Sánchez y Torra instalan la primera mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña

Mesa de diálogo entre el Gobierno y Cataluña. / @desdelamoncloa
Mesa de diálogo entre el Gobierno y Cataluña. / @desdelamoncloa

 La reunión ha comenzado con una clara voluntad de ofrecer, al menos en los gestos visibles para las cámaras, un ambiente de total normalidad.

Sánchez y Torra instalan la primera mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña

La mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat que permitió la investidura de Pedro Sánchez y marcará la legislatura ha comenzado con una clara voluntad de ofrecer, al menos en los gestos visibles para las cámaras, un ambiente de total normalidad. Todo estaba medido y pactado al milímetro. La Moncloa preparó una escenografía de camaradería, con un paseo doble por los jardines del palacio, primero de los miembros de la mesa y después de los dos presidentes, Sánchez y Quim Torra, detalla El País.

 Ni un gesto tenso, ni un problema, todo era calma y paseo relajado charlando por parejas, en las que se podía ver al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con Josep María Jové, un hombre importante de ERC que está imputado en la causa del juzgado 13 de Barcelona porque se le considera "el arquitecto del procés", que dejó diseñado en su famosa Moleskine —hoy llevó otra de sus habituales libretas a la reunión—. Al final de la comitiva, Carmen Calvo y Pere Aragonés, que hablan con mucha frecuencia, departían tranquilamente por los jardines de La Moncloa antes de entrar en la sala. Se quedó solo el consejero de Acción Exterior, Alfred Bosch.

 La reunión ha comenzado con una clara voluntad de ofrecer, al menos en los gestos visibles para las cámaras, un ambiente de total normalidad. Todo estaba medido y pactado al milímetro. La Moncloa preparó una escenografía de camaradería, con un paseo doble por los jardines del palacio, primero de los miembros de la mesa y después de los dos presidentes, Sánchez y Quim Torra, detalla El País.

Ningún gesto delata tensión, ni problemas, en apariencia todo era calma y paseo relajado charlando por parejas, en las que se podía ver al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con Josep María Jové, un hombre importante de ERC que está imputado en la causa del juzgado 13 de Barcelona porque se le considera "el arquitecto del procés", que dejó diseñado en su famosa Moleskine. Al final de la comitiva, Carmen Calvo y Pere Aragonés, que hablan con mucha frecuencia, departían tranquilamente por los jardines de La Moncloa antes de entrar en la sala. Se quedó solo el consejero de Acción Exterior, Alfred Bosch.

 

De la misma manera, Pedro Sánchez y Quim Torra también ofrecieron imágenes relajadas antes de entrar y mientras posaban para la prensa. La mesa elegida, en la sala Tàpies, también daba un gran ambiente de cercanía. Rectangular, de cristal, muy estrecha y con las dos delegaciones sentadas a muy poca distancia con los presidentes sentados en el medio. El prelación protocolaria se siguió en el lado del Gobierno, con Carmen Calvo y María Jesús Montero sentadas junto a Pedro Sánchez, pero se rompió en el de la Generalitat, con Elsa Artadi, que no es más que diputada y concejal del ayuntamiento de Barcelona, pero persona de absoluta confianza de Carles Puigdemont, sentada al lado de Aragonès. Los dos consejeros de la Generalitat, Bosch y Jordi Puignerò, estaban casi en las puntas. La Moncloa resolvió el hueco del vicepresidente Pablo Iglesias, enfermo de amigdalitis, alargando el espacio de los ministros, que son 7 frente a los 8 enviados de la Generalitat. @mundiario

Comentarios