Los nacionalistas escoceses conservan su predominio a pesar de la clave bipartidista

Nicola Sturgeon. / Daily Express
Nicola Sturgeon. / Daily Express

Aunque perdieron 21 escaños y 13 puntos en voto, los nacionalistas escoceses continúan siendo la primera fuerza política y tercera británica y obtienen el segundo mejor resultado de su historia a pesar de la clave estatal de estos pasados comicios.

Los nacionalistas escoceses conservan su predominio a pesar de la clave bipartidista

Muchos de los  comentarios surgidos-interesadamente- en Londres y Madrid sostienen que el resultado de los nacionalistas escoceses del  Scottish National Party (SNP) en las últimas elecciones británicas ha sido un fracaso catastrófico. Y ello no es cierto, desde una perspectiva global e histórica.

El Reino Unido elige en circunscripciones uninominales (el que gane por un voto se lleva el escaño) 650 diputados, de los que Escocia vota 59. En las elecciones de 2015 el SNP obtuvo 56 sobre 59, con un 50% de votos, mientras que ahora obtuvo sólo 35 (60% de los escaños escoceses), con un 37% de votos. Si a esto le añadimos que Angus Robertson, vicelíder del partido y Alec Salmond, anterior first minister perdieron sus respectivos escaños frente a conservadores escoceses,  la pérdida relativa ha sido  importante y justifica la llamada al análisis demorado y al control de daños de la líder nacionalista y actual  first minister Nicola Sturgeon.

Pero los resultados de 2015 fueron absolutamente excepcionales.El propio periódico nacionalista The National los calificó de freakies. En las anteriores estatales de 2010 el SNP había obtenido sólo 6 escaños. Lo que ocurrió en las elecciones generales de 2015 fue que el SNP cohesionó todo el voto afirmativo del referéndum de 2014 y una fracción del negativo, surfeando la ola del enfado de la mayoría de la ciudadanía con las promesas incumplidas de los tres partidos unionistas de un incremento sustancial de la autonomía si la ciudadanía votaba NO. Por tanto, fue el propio electorado laborista, conservador o lib dem quien no fue a votar o prestó su apoyo al SNP, ante el desprestigio general en Escocia de las opciones unionistas.

Sin embargo,  en estos dos años el Partido Conservador Escocés, liderazgo por Ruth Davidson, mujer contraria al Brexit, de origen obrero y que confiesa abiertamente su homosexualidad, supo canalizar  la expresión política de sectores sociales que temen más la independencia que el Brexit hasta conseguir el 28% de los votos el jueves pasado. Por otra parte, la progresión de Corbyn movilizó parte del voto de centro-izquierda escocés a favor de los laboristas, en unas elecciones en clave bipartidista en las que lo que se jugaba en los últimos días era se iba a gobernar Theresa May o Jeremy Corbyn.

Por tanto,  el resultado conseguido por el SNP en la Escocia no fue ninguna catástrofe, sino la clara concreción de que, incluso en unas elecciones en clave estatal y bipartidista, la mayoría relativa de los votantes escoceses sigue votando nacionalista escocés. Obteniendo el segundo mejor resultado de la historia del SNP en unas elecciones generales británicas.

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