El PSOE tiene que trazar una estrategia inteligente y cabal

Pedro Sánchez. / RRSS
Pedro Sánchez en una comparecencia ante los medios.

El partido con sede en Ferraz tiene la llave para desbloquear el actual escenario político, particularmente caracterizado por la fragmentación de fuerzas políticas.

El PSOE tiene que trazar una estrategia inteligente y cabal

Llegados a este punto, tras siete meses de bloque político, el PSOE tiene en sus manos acabar con la incertidumbre y habilitar la gobernabilidad de España. A pesar de que los sondeos preelectorales lo situaban muy por debajo de los 85 escaños logrados finalmente, el Partido Socialista debe dar un paso al frente con firmeza, evitar silencios y disputas internas, y escoger entre un nuevo Ejecutivo liderado por Mariano Rajoy o presentar una alternativa estable.

Una vez descartado el apoyo al PP, tanto implícita como explícitamente, la opción que cobra más peso en el seno socialista es la de el pacto a tres con Unidos Podemos y Ciudadanos, incluso a pesar de su complejidad. Todo parece indicar que sellar un acuerdo de mínimos con Ciudadanos no debería suponer un gran esfuerzo para el PSOE, puesto que ya lo rubricaron meses atrás. De otro lado, las negociaciones con Unidos Podemos no se antojan tan sencillas debido a las profundas diferencias que existen entre ambas formaciones, y mucho menos si Ciudadanos, antagónico a la confluencia de Iglesias y Rajoy, anda de por medio. 

Lo más sensato con el escenario actual es facilitar un gobierno alternativo, de izquierdas, liderado por el PSOE con el obligado respaldo de los partidos nacionalistas; y para ello se presenta imprescindible dejar de lado reproches e injurias -alusiones a la cal viva y a los regímenes bolivarianos- entre los militantes del PSOE y Unidos Podemos en aras de construir un proyecto de acusado enfoque social. Revertir, en definitiva, un escenario desolador tejido por el PP en estos últimos cuatro años con la legitimidad que otorga una mayoría absoluta parlamentaria. Las propuestas neoliberalistas de Ciudadanos, por ser contrarias a los intereses de las clases populares, deberían quedar fuera de ese pacto de gobierno.

A pesar de que desde un principio el PSOE ha optado por aguardar los movimientos de Rajoy desde la oposición, la inacción y ausencia de propuestas rigurosas puede conducir al PP a un estrepitoso fracaso.Por el momento, tanto PNV, mermado por la pérdida de hegemonía en el País Vasco en detrimento de Unidos Podemos, como Esquerra Republicana de Catalunya le han negado el apoyo a Rajoy, y solamente Coalición Canaria ha manifestado su respaldo a la formación popular. La gran baza de Rajoy para conseguir la investidura es Ciudadanos, pero no parece que Rivera vaya a doblegarse al Partido Popular sin imponer sus condiciones. Encabezar una profunda regeneración, apartar de la presidencia a Rajoy y actuar contundentemente contra la corrupción del PP parecen medidas indispensables para lograr el respaldo de Ciudadanos.

Si el PP pretende conseguir un apoyo mayoritario que permita su investidura, Mariano Rajoy deberá afrontar un diálogo de garantías y propuestas firmes, y no reducir las negociaciones a un simple intercambio de sillas, como ha hecho hasta ahora. Por su parte, Pedro Sánchez debe estar preparado para dar un paso al frente. Las negociaciones con Unidos Podemos y los partidos independentistas son la única vía que le queda al líder socialista, y tendrá que encararlas sin lastres ni rencores pasados para construir un proyecto enfocado al beneficio de las clases populares, muy desfavorecidas por las genocidas reformas del Partido Popular. 

Desbancar al PP, primer partido imputado por corrupción de la democracia, debe ser el objetivo prioritario de todas las fuerzas políticas. Para ello, el PSOE tiene que trazar una estrategia inteligente y cabal, y así evitar unas hipotéticas terceras elecciones que, en caso de consumarse, dejarían a la formación socialista en un escenario complejísimo, y quién sabe si insalvable.

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