Lujos y beneficios, así se aseguran los chavistas la lealtad del Ejército

Soldados del Ejército de Venezuela. / Twitter.
Soldados del Ejército de Venezuela. / Twitter.

Todos son socialistas y revolucionarios hasta que se les ofrece dinero. Todos, hasta los soldados y altos cargos chavistas, quienes han lavado el cerebro a los miembros del Ejército.

Lujos y beneficios, así se aseguran los chavistas la lealtad del Ejército

La situación en Venezuela ha vuelto a dar un nuevo golpe tras el llamamiento a las calles del autoproclamado presidente Juan Guaidó. El legislador logró sacar de prisión a otro de los grandes líderes de la oposición al chavismo, Leopoldo López, y tras eso infló el pecho para llamar a la sociedad civil y a los miembros del Ejército a librar la buena batalla contra Nicolás Maduro y sus huestes. No obstante, Maduro mismo proclamó tener el apoyo incondicional de las Fuerzas Armadas, que pese a la precariedad y caos absoluto en Venezuela se niegan a voltearle la cara. ¿Por qué?

Las explicaciones empiezan desde la más básica, que los efectivos del Ejército están “comprados”. Y es que los soldados no padecen de las mismas miserias que la sociedad civil ya que el régimen chavista se ha encargado de consentirlos con bienes, recursos, autos, viviendas y hasta dinero, alejándolos así de la tentación de dejarse sorprender por la podredumbre generalizada en el país. Para darse una idea, el Ministerio de la Defensa de la república bolivariana tiene un presupuesto nueve veces más grande que el de Alimentación, y ni hablar del de Salud.

Sus mandos más altos no hacen tampoco el más mínimo esfuerzo en ocultar sus lujos y privilegios, muchos de los cuales no se podrían permitir con lo que ganan según los papeles. Eso sí, los puestos más rasos no cuentan con estas dichas y sufren probablemente igual que la población civil, pero ellos por su posición no tienen mayor voz en la historia. Con todo, ni siquiera ellos se atreven a armarse, literalmente, y salir a enfrentar al regimen totalitario del heredero de Hugo Chávez. ¿Qué los detiene?

Según explicó hace un tiempo el diario estadounidense The New York Times, al enrolarse a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), los nuevos reclutas se someten a un proceso de adoctrinamiento ideológico y de aislamiento de la realidad, de la cual pierden contacto en cuanto entran a un cuartel, con lo que pierden noción de lo que sucede con los civiles que se debaten, literalmente, entre la vida y la muerte con lo poco o nada que tienen en sus hogares.

El mismo medio pone como ejemplo de aquello al Fuerte Tiuna, la facilidad militar más importante de Caracas, capital del país. Los retratos de Hugo Chávez adornan cada metro cuadrado del cuartel y el dichoso orgullo revolucionario está desde los saludos y despedidas. Los documentos, por ejemplo, inician siempre con un “saludo revolucionario, bolivariano, antiimperialista y patriota” y es cerrado con el “patria socialista o muerte, venceremos”. La adoración a Chávez llega a tal punto que su foto está en el segundo puesto del organigrama de las Fuerzas Armadas, debajo de la de Maduro (obviamente) y con el lema “comandante supremo”, como si se tratara de una figura inmortal.

El lavado de cerebro continúa en los discursos que emiten los altos mandos del Ejército, en los que se proclaman como profetas e intérpretes de la voluntad de Chávez y hasta de Simón Bolívar mismo. Cualquiera que no obedezca las órdenes será tratado como un “traidor”. Es tal la obsesión con el fallecido mandatario y sus órdenes, que para ascender grados en la fuerza se toma en cuenta la obediencia a sus mandamientos en lugar de méritos reales. Entre más sumiso, más alto es el rango. Las medallas en el uniforme ilustran la dignidad propia de la persona.

El descaro de las Fuerzas Armadas es tal, que en 2013 se creó un banco llamado Banco de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, una institución destinada a ofrecer facilidades de crédito y productos bancarios de cómodo acceso a todos los uniformados. Como para los chavistas nunca es suficiente arrogancia, los bancos controlados por el Palacio de Miraflores otorgan oportunidades que cualquier ciudadano de a pie no podría disfrutar. También abundan los planes de vivienda y los operativos de salud para ayudar a militares y las familias de éstos. De verdad no hay nada que no puedan conseguir los soldados, pues en los cuarteles se cuenta con amplios inventarios de medicinas y alimentos, explica nuevamente The New York Times, ambos bienes convertidos en lujos en los últimos años, pues no se consiguen salvo en el mercado negro y a precios inalcanzables.

Así las cosas, cuesta pensar que de verdad la FANB vaya a dar el golpe y abrir fuego contra Maduro. Los beneficios y lujos son bastantes, y puede que algunos sí que sientan empatía por la población civil, pero, ¿cómo se les pide que renuncien a todos esos privilegios suyos y de sus familias para enrolarse en una causa que traerá años enteros de miseria mientras el Estado vuelve a renacer? El adoctrinamiento de tintes casi religiosos del chavismo les ha desbordado sus personalidades y dignidad. Lo único que Guaidó y López tienen para ofrecer es lucha y el sueño de un país nuevo. Los militares pueden ser muy fanáticos de la revolución socialista de Chávez, pero el dinero es el dinero y eso lo saben hasta los chavistas más empedernidos. Nadie va a dejar carros y lujos por honor y dignidad. Ni siquiera Chávez lo habría hecho. @mundiario

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