Los poderes venezolanos dispensan a Chávez de toda investidura hasta su regreso
El presidente Chávez sigue en Cuba, hospitalizado Bernardo Londoy via Compfight
La enfermedad de Hugo Chávez deriva en un problema político para Venezuela. Tanto, que el Tribunal Supremo ha avalado una “continuidad administrativa” que dispensa al presidente reelecto de la investidura ante la Asamblea Nacional, que había aprobado la víspera que el mandatario —reelegido para un tercer periodo, de 2013 a 1019— se tome “todo el tiempo que necesite”, para recuperarse y regresar a su país, desde Cuba, donde se encuentra hospitalizado. Chávez decidió operarse por cuarta vez de un cáncer de naturaleza no desvelada en Cuba, lo que, además, constituye el reconocimiento de otro fracaso —el de la medicina venezolana— y ratifica las intenciones del castrismo de seguir influyendo en la suerte de Venezuela (y beneficiándose de su petróleo), según interpreta el diario español El País.
Para los medios de comunicación es difícil precisar, con la información disponible, si Venezuela está ante la previsión constitucional de una “falta absoluta” de su presidente, lo que obligaría a convocar en 30 días unas elecciones que ni los chavistas ni la oposición —temerosa de un nuevo revolcón tras sus recientes derrotas— desean. O si se trata de una “falta temporal” que daría un respiro de hasta 180 días. De hecho, la Sala Constitucional del Supremo, que nunca ha fallado en contra del Gobierno, se ha situado en una tercera opción: la de que “aquí no pasa nada”.
El País argumenta que el chavismo limpió recientemente el Supremo de los pocos independientes que le quedaban y controla todos los resortes de un poder del Estado que desconoce la división de Montesquieu. El chavismo domina plenamente el Estado a través del petróleo, las Fuerzas Armadas y el Supremo. Y el Estado tapa el estado del presidente reelecto.