López Obrador ya es oficialmente presidente: “No tengo derecho a fallar al pueblo de México”

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. / RR SS.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. / RR SS.

En la mira del nuevo presidente mexicano se encuentra una larga lucha contra la corrupción, pero también cuestiones como la migración centroamericana, la relación entre su país con EE UU, la reforma del Ejército, la lucha contra el narcotráfico o acabar con la gran brecha social que existe en México.

López Obrador ya es oficialmente presidente: “No tengo derecho a fallar al pueblo de México”

Andrés Manuel López Obrador se convirtió oficialmente en el nuevo presidente mexicano tras un largo camino luchando por llegar hasta ese punto. Han tenido que pasar más de 13 años para que el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se convirtiera en uno de los políticos más populares de México. Pero siendo sinceros, llegó en el momento justo, pues el Gobierno saliente de Enrique Peña Nieto se ha convertido en uno de los más impopulares y corruptos de los últimos años, por lo que la llegada de López Obrador ha sido más que idónea, porque el mismo se ha encargado de hacerse ver como el héroe que México necesita.

“La crisis de México se originó no solo por el fracaso del modelo neoliberal aplicado en 36 años, sino también por el predominio de la más inmunda corrupción pública y privada… Lo digo con realismo y sin prejuicios, la política económica ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país”, decía en su discurso el presidente en la tribuna de la Cámara de Diputados de San Lázaro. El mandatario, al igual que lo hizo Chávez, decidió convertirse en la voz de los menos favorecidos, en criticar duramente al Gobierno de Peña Nieto y en prometer que acabaría con la corrupción.

“Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y la minoría que ha lucrado con el influyentismo”, expresó el mandatario, y luego agregó: “¡No tengo derecho a fallarle al pueblo de México! Nada material me interesa y no me atrae la parafernalia del poder. Soy consciente de la gran expectativa que tienen los mexicanos”.

El discurso de Obrador deja ver algunos tintes populistas idóneos para una sociedad complaciente con los políticos corruptos y los mandatos impuestos por un siempre presente EE UU. Pero las palabras del presidente también contradicen muchas de sus acciones, pues si bien quiere acabar contra la corrupción, en ese mismo discurso se refirió a Peña Nieto, expresando que su Gobierno al completo obtendría inmunidad de su purga, a pesar de los escándalos de corrupción que ocasionaran que el ahora expresidente se fuera con apenas un 20% de aprobación. Además, aunque asegura que ante todo exaltará el valor de los mexicanos, no se ha atrevido a criticar los sonados comentarios despectivos de Donald Trump contra los mexicanos.

Pero López Obrador asegura que: “No inicia un cambio de Gobierno, es un cambio de régimen político. Una transformación política y ordenada, pero al mismo tiempo pacífica y radical”. Pero al poco, señaló que esta “nueva etapa la vamos a iniciar sin perseguir a nadie porque no apostamos al circo ni a la simulación. Si abrimos expedientes, nos dedicaríamos a buscar chivos expiatorios: tendríamos que empezar por los de mero arriba en el sector público y privado. No habría juzgados ni cárceles suficientes. Meteríamos al país en una dinámica de fractura”. Dejando saber que no sería un cambio radical, sino que será poner punto y aparte para cambiar de página. Pero enseguida, muchos se exaltaron pues el Gobierno saliente deja algunas polémicas atrás, como los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, algo por lo que el Gobierno de Peña Nieto no ha querido responder. Si cumplirá o no sus promesas, el tiempo no los dirá, pero esperemos que estas contradicciones desaparezcan. 

La toma de posesión de López Obrador fue presenciada por varios invitados extranjeros entre los que se cuentan al rey de España Felipe VI, el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel; el vicepresidente de EE UU, Mike Pence, que asistió junto a la ‘primera hija’, Ivanka Trump; el presidente de Bolivia, Evo Morales, el de Ecuador, Lenín Moreno; Colombia, Iván Duque; o Perú, Martín Vizcarra. También fue invitado el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que decidió no asistir al recinto legislativo, pero si al Palacio Nacional. @mundiario

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