En Marea está casi sin tiempo y el PSOE sigue perdiendo el tiempo ante las elecciones gallegas

Luís Villares.
Luís Villares.

Núñez Feijóo convocó las elecciones gallegas para el 25 de septiembre, atemperando el paso a las vascas. Una fecha que no tiene por qué extrañar a nadie, pero que pilla a sus oponentes un poco con el paso cambiado.

En Marea está casi sin tiempo y el PSOE sigue perdiendo el tiempo ante las elecciones gallegas

En Marea están en plena definición de su fórmula organizativa, incluyendo a Podemos que han aprobado concurrir juntos a las autonómicas. En proceso de buscar candidato, aunque parece que la opción de Luís Villares -magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Galicia- se perfila como la persona de consenso. Y sin demasiado tiempo para negociar con otras fuerzas minoritarias que podrían allegar unos votos que, de no sumar, restan en el intento de desbancar al PP del gobierno de la Xunta. En las últimas elecciones generales obtuvo 144.000 votos más que los que contabilizó AGE en 2012. Y no sería difícil que trasladara el 25-S un nivel semejante de voto al de las generales. Si bien entre diciembre y junio perdió 66.000 votos (un 16%). Aunque aún no ha presentado un programa definido, tiene a su favor que aglutina todavía a un electorado descontento con las políticas de la derecha, y a votantes desilusionados del PSdG y del BNG que se resisten a irse a la abstención.

El BNG afronta las elecciones con sus deberes hechos, pero sin saber aún si ha tocado fondo en su pérdida de apoyos electorales. En las últimas autonómicas, tras la escisión de Anova, perdió 125.000 votos que capitalizó AGE. Pero en las últimas elecciones generales, además de perder 25.000 votos entre diciembre y junio, obtuvo la tercera parte de los que solía sacar hasta la aparición de Marea. Siendo el BNG el partido que más fielmente traducía el voto autonómico al de las generales, es de suponer que no logre una remontada el 25S. Tanto más cuanto que de su seno ha surgido hace dos meses un movimiento de recomposición de las políticas nacionalistas.

El PSdG-PSOE madrugó con el nombramiento de candidato en sus elecciones primarias, pero desde entonces anda perdiendo tiempo con disensiones internas

El PSdG-PSOE madrugó con el nombramiento de candidato en sus elecciones primarias, pero desde entonces anda perdiendo tiempo con disensiones internas. Tras casi cinco meses dirigido por una comisión gestora inoperante y sesgada, que practicó tras las primarias una política de vencedores y vencidos, ha llegado a convertir el proceso de elaboración de listas en la casa de los líos. Ante la indiferencia de una gran parte de los afiliados de provincias como la de A Coruña –con una alta abstención en la elaboración de las listas-, y la beligerancia de los sectores que se sintieron ninguneados tras las primarias –especialmente en Ourense y Pontevedra-, la polémica sobre los candidatos alcanza su más alta tensión con las listas de Pontevedra, cuya comisión de listas ha eliminado de las mismas a Patricia Villán, que ha ejercido como portavoz del grupo parlamentario desde las primarias, y que se opuso a proponer a Méndez Romeu como senador designado por el Parlamento de Galicia.

A todo esto, y exceptuando los deberes hechos del BNG, Feijóo tiene enfrente a unos partidos que aún no han hablado de programas ni proyectos para hacerle frente. Es como si le estuvieran regalando por adelantado el gobierno de la Xunta de Galicia. A pesar de que los resultados de su gestión dejan bastante que desear.

Comentarios