La mutación del sistema: del bipartidismo imperfecto a la coalición bipartita

Atomización y pactos sustituirán al bipartidismo
Los pactos protagonizarán los gobiernos de los próximos años.

En las últimas tres décadas, PP y PSOE acaparaban de media el 75% de los votos. La crisis instaura un nuevo paradigma electoral con Ciudadanos y Podemos.

La mutación del sistema: del bipartidismo imperfecto a la coalición bipartita

En las últimas tres décadas, PP y PSOE acaparaban de media el 75% de los votos. La crisis instaura un nuevo paradigma electoral con Ciudadanos y Podemos.

La historia duró unos 30 años. Desde 1982, socialistas y populares se han repartido el pastel de los votos. Los primeros gobernaron 21 años; los segundos, 12. Lo hicieron solos o con el apoyo de los partidos nacionalistas, a los que el sistema electoral dio un plus de representatividad para asegurar el pluralismo en el Congreso. Al invento se le denominó bipartidismo imperfecto. En 2008 llegó la crisis y el edificio se fue agrietando.

La corrupción, la desafección política y el aumento de desigualdades las ensancharon durante siete años. Las encuestas auguran que las cuatro elecciones de este 2015 van a ser un punto de inflexión. Un cambio de paradigma.

3 de cada 4 votos, al PSOE o al PP

La victoria de Felipe González de 1982 inauguró el bipartidismo. Si el esplendor del PSOE se vivió a principios de los 80 con el 48% de los votos, el del PP fue con Aznar en el año 2000, con el 45% de los sufragios. Los socialistas viven en la actualidad su momento más bajo: un 29% de los apoyos en 2011. El resultado es semejante al obtenido por la derecha en los comicios de los 1982 o el 1986 (26%).

Unos y otros han sido el partido de cabecera de la gran mayoría de españoles durante las últimas tres décadas. En las nueve elecciones generales celebradas desde 1982, el PSOE ha obtenido de media el 40% de los votos (supera los 9,2 millones) mientras que el apoyo al PP se queda en el 35,5% (más de 8,3 millones). La suma de ambos muestra que tres de cada cuatro electores (75%) han confiando en una de las dos formaciones durante los últimos 30 años. En valores absolutos, más de 17,5 millones de españoles han escogido de media en cada consulta al Congreso a populares o socialistas.

Como vemos, el bipartidismo estuvo bien engrasado durante el período 1982-2011. La última victoria del PP, ya en plena crisis económica, supuso el primer descalabro socialista. El modelo flaqueaba. Los resultados de los comicios al Parlamento Europeo del año pasado confirmaron la tendencia: el PP sólo consiguió el 26% de los votos y el PSOE, el 23%. En el 2009 sumaban 12,8 millones de votos (el 81%); en el 2014 apenas llegaron a los 7,6 millones (el 49% de los sufragios).

Bipartidismo en España. Votos del PP y del PSOE

NOTA: El gráfico contiene los resultados de las elecciones al Congreso en el período 1982-2011 y de los últimos comicios del 2014 al Parlamento Europeo. Fuente: Ministerio del Interior  

Podemos y Ciudadanos, como los eucaliptos

La crisis se encargó de transformar el sistema. Ha podado el árbol por arriba (el PP y el PSOE tratan de amortiguar la caída y ya no contemplan gobernar sin apoyo), y ha abonado el terreno para que surjan nuevas raíces (Podemos y Ciudadanos). El cambio se ha asentado entre el cabreo ciudadano con los recortes y los debates televisivos en horario de máxima audiencia. Un indicio muestra que la cosa va en serio: los ataques a los dos recién llegados ocupan minutos de telediario. La última ocurrencia: ese empeño de los populares de recalcar con el fonema /s/ el origen catalán de Ciudadanos…

Tradicionalmente, los mayores problemas que tenían los nuevos partidos para consolidarse procedían de la falta de financiación y las dificultades para crear una estructura territorial. Y aquí se asienta una de las novedades del cambio de paradigma: Podemos y Ciudadanos han sido catapultados por una parte significativa de la sociedad que demanda látigo y aire fresco a partes iguales. Han crecido rápido. Como los eucaliptos. En un visto y no visto han ocupado el paisaje político. Aspiran a tomar el cielo por asalto. Y lo quieren hacer sin prestar mucha atención a las etapas intermedias y a la estructura, eso tan preciado en lo que asentaban el poder el PSOE en Andalucía o el PP en Galicia. Acertar con los cuadros autonómicos y mantener la coherencia de discurso y acción será otro de sus grandes retos. En el día a día… y a la hora de pactar gobiernos.

Los pactos y la coalición bipartita

Los cuatro procesos electorales de este año van a ser un agotamiento. Tanto escándalo y tanta acusación han dejado al ciudadano exhausto y muy bregado. Pocas cosas sorprenden y, como diría el gran Alvite, lo único que se acepta ya sin pestañear es la Ley de la gravedad… Podemos modera su discurso, Ciudadanos se presenta como la llave de la estabilidad, el PP suaviza sus medidas más impopulares para mantener la hegemonía y el PSOE se revuelve para recuperar terreno. Todos tendrán que manejar los pactos postelectorales con cautela y analizando los costes y beneficios futuros…

En principio, los socialistas pueden hacerlo con todas las formaciones. Los populares, por su parte, tienen a Ciudadanos como su aliado natural aunque no esconden la posibilidad –ahora sí- de constituir una grosse koalition a lo alemán. Este lunes, Mariano Rajoy reivindicó el bipartidismo en una entrevista en Onda Cero. Defendió los partidos consolidados “frente a los que se vuelven importantísimos en tres meses” y dijo que “España es uno de los cinco países del mundo en donde más se ha incrementado la renta per capita en 40 años, nuestro turismo genera 75 millones de visitantes... creo que es un gran país gracias en parte a los dos partidos que han estado gobernando, que han prestado un gran servicio en todos estos años".

Aunque el presidente reclame parte del mérito de lo conseguido en los últimos años sabe que uno de los efectos de la crisis va a ser la transformación del comportamiento electoral. No se sabe si a corto o a largo plazo, pero lo cierto es que ahora serán cuatro para repartirse el pastel.  Ustedes siéntanse en la mesa. Preparen plato y cubierto para un nuevo escenario político sin rodillos y con dos grandes coaliciones a priori a izquierda y derecha. Del bipartidismo imperfecto… a la coalición bipartita.

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