Ministros socialistas muy cualificados para competir con el equipo de UP

Nadia Calviño. / Twitter
Nadia Calviño, vicepresidenta. / Twitter
Funcionalmente el Gobierno se divide en tres grandes grupos, los ministros con poder, todos socialistas, los ministros con influencia, donde están los de UP y algunos del PSOE y los ministros tecnócratas, también todos del PSOE.
Ministros socialistas muy cualificados para competir con el equipo de UP

El Presidente del Gobierno ha completado los nombramientos del Gobierno más numeroso de la historia, 23 miembros, atendiendo a diversos criterios. De un lado el núcleo duro, conformado por los ministros con las competencias y recursos principales, entre los que están las tres Vicepresidentas, los ministros de Fomento y Hacienda así como los de Justicia y Sanidad, estos dos últimos para atender a los compromisos firmados con ERC. Se trata del frente político socialista.

En un segundo bloque están otros Ministerios relevantes por sus competencias, encargados a personas de competencia reconocida, como son los de Seguridad Social, Asuntos Exteriores, Interior, Agricultura o Defensa. Cabe destacar especialmente el acierto en los nombramientos de los dos primeros, por tratarse de nombres que ya envían un mensaje político nítido: importancia del futuro de las pensiones, en manos de un reconocido defensor de su viabilidad, y reorientación de la política exterior hacia la economía, como ya vienen haciendo otros países de nuestro entorno.

Y los demás, en un tercer bloque, secundario en razón de sus competencias: Industria, Ciencia, Educación, Cultura y Política Territorial. Se trata de ministerios que podrían reagruparse, de hecho así ha ocurrido en otras legislaturas, y cuyas competencias pasan por las Comunidades Autónomas.

Respecto de los nombres, además de los dos ya citados, todos  cuentan con un curriculum notable, en algunos casos en la política, en otros, la mayoría, en sus carreras profesionales. Frente a ellos el grupo de los ministros de UP, un vicepresidente y cuatro ministros, destacan por su menor cualificación y por carecer de competencias. A cambio cuentan con un claro perfil político.

Funcionalmente el Gobierno se divide en tres grandes grupos, los ministros con poder, todos socialistas, los ministros con influencia, donde están los de UP y algunos del PSOE y los ministros tecnócratas, también todos del PSOE. El primer gesto, diluir la Vicepresidencia de Iglesias, es un aviso de lo que viene, una dura competencia en todos los terrenos, simbólico y ejecutivo. El Presidente ha tenido en cuenta algunas representaciones territoriales, no muchas. A pesar de la inminencia de las elecciones gallegas no ha nombrado a ningún ministro de esa Comunidad, pues dudosamente puede incluirse en ese cupo a la ministra de Economía. Ayer mismo la portavoz parlamentaria se veía obligada a declarar obviedades para justificar esa ausencia. 

El Gobierno tiene ante sí dos prioridades inmediatas, la aprobación de la Ley de Presupuestos y el contencioso catalán. Para ambas necesita trabar alianzas parlamentarias que se traducirán en compromisos. Aunque el PP está gesticulando en exceso, en algún momento deberá recuperar una posición constructiva, por ejemplo en la financiación autonómica o en los nombramientos institucionales pendientes.

Tras muchos meses de parálisis política, llega la normalidad institucional. Lo que ocurra, por acción u omisión, tendrá nombre y apellidos. Hay un Ejecutivo con todos sus poderes y también con todas sus responsabilidades. Su desempeño no dependerá de la oposición sino exclusivamente de su capacidad y de sus apoyos parlamentarios. Es la hora de analizar políticas y no discursos. @mundiario

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