Migrantes fantasmas

Batería de misiles en la Franja de Gaza. / rtve.es
Batería de misiles en la Franja de Gaza. / rtve.es
Una cita evocadora: “¿Cómo va vuestro confinamiento? Nosotros llevamos años confinados. Firmado: Gaza”.

En Grecia se están vulnerando los derechos de miles de migrantes y refugiados sirios desde que Turquía abrió sus fronteras para que los migrantes y los refugiados sirios accedan a Europa. Después de que Turquía hiciera esto con el fin de presionar a la UE para que “cumpla sus promesas”, la frontera turco-griega se convierte en el escenario de una de las mayores transgresiones de los DD HH que hemos presenciado en territorio europeo desde hace muchos años.

Son miles de personas las que están inmovilizadas en la frontera, personas que han sido recibidas por la policía griega con gases lacrimógenos, sí, gases lacrimógenos contra niños también. Tengamos en cuenta que un joven de 22 años perdió la vida durante un enfrentamiento con la policía griega y un niño ha muerto ahogado. Por ello, “el Gobierno de Ankara va a denunciar a Atenas en el Tribunal de Estrasburgo por los disparos a refugiados”.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estamos hablando de “13.000 personas reunidas a lo largo de la frontera turco-griega” aunque se piensa que son más. ¿Por qué Turquía ha abierto sus fronteras? Para que los miembros de la UE y la OTAN la apoyen en sus operaciones militares en Siria. Entonces estamos ante la siguiente situación: gobiernos coaccionándose los unos a los otros abiertamente a expensas de la vida de estos migrantes y refugiados que lo único que buscan es una vida mejor para sus hijos.

Hemos normalizado el mal que sufre este colectivo, sí, lo hemos normalizado y es una vergüenza, una auténtica vergüenza. Son víctimas, víctimas que ven una oportunidad para ofrecer a sus familias una vida mejor, y se agarran a ella. Es lo que haría cualquiera de nosotros en su lugar. Sin embargo, la policía griega toma la decisión de contener a estas víctimas, quitarles sus pertenencias y su dinero y devolverlas.

Tengamos en cuenta que -además de todo esto- algunos grupos de extremistas se dedican a ir a la frontera para maltratar a los que consiguen pasar, o directamente, para quemar (hace unos días) un centro de día que alojaba refugiados. Todo esto, sin hablar de la especial vulnerabilidad de los migrantes y los refugiados sirios ante la pandemia que está sufriendo todo el mundo y, especialmente, Europa.

No solo eso, sino que, además de las condiciones insalubres e inhumanas en las que están estas personas a pesar de la pandemia declarada, Moria, “el vertedero europeo de vidas humanas” donde hay 20.000 personas cuando caben 2.500, donde no tienen luz, donde hay un grifo para cada 1.300 personas, el 16 de marzo también ardía. ¿Resultado? Una niña de 6 años muerta.

El confinamiento no está siendo nada fácil para ninguno de nosotros, pues imaginen, solo por un momento, la vida de los refugiados desde que estalló la guerra en su país. Nosotros llevamos unos días de confinamiento, ellos llevan meses para algunos, años para otros.

Imaginen que son personas como nosotros, con sus familias, sus trabajos (médicos, camareros, ingenieros, asistentes sociales, abogados, obreros y un largo etcétera), sus domingos en familia en el parque, sus colegios e universidades, sus centros comerciales y, de repente, estalla una guerra. ¿No harían ustedes también lo mismo? Actualmente, con la epidemia de la Covid-19 estamos presenciando la capacidad de supervivencia que tenemos. ¿Habéis visto cómo están los supermercados? ¿Qué haríais si en vez del Coronavirus fuera una guerra? ¿Qué haréis cuando el virus sea muy resistente y tengáis que huir de vuestro país?

Me gustaría cerrar este escrito con una cita que leí hace poco: “¿Cómo va vuestro confinamiento? Nosotros llevamos años confinados. Firmado: Gaza”. @mundiario

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