México asegura que la detención de migrantes en Chiapas es algo rutinario

Migrantes mexicanos a su paso por Chiapas. / Twitter
Migrantes mexicanos a su paso por Chiapas. / Twitter

El presidente defiende las fuertes medidas que ha tomado en el plano migratorio. Organizaciones lo acusan de tener a los detenidos en condiciones deplorables.

México asegura que la detención de migrantes en Chiapas es algo rutinario

Tras haber detenido a 371 centroamericanos en su caravana hacia Estados Unidos, el Gobierno de México ha salido a defender rápidamente una medida que despertó polémica por todas partes. La imagen de estos arrestos refleja que el país norteamericano ha endurecido su postura y prácticamente ha cambiado su política de puertas abiertas que la Administración en curso anunció a inicios de año. Ha sido el mismo presidente Manuel López Obrador quien salió al paso de las críticas de varios sectores de la sociedad civil, aduciendo que los arrestos se debieron a la necesidad de "regular" el flujo creciente de personas que pasan por México para legar a su tierra prometida. "No queremos que tengan libre paso, no solo por cuestiones legales, sino por cuestiones de seguridad", explicó en una rueda de prensa la mañana de este miércoles.

El lunes por la tarde, miembros de la Policía Federal y del Instituto Nacional de Migración (INM), este último encargado de las entradas al país, arrinconaron a una caravana que contaba con 3.000 personas, siendo la mayor parte de ellos hondureños, mientras atravesaban el municipio de Pijijiapan, Chiapas, fronterizo con Guatemala. Algunos de los detenidos intentaron huir, mientras que los capturados fueron subidos a autobuses oficiales. A espera de regularizar su estancia, según palabras de las autoridades, los detenidos, dentro de los que se incluyen niños, se encuentran en centros de internamiento.

El operativo desató una importante tensión. Muchos de los detenidos han acusado a los agentes de agredirlos, en tanto que aquéllos han defendido su proceder y devuelto la acusación de agresión. "Sí hubo por un grupo de estas personas agresión con piedras y por eso se solicitó el apoyo de más personal de la Policía", dijo Tonatiuh Guillén, encargado del INM. Guillén también explicó que esta se trata de una operación de lo más rutinaria para su oficina. "Lo hacemos todos los días. Son iniciativas de control migratorio".

No obstante, en México nadie ha comprado estos mensajes de tranquilidad, pues muchos lo ven como la confirmación de que el Ejecutivo mintió en cuanto a su postura migratoria. A principios de año, cuando la actual Administración se estaba estrenando, el Gobierno concedía visados humanitarios a quienes ingresaban al país, un permiso renovable de un año con el que los beneficiados podían trabajar en cualquier parte de México y acceder a los servicios sociales, explica El País. Aquello le ganó halagos a López Obrador pues contrastaba con la política de Enrique Peña Nieto, a quien nunca le tembló el pulso para ir a por los migrantes que llegaron al país en octubre del año pasado.

Al final de cuentas, López Obrador ha terminado cediendo a la presión de su poderoso vecino estadounidense, quien llegó a amenazar con cerrar la frontera si no reducía el flujo migratorio. El presidente mexicano no quiso jugar a ser el más fuerte y obedeció. La primera medida anunciada por la ministra del Interio, Olga Sánchez-Cordero, fue limitar la emisión de visas humanitarios, priorizado a las mujeres, niños y personas mayores de 65 años. A cambio de eso, el país les dará lo que han bautizado como "tarjeta de visitante regional", que tan solo les permite movilizarse en cuatro Estados del sur del país, es decir, los mantiene lejos de Donald Trump.

Pero este proyecto ha traído sus consecuencias, pues los estados en cuestión se han desbordado por la cantidad de migrantes que se han visto obligados a recibir. Y rematando, hay quienes no compran el discurso presidencial. "Argumentan que las oficinas regularizarán los trámites, aunque después les niegan la atención o les detienen y les deportan", cita El País a Ramón Verdugo, dirigente de la ONG Todos por Ellos.

Esta ONG precisamente indica que hay nada menos que 5.000 migrantes detenidos por la INM en su sede de Chiapas. El pretexto es que no se ha tramitado todavía el permismo respectivo para cada uno. La Comisión Nacional de Derechos Humanos denunció las deplorables condiciones en que se encuentran esos individuos, por lo que ha exigido que se les propone una "estancia digna". "Los centros están desbordados y son insalubres; los migrantes no están recibiendo el apoyo médico y de alimento necesario", explica Verdugo.

Todo esto obedece a una maniobra desesperada de México por hacer las paces con Estados Unidos. Ya Marcelo Ebrard, encargado de la diplomacia mexicana, había anunciado que hablará del tema migratorio durante su visita a Washington D.C. a principios del mes entrante. López Obrador ha redudico sus gestos hacia Centroamérica con invitaciones a la inversión, para lo que también necesita a Estados Unidos. "El planteamiento de fondo que estamos haciendo al Gobierno de Estados Unidos es que con urgencia se apoye el desarrollo en los países hermanos de Centroamérica", dijo el mandatario.@mundiario

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