Lo que de verdad importa

Bandera de España. / Mundiario
Bandera de España, un país en dificultades.

En España somos muy de pensar lo que nos da la gana y además de decirlo a la cara. Aquí los problemas políticos se arreglan con una cañas y un charla más o menos vehemente, pero inofensiva. Luego cada uno a su casa y paz en la de todos.

Hoy no vengo a hablar de lo que nos separa, sino de lo que nos une. La campaña electoral que ya empieza amenaza arrasar los últimos vestigios de sensatez del panorama político. La consigna de la derecha es quemar España con los españoles dentro antes que aceptar la derrota. Pero eso son los políticos. Están en otra onda. Yo quiero referirme al pueblo llano. A los que no salimos en las encuestas de valoración de líderes ni vamos por ahí con una caravana de medios detrás para cubrir hasta cuando soltamos la más mínima estupidez.

Estamos cansados de tanta agresividad. En esta pelea de gallos que se tienen los de la derecha -a ver quién es más cavernario- los que pagaremos el pato seremos el personal de tropa. Reunión de pastores, cordero degollado. Siembran la división y crispan los ánimos. La emoción a flor de piel puede rentarles el tanto de la irracionalidad. Lo emotivo es sinónimo de mitin electoral. Ahora también funciona en las redes. Anda todo el mundo cabreado. Las masas se manipulan como masas si las masas escuchan el canto de sirena de los populistas azuzando a unos compatriotas contra otros. Y también están los indepes, que son la cuarta plaga de España  tras la sequía incipiente, el fascismo incipiente y la crisis económica incipiente. Estamos sobrados de problemas en un mar de horizontes orteguianos para que nos vengan a contar batallitas de fronteras, inmigrantes, mujeres dominadoras, grandezas históricas y destinos universales. ¿Eso como se come? ¿Qué relación tiene con nuestros problemas?

Ya tenemos demasiadas guerras para que nos dividan. Tengo mucho más que ver con una persona de derechas que con cualquier dirigente político. Comparto mi vida y mi realidad con la gente, no con las élites empeñadas en amasar más poder. Para todos nosotros la idea de España es sobre todo un lugar donde vivir en paz con los que piensan como yo y  también con los que piensan lo contrario. En España somos muy de pensar lo que nos da la gana y además de decirlo a la cara. Aquí los problemas políticos se arreglan con una cañas y un charla más o menos vehemente, pero inofensiva. Luego cada uno a su casa y paz en la de todos. Hasta que llega el líder de turno a explicarnos que nuestro vecino tiene manchadas las manos de sangre por votar al PSOE. O que ser podemita es razón suficiente para no hablar contigo. Que Manuel, con el que llevas años jugando al mus, es un facha por votar al PP. Que tu amiga María, por ser feminista, es un peligro para tu familia y para tu país. Que Raquel, que nació en Cataluña, es enemiga de España. Venga ya, por favor. Los enemigos de los españoles -y no hay más España que nosotros mismos- son aquellos que nos atacan con sus mentiras, insultos, manipulaciones y radicalidad absurda. Y estamos hartos de todos ellos. Queremos vivir en paz y para eso necesitamos apoyar a los que no necesitan atacar para ganar. Cada cual que juzgue al patio.

Vayamos a votar y votemos con la razón, con la sensatez, con la verdad y la rectitud que caracteriza a un pueblo antiguo y sabio como el español. Elijamos de acuerdo a lo que de verdad importa. Y sean del color que sean, a los radicales que les den. @mundiario

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