Es el momento de hacer pedagogía en política y de recuperar la confianza de los ciudadanos

Congreso de los Diputados.
Congreso de los Diputados.

Buffet afirmó que se tarda 20 años en crear una reputación y 5 minutos en perderla. Si la gente pensara en ello, las cosas se harían de diferente forma. Y esta es la cuestión.

Es el momento de hacer pedagogía en política y de recuperar la confianza de los ciudadanos

Buffet afirmó que se tarda 20 años en crear una reputación y 5 minutos en perderla. Si la gente pensara en ello, las cosas se harían de diferente forma. Y esta es la cuestión. No hay imágenes, no hay referentes, no hay valores, o eso es lo que cree la ciudadanía según el último barómetro del CIS.

Me remito a la definición de “político” según la RAE. No puedo enumerar todas las acepciones, aunque le invito a que lo haga por curioso y lógico a la vez, pero me voy a quedar con dos. La cuarta acepción: “cortés con frialdad y reserva, cuando se esperaba afecto” y la décima: “Cortesía y buen modo de portarse”. Casi nada en los tiempos que corren. Por algún extraño motivo en nuestro país entendemos que representante político no tiene que trabajar en hacerse entender, en contestar correctamente y de forma transparente sobre cuestiones generales y particulares de su entorno, en conocer lo que quieren los ciudadanos, en saber cuál es la problemática y los portavoces o altavoces sociales que se la harán conocer para medir constantemente la temperatura social que les rodea. Y eso en sí mismo es un modus operandi, una forma de construir o no, el liderazgo. En política, en muchas ocasiones, las formas son el fondo. Hay que trabajar las formas, al igual que el fondo.

Asistimos a una constante pérdida de papeles. En Burgos, un boulevard encendió la chispa de una gran crisis municipal, extendiéndose incluso el término a creación de categoría, nada más ni nada menos: el efecto Gamonal le llamaron. En Galicia hay más de 70 políticos imputados en la Operación Pokemon. El ciudadano está cada vez más alejado de sus representantes políticos con un descrédito de las instituciones que las sitúan al borde del abismo. La respuesta: no salir a la calle, todos quietos, “que pase el temporal”.  En paralelo se escuchan rumores de una inminente “crisis de gobierno” término que paradójicamente significa que habrá cambios en el cartel ministerial. Crisis igual a cambio, por tanto. Pues esta es la crisis que tenemos que pasar a nivel general. Un cambio en el modelo de pensar, en el modelo de acercarse al ciudadano y en el modelo de tomarle el pulso a la gente. Insisto: un cambio en las formas y en el fondo.

Es importante tener claro cuáles son los ideales políticos del partido al que representas, es importante tener unos valores asociados al mismo y que la gente vote a favor o en contra de ellos, pero también es importante la pedagogía en la política. Hagamos pedagogía. Porque los ciudadanos estamos asistiendo a que los que gobiernan el barco, nuestro barco, el de nuestra ciudad, comunidad o país, salgan en los medios involucrados en operaciones policiales o judiciales que tal pudiera parecer que es ese su trabajo, porque por titulares no será. Y no me estoy refiriendo a la demagogia de pedir un empleo para alguien que lo necesita. Pero, ¿quién no ha hecho eso?. Me estoy refiriendo a que el debate no puede ser ese, sino que quien dirija, dirija con ejemplaridad, y me remito de nuevo a la definición de “político”.

Decía C. Degaulle: “Como los políticos nunca creen en lo que dicen, se sorprenden cuando alguien sí lo cree”. Cada vez menos ciudadanos creen que los políticos que los representan de una forma u otra, son honrados; que a diario toman decisiones difíciles que claramente condicionan el rumbo en la economía, la educación, la sanidad o que realmente su gran pasión es el trabajo público. Pero lo cierto es que los hay y su trabajo también está en que eso se perciba. He aquí la cuestión, recuperar la confianza haciendo pedagogía. Toca empezar.

Comentarios