Ya en Miraflores no tienen pueblo que los siga

Retumbaron las cacerolas en varias zonas de Caracas y del interior del país por el apagón. / Twitter
Las cacerolas retumbaron en varias zonas de Caracas y del interior del país por el apagón. / Twitter

La corrupción también mata. Así de crudo y así de trágico, en Venezuela, un país a oscuras. Nicolás Maduro no ha tenido la valentía de decirle la verdad a los venezolanos.

Ya en Miraflores no tienen pueblo que los siga

Escribo estas líneas bajo el apagón más largo de la historia, un país casi completo en tinieblas. La corrupción también mata. Así de crudo y así de trágico. Quienes robaron durante años el dinero de nuestro pueblo y fueron incapaces de darle mantenimiento a un sistema eléctrico que era ejemplar hoy son los responsables de la muerte de muchos venezolanos, porque todavía a esta hora no sabemos cuántos son en total, porque también que llegue la información en nuestro país se ha convertido en un drama.

Corruptos, sinvergüenzas, bandidos, incapaces. Un apagón que durante días ha asesinado a niños, que ha matado a pacientes de hospitales y que ha mantenido en la zozobra a todo un país no es sino el resultado de unos ineptos homicidas que ni siquiera son capaces de dar la cara y asumir su responsabilidad y como es su costumbre se amparan en cuentos chimbos de enemigos externos sumándole ahora lo de ataques “cibernéticos”.

A estas alturas, Nicolás Maduro no ha tenido la valentía de decirle la verdad a los venezolanos. Sus alcahuetas también siguen con la cantaleta de sabotajes y otras mentiras que sólo pueden venir de mentes crueles y capaces de incluso dejar morir a los más vulnerables.

La destrucción del sistema eléctrico nacional ha sido sistemática: cada año, cada mes, cada día se anunciaba una crisis que no quisieron atender, porque prefirieron robarse todo antes que pensar en las familias y en el futuro de Venezuela.

¿Cómo pretendían llevar adelante su espejismo revolucionario, si destrozaron algo tan fundamental como la electricidad? ¿Pretenden que se olviden las promesas de los cien días de Jesse Chacón y la sarta de mentiras y barbaridades del inepto mayor de Motta Domínguez? ¿Cómo han permitido que los hospitales de todo el sistema público de salud no tengan una planta eléctrica que funcione y que sirva para responder por la vida de los pacientes?

¡Hay niños muriendo por culpa de una manada de corruptos y quien usurpa el Palacio de Miraflores ni siquiera se ha atrevido a dar la cara! Corrijo, salió dos días después y a un acto escuálido politiquero al frente de su trinchera Miraflores! ¡Sólo eso!

¿Pero dónde estuvo el irresponsable de Nicolás Maduro, mientras sus políticas de Estado fallido asesinan venezolanos?

Se confirmó al menos de quince familias enlutadas. Y al régimen de Nicolás Maduro no le importa.

Y sus voceros del odio sólo sirven para esconderse detrás de unas cámaras, declarando en diferido, sin atreverse a que los periodistas independientes les hagan las preguntas importantes y fingiendo una normalidad que ya nadie les cree.

Y ninguno de los responsables de esta crisis o a alguien que delegaran haya sido capaz de acercarse a quienes han perdido a sus familiares por culpa de su indolencia.

Ha sido nuestro presidente encargado, nuestros diputados, el voluntariado por Venezuela y el liderazgo popular quienes han tenido la valentía y la empatía de acercarse a los hospitales, a acompañar el dolor de nuestra gente. Porque si, a mi como venezolano y como servidor público me afecta lo que viven nuestros hermanos venezolanos y todo lo que pueda hacer para ayudarlos lo haré. No se trata de cargo, se trata de tener la voluntad para hacerlo.

Y los culpables repiten la mentira del sabotaje porque les resulta imposible presentar un informe que no los ponga en evidencia como los corruptos que son.

Además, si la gravedad de la falla es del nivel que aseguran los expertos, los países que podrían prestarnos la ayuda técnica y profesional para atender la crisis forman parte de las democracias libres que han decidido desconocer al régimen usurpador y ponerse del lado de la democracia y la Constitución.

Yo estoy seguro de que en Venezuela existen los profesionales y el talento necesario para trabajar en conjunto con los técnicos y las empresas tecnológicas que pueden permitir no sólo superar la crisis del Guri, sino además recuperar todas las termoeléctricas y el resto de la estructura de un sistema eléctrico que será vital en la recuperación del país.

Aquí llegamos al llegadero. No hay manera de que el régimen y sus cómplices sobrevivan políticamente a esta crisis. Si eso llegara a pasar (inexplicablemente) sería entera responsabilidad de nosotros mismos los afectados. El caos que ellos cultivaron los sobrepasó y ya se ha traducido en muertes que quienes pertenecemos a las fuerzas democráticas lucharemos para que sean atendidas con justicia.

La firme decisión de ser libres de todo un pueblo ha quedado nuevamente demostrada en el apoyo a cada una de las acciones de calle. Ya en Miraflores no tienen pueblo que los siga, no representan más ninguna opción de futuro.

Han sido cercados por su propia trampa, hecha de mentiras y crueldad. Y hoy el país se los ha puesto en evidencia.

Estoy convencido que toda esta tragedia nos hará más fuertes, nos hará mejores ciudadanos comprometidos con nuestra patria y nuestro porvenir. Nos hará más conscientes de las decisiones que debemos tomar. Nos hará más protagonistas de la historia que debemos escribir. Para que brille nuestra luz no es necesario apagar la de otro. Nadie merece vivir en la oscuridad en nuestra Venezuela y de ella saldremos. Vaya en esta hora tan dura unas palabras de aliento a mis queridos, respetados hermanos venezolanos. Esta prueba la vamos a superar con creces, Dios no se muda y que Dios siempre les bendiga. ¡Viva Venezuela libre! @mundiario

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