México confirma que se une a la coalición de países convocada por la MUD

Luis Videgaray, canciller de México.
Luis Videgaray, canciller de México.

Luis Videgaray participará como mediador entre el oficialismo y la oposición venezolana justo en el momento perfecto para levantar la imagen del PRI entre el electorado mexicano.

México confirma que se une a la coalición de países convocada por la MUD

La comunidad internacional se niega a abandonar la esperanza de salvar la efervescente crisis entre el oficialismo y la oposición en Venezuela. El canciller de México, Luis Videgaray, ha confirmado que su país actuará como un nuevo mediador en el diálogo entre ambas partes, que a día de hoy es liderado por el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, hospedado por Danilo Medina, presidente de la República Dominicana, y bendecido por Antonio Guterres, secretario general de la ONU.

“México cree en la solución política entre venezolanos”, explicó el jefe de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, quien también aseguró que espera que su país logre "contribuir de una manera constructiva a la resolución de la grave crisis que atraviesa el país hermano". Videgaray explicó al Senado que el 17 de septiembre pasado recibió la invitación formal de parte de Jorge Arreaza, su homólogo de la república bolivariana, para unirse "al proceso de diálogo político" entre Maduro y la oposición. En la misiva, Arreaza expresa su agradecimiento a Videgaray por su colaboración y también le hizo saber que el próximo encuentro entre los dos bandos se celebraría el 27 de septiembre. La MUD no acudió a dicha cita al no cumplirse las condiciones pactadas para la misma.

El Palacio de Miraflores confía en que el nombramiento de los escoltas es una prueba de que el acuerdo final con la MUD está a punto de lograrse. El domingo último, el presidente Nicolás Maduro avisó que el acuerdo estaba finiquitado en un 95%. No obstante, la coalición opositora todavía estudia los nombramientos en cuestión pues los considera solamente tentaciones iniciales de un proceso que es mucho más complejo de lo que el mandatario asegura. Los líderes opositores habían pedido que se formara un grupo de países que fuercen a los chavistas a cumplir con sus responsabilidades en un potencial pacto, y evitar así que las conversaciones sigan siendo inútiles como hasta ahora. Y la solicitud va camino de cumplirse. Junto a México, la oposición espera juntar a Chile y Paraguay. El último de ambos nunca ha ocultado sus discrepancias con el chavismo al punto de ser uno de los principales promotores de la expulsión de Venezuela de Mercosur. Brasil, en cambio, ha quedado descartada del proyecto debido a su particular crisis interna.

El chavismo, por su parte, cuenta con tener la bendición de Bolivia y Nicaragua, dos de sus tradicionales aliados, al igual que con el de San Vicente y las Granadinas, que depende del petróleo venezolano, por lo que no puede darse el lujo de disgustar a Caracas.

Maduro y sus huestes han aceptado la participación del país norteamericano tras varios meses de sendos piques con Enrique Peña Nieto y su Gobierno, pues a principios de año éste endureció su discurso contra el líder chavista y su deriva autoritaria. El momento cúspide de este enfrentamiento se vivió en junio en el marco de la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que México intentó promover una resolución contra Venezuela. El proyecto falló, pues Caracas unió a su tropa de aliados caribeños y se aprovechó de la pasividad de Estados Unidos.

Videgaray y los miembros de la Administración Trump mantienen una relación estrecha y, pese a las diferencias entre el empresario y su país vecino, muy buena. Esa cercanía fue lo que motivó a Maduro y los suyos a aceptar que México se sentara a la mesa con ellos.

Pero como buenos políticos, todo en esta vida tiene una doble intención. Es cierto que a Videgaray y sus chicos no les hace ninguna gracia todo lo que pasa en la república bolivariana, pero lo cierto es que todo esto llega en un momento en que necesitan y de verdad hacer algo por ellos. Andrés Manuel López Obrador, quien lidera todas las encuestas para las próximas elecciones presidenciales del país, ha criticado en repetidas ocasiones al Gobierno mexicano por su tibieza al momento de condenar el proceder de Maduro. El canciller podría sacarle provecho a esta intervención y darle un poco de oxígeno al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ya no se ve tan poderoso como antes.

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