Menos del 1 % de los políticos en España aprende a gestionar eficazmente el conocimiento

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Se necesitan gestores del conocimiento. / Mundiario

Los políticos españoles necesitan gestionar eficazmente el conocimiento para afrontar de forma adecuada los problemas actuales. 

Menos del 1 % de los políticos en España aprende a gestionar eficazmente el conocimiento

Cualquier persona que quiera optar a un puesto de trabajo debe contar con una preparación específica para tener posibilidades de ser contratado. Aspirar a un puesto en la administración pública española requiere dedicar mucho tiempo al estudio y prepararse muy bien para poder aprobar unas oposiciones. En una empresa privada, las áreas de recursos humanos analizan rigurosamente los estudios, experiencia y capacidades de cada candidato para poder seleccionar aquel que tenga mejor cualificación y formación para el puesto solicitado.

En España, en el caso de la política, no existen los requerimientos mencionados. No hay oposiciones ni pruebas específicas que midan el nivel de conocimientos en cada materia ni la idoneidad de un candidato para ocupar puestos de responsabilidad en la gestión. 

El análisis llevado a cabo por nuestra Fundación Gestión del Conocimiento determina que el problema fundamental en la formación de los políticos reside en la falta de estudios relacionados con la gestión del conocimiento, que son fundamentales a la hora de tomar decisiones correctas. El porcentaje de políticos en el Congreso de los Diputados que han realizado cursos avanzados sobre gestión del conocimiento es muy bajo, inferior a un 1 %.

Las personas que tienen cargos políticos de cierta responsabilidad tienen en sus manos la capacidad de tomar decisiones que afectan de manera decisiva a la salud y bienestar de los ciudadanos y a la cobertura de sus necesidades fundamentales. Se toman muchas decisiones en el Congreso, ayuntamientos, diputaciones y se asignan o quedan restringidos de una forma directa o indirecta cuantiosos recursos. Una decisión mal tomada puede afectar negativamente al empleo, la sanidad, la educación, el medio ambiente o a la seguridad y tener consecuencias muy negativas en determinados sectores de población que pueden verse gravemente perjudicados.

Otro aspecto a tener en cuenta es que la sociedad está cambiando a un ritmo acelerado y nuevos problemas como ciberdelincuencia, adicción al juego, fake news, tecnoestrés, ciberbullying, cambio climático, gentrificación, entre otros, están surgiendo y requieren cada vez más de una capacidad de respuesta muy ágil para poder solucionarse.

Por esta razón, todos los políticos, sin excepciones, necesitan aprender a gestionar eficazmente el conocimiento. Dada la abundancia de información y la cantidad de nuevos conocimientos que aparecen cada día, no es tan necesario saber de todo, sino identificar las lagunas de conocimiento que se tienen y aprender aquello que es vital para actuar apropiadamente y de forma rápida.

Es fundamental saber identificar los conocimientos claves que son imprescindibles para afrontar las nuevas circunstancias. Es necesario retener y actualizar las nociones que desempeñan un papel decisivo en las actividades que se desarrollan, intercambiar las experiencias y mejores prácticas y aprender de los errores. Se requiere una formación específica para transferir los conocimientos y facilitar su asimilación a todas las personas que participan en los procesos y procedimientos que se ponen en marcha. Es imprescindible aprender a crear e intercambiar ideas innovadoras. Hay muchas técnicas y prácticas de gestión del conocimiento que no se están aplicando y se están desaprovechando en la política. Un ejemplo claro es la creación de comités de expertos en lugar de comunidades de práctica que son muchos más valiosas y resolutivas.

La digitalización y automatización de muchas tareas en los próximos años y los cambios tecnológicos requerirán políticos muy bien formados en este campo para hacer frente a las adversidades. Ni siquiera las tradicionales metodologías servirán, tendrán que emplearse nuevas mucho más prácticas y actualizadas, como la gestión eficaz del conocimiento desarrollada por los miembros de Fundación Gestión del Conocimiento, que incluye procesos para gestionar los cambios, avances de neurociencia para entender el funcionamiento del cerebro y mejoras relacionadas con inteligencia artificial para incorporar la información de los datos, aprovecharla y traspasarla a conocimientos explícitos de enorme utilidad. Una metodología muy avanzada que lleva incorporados, entre otros, indicadores que miden el impacto de la gestión del conocimiento y la toma de decisiones en la calidad de vida de las personas, en la seguridad, en la educación, en la sostenibilidad y en valores como la tolerancia y el respeto.

La política para afrontar el futuro de España, aunque parezca sorprendente, no necesitará tanto de políticos con másteres, como de gestores eficaces del conocimiento. Este es el gran desafío y el pilar que hay que fortalecer entre todos aplicando también esta gestión a la educación y al desarrollo empresarial, para no quedarse atrás frente a otros países y lograr definitivamente el progreso social. @mundiario

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