineludible necesidad de ejercer responsablemente nuestro derecho a votar, cada uno en conciencia, con las ideas que crea más acertadas y convenientes. Se trata de un acto democrático libre e igualitario.

Nada es desdeñable cuando  tenemos en nuestras manos, el valor de nuestras opiniones.

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