Los líderes europeos hablan de defensa y seguridad olvidando el declive social y democrático

François Hollande, presidente francés; Mark Rutte, primer ministro de los Países Bajos; MAriano Rajoy, presidente en funciones de España.
François Hollande, presidente francés; Mark Rutte, primer ministro de los Países Bajos y Mariano Rajoy, presidente en funciones de España, en un barco sobre el Danubio junto al resto de líderes europeos como parte del entretenimiento de la C

Seguridad interior y exterior, lucha antiterrorista y cooperación en defensa. Estos son los puntos de mayor importancia para los líderes europeos en la Cumbre de Bratislava, pero los retos a los que se enfrenta la UE son muchos más.

Los líderes europeos hablan de defensa y seguridad olvidando el declive social y democrático

Seguridad interior y exterior, lucha antiterrorista y cooperación en defensa. Estos son los puntos de mayor importancia para los líderes europeos en la Cumbre de Bratislava. Estos y la unidad de una Europa que ha comenzado a fragmentarse con el sí al brexit del Reino Unido.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha calificado la situación de "crítica" y ha avisado de que la Unión Europea (UE) no puede "simplemente esperar" a que se solucionen los problemas que afronta. Tampoco se lograrán soluciones en una sola cumbre, ha añadido, en alusión a que el objetivo de la reunión de Bratislava es diseñar una 'hoja de ruta' para los próximos seis meses.

Pero ninguno de los líderes europeos ha hecho mención al declive social provocado por los severos programas de ajustes que ocasionaron una reducción de los ingresos y una profunda recesión. Se trata de una tendencia a la desigualdad que como refleja un reciente estudio del extinto think tank FRIDE “no se limita a los países más afectados por la crisis: también en Alemania, el país económicamente más estable de la UE y uno de los pocos que sigue creciendo, la case media se ha reducido, aumentando la disparidad entre ricos y pobres”.

El deterioro social puede provocar crisis políticas que favorecen el auge del populismo y esto es un hecho que se está viviendo ya. En Italia con el Movimiento 5 Estrellas, en España con Podemos, en Grecia con Syriza, en Francia con el Frente Nacional, por citar algunos ejemplos.

La crisis, en definitiva, ha deteriorado la calidad de la democracia en algunos países de la UE provocando sucesos de ingobernabilidad o populismo, el ejemplo cercano lo tenemos en España que lleva cerca de 9 meses sin gobierno.

Pero ni de deterioro social ni democrático se ha hablado en la Cumbre de Bratislava, sin embargo sí se ha transmitido a la opinión pública la necesidad de tener una defensa. Para el presidente francés, François Hollande, la Unión Europea se encuentra en una encrucijada tras el brexit. Las alternativas son "la disolución" o "la voluntad común de dar un proyecto a Europa, un nuevo impulso". Hollande ha puesto el acento en la seguridad, la economía y los jóvenes. Y ha insistido en que la UE necesita más cooperación militar. "Si Estados Unidos decide alejarse, la Unión debe ser capaz de defenderse por sí misma", ha resaltado Hollande. 

Por tanto, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, a excepción de Reino Unido, han llamado  este viernes 16 de septiembre a la unidad del bloque pese a las consecuencias del 'Brexit' y a las diferencias que les separan, al tiempo que han coincidido en la necesidad de fijar una 'hora de ruta' que ofrezca mayor "protección" y "seguridad" a los europeos para recuperar su confianza.

"Queremos mostrar unidad y que éste es el único proyecto que hay y que debemos continuar con él", ha declarado el primer ministro eslovaco, Robert Fico, a la prensa, a su llegada a la reunión a la que han sido invitados todos los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, a excepción de Reino Unido.

El objetivo de esta cita es iniciar el "proceso de Bratislava" que marque el paso a seguir en los próximos "seis meses" por la Unión Europea, ha dicho Fico, y que deberá tener continuidad en próximas cumbres en La Valeta y en Roma, esta última en el mes de marzo, cuando se celebren los 60 años de la fundación de la CEE. 

Para ello, Fico ha coincidido con el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, en la necesidad de entablar un diálogo "honesto" y franco, que sirva para mostrar "unidad".

"La Unión Europea sólo puede tener futuro si nos mantenemos unidos", ha dicho, por su parte, el primer ministro esloveno, Miro Cerar, para quien no es grave que existan "diferencias" entre los Estados miembros, siempre que mantengan un "enfoque común" para afrontar los problemas que comparten. 
Otros líderes como la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, han alertado de que no debe haber espacio para la "fragmentación" y que "no hay más opción" que afrontar las crisis provocadas por el triunfo del 'Brexit', la presión migratoria y la amenaza terrorista, si bien ha descartado que se trate de una "crisis existencial", como han apuntado otros líderes.

El luxemburgués Xavier Bettel también ha apostado por trabajar para resolver los problemas, pero ha querido recalcar que "el 90 por ciento de los instrumentos de la UE funcionan".

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha llegado a la reunión minutos antes de las 10:00 horas sin hacer declaraciones.

Mientras, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha reivindicado la necesidad de contar con una "nueva visión" con la que enmendar la "dirección equivocada" que ha tomado la UE, por lo que ha abogado por establecer una agenda clara que refuerce la "Europa social". 

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha pedido a los líderes europeos "suavizar diferencias", porque a su juicio la unidad entre los Estados miembros es la única vía para que la Unión Europea pueda seguir "funcionando".

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, que no ha sido invitado a la cumbre pero asistió la víspera a una cena con Tusk, Juncker y Fico en Bratislava, ha reclamado este viernes a los mandatarios que asuman "la responsabilidad de la Unión que han creado".

"¿Qué tipo de Unión Europea quieren? La UE es tan fuerte como sus Estados miembros quieren que sea", ha asegurado.

¿Y qué pasa con los inmigrantes?

La idea del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, es definir una agenda en torno a tres grandes bloques: inmigración y las fronteras exteriores, seguridad interna y externa y economía. En materia de inmigración y control de las fronteras exteriores, la idea es reforzar el compromiso en torno a la reducción del número de inmigrantes que entran en la UE a través de de varias medidas: más ayuda a Bulgaria para controlar su frontera con Turquía –Bruselas propone enviar otros 200 agentes y 50 vehículos-, la puesta en marcha del nuevo servicio de guardacostas aprobado oficialmente esta semana y aumentar las repatriaciones. En materia de lucha contra el terrorismo y defensa, la idea central es mejorar los controles para saber quien entra y sale de la UE –incluidos los ciudadanos europeos- y endurecer la respuesta ante la radicalización con expulsiones y prohibiciones de entrada incluida.

Muchos estudios actuales afirman que el futuro de Europa depende de la inmigración. “Atraer más inmigrantes cualificados significaría más innovación y creatividad, la sostenibilidad del Estado de bienestar y la inversión de la tendencia hacia el constante envejecimiento y decrecimiento de la población (sin inmigración, en 2050, España será el país con el mayor porcentaje de personas mayores de 65 años en la UE)”, afirma Susanne Gratius en su estudio ‘Europa y América Latina: la necesidad de un nuevo paradigma’. Actualmente está pasando lo contrario: una emigración interna del sur al norte, la fuga de cerebros y un mayor control de la inmigración.

Los retos a los que se enfrenta la UE son muchos más que seguridad interior y exterior, lucha antiterrorista y cooperación en defensa, pero en esta ocasión no han tenido lugar en las grandes mentes que dirigen el viejo continente.

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