Mucho cuidado con lo que te cuentas

Cristina Cifuentes. / Twitter
Cristina Cifuentes. / Twitter

No obstante, lo que me ha provocado este escrito no es otra que las clavadas con las que- eso se dice, se comenta... que yo no lo he visto ni buscado- algunos personajes más o menos famosillos encasquetan a su «Curriculum Vitae», sin otro ánimo que el de deslumbrar al resto del personal con tan ampulado y presuntuoso documento. A veces incluso compulsado por cualquier institución académica de dudosa existencia o reputación.

Mucho cuidado con lo que te cuentas

Por más que uno lo pretenda, no deja de sorprenderse con las primicias que los noticieros - internacionales, nacionales, autonómicos, locales e incluso personales- intentan abordarnos día a día; mañana a mañana, y, de ser posible, dejarnos pasmados hasta la que tenga a bien venir posteriormente. Que siempre intentará ser igual, cuando no más, indignante, enojante, cabreante (hay más calificativos, que conste) para que produzca un rebote de padre y muy señor mío a cualquier buena gente que lo sea y se precie de serlo.

En estos momentos, precisamente, me entero de que Bárcenas (ese de los papeles encriptados) ha sido condenado a treinta años de trena. Y el Correa ese (el que todos conocemos por la boda de no sé quién, la hija de Aznar me parece) a unos cuantos más en un trullo del que, en menos de lo que usted -o yo- tardamos en ‘terminar una carrera universitaria’ saldrán limpios de polvos y pajas.

No obstante, lo que me ha provocado este escrito no es otra que las clavadas con las que- eso se dice, se comenta... que yo no lo he visto ni buscado- algunos personajes más o menos famosillos encasquetan a su «Curriculum Vitae», sin otro ánimo que el de deslumbrar al resto del personal con tan ampulado y presuntuoso documento. A veces incluso compulsado por cualquier institución académica de dudosa existencia o reputación.

No podría tener otro ánimo, puesto que no es para buscar trabajo o medrar en el que ya poseen. En tal caso, se les vería el plumero a la primera de cambio ¡Que digo yo! O no...vaya usted a saber, que para un servidor ,y dadas las informaciones remitidas y ¿cotejadas?, algunas universidades españolas han quedado a la altura del betún más infecto gracias a sus augustos regidores. Verbigracia- y para uno, que conste, el inestimable rector de la universidad ‘Rey Don Juan Carlos Primero’ - llamado “Magnífico -los rectores siempre son magníficos- y Excelentisismo señor don Javier Ramos López”. Quien tras defender enconadamente las actuaciones de sus adláteres en una primera rueda de prensa, se va yendo abajo más o menos rápido y...donde dijo ‘digo’, ahora dice otras tontás más que pudieran apañarle para salvar su pellejo y su plazuela. Y si no se mira en las buchacas, miel sobre hojuelas, que dice el dicho.

Pero las cagadas tienen la fea tradición de derramarse y extenderse, máxime si la cagalera es presente y persistente. Poniendo el patio pestilente y salpicando a cada pisada.

A decir verdad -y muy personalmente- no termino de entenderlo. No comprendo cómo se pueden engordar currículos con titulaciones supuestamente solemnes y rimbombantes - en inglés, ni decir tiene- que ni significan absolutamente nada y sirven para menos, si es que cabe.

Pablo Casado puso sus barbas a remojar después de ver las barbas -en pulcra depilación, claro está- de su vecina Cristina Cifuentes peladas. Y por lo que interpreto, de poco le va a servir el haberse ensopado profusamente sus mejillas, porque sospecho que le va a caer la del pulpo. O eso dicen.

El último que, por lo que dicen, a abultado a base de bien su propio C.V (léase Curriculum Vitae, por favor, que de seguir con el tema , me canso mucho al escribirlo) es el posible primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, profesor también de no sé qué. Jurista creo.

Para mi que todo esto es un contubernio judeo-masónico o algo parecido. O de München. O peor. En otro caso no puedo digerir tanta animalada. ¿Hinchar un CV para impresionar a la basca? ¿ Petarlo de universidades extranjeras - preferentemente americanas - para deslumbrar a sus compis de promoción, quizá?

¡Inaudito!

¿Acaso no han oído o leído el celebérrimo refrán de «yo no digo ná, que luego to se sabe?».

Este tipo de gente que pretende aparentar lo que no consiguen ser, no solo empañan sus propias cualidades autóctonas (que alguna tendrán), sino que salpican de cochambre a personas e instituciones que ni lo han comido ni bebido. Léase universidad. Léase crédulos votantes.

Un servidor -a modo de particular ejemplo- se ha buscado en el google ese y, la mitad es mentira y la otra mitad se han endilgado mis posibles méritos otros listillos sabiondos que pretenden también empavonarse con valías que ni le pertenecen ni merecerían en sus más viles sueños.

Quizá por todo esto, y muchas cosas más, recomiendo fervientemente a todo bicho viviente que , si ha de publicar un CV, ponga solo dos cosas. En este orden:

1º.- Nombre, Apellidos y carné de identidad.

2º Domicilio indeterminado y muy probable intermitente.

Así, el que te quiera te querrá y el que no...a tomar viento fresco sin resfriarse.

O sea que, mucho cuidado con lo que te cuentas a ti mismo, que tampoco tienes el body para farolillos. Por mucho que creas que te crees tu creencias y deseos. @mundiario

 

 

Comentarios