Libertad de prensa en el Magreb: sin prensa libre no hay democracia

Índice de Libertad de Prensa en el mundo RSF 2016.
Índice de Libertad de Prensa en el mundo RSF 2016.

Los medios tradicionales marroquíes han enfrentado severas restricciones pero sectores de la población acceden a puntos de vista independientes a través de Internet, emisiones por satélite y radio privada

Libertad de prensa en el Magreb: sin prensa libre no hay democracia

Los informes de Reporteros Sin Fronteras –RSF- y Freedom House –FH- publicados en 2016, ilustraron el difícil panorama de la libertad de prensa en el mundo. La clasificación de RSF mide el grado de libertad del que gozan los periodistas en 180 países. FH aproxima el nivel de libertad de prensa –libre, parcialmente libre o no libre– a partir del entorno legal, político y económico. La evaluación sobre África del Norte/Oriente Medio -históricamente la región menos libre del mundo- no fue esperanzadora.

A los obstáculos tradicionales –política y religión- se han sumado otras dificultades para los periodistas. Están expuestos a la muerte y a la cárcel. Mauritania y Túnez fueron considerados territorios parcialmente libres mientras que Libia, Argelia y Marruecos –también el Sahara Occidental administrado por este último- fueron evaluados como no libres para la prensa en el reporte de FH. Según los criterios de Reporteros Sin Fronteras, la situación en Mauritania (48) no fue del todo mala en 2016; en Túnez (96) existían problemas significativos; en Argelia (129) y Marruecos (131) la situación era difícil; y, en Libia (164) muy grave.

En Mauritania disminuyeron la violencia y las intimidaciones pero la mayoría de periodistas se autocensuraron para tratar ciertos temas (corrupción, militares, Islam, esclavitud). Eventos críticos: Mohamed Cheikh Ould, bloguero, fue condenado a muerte por apostasía (2014); y, se votó la ley sobre cibercrimen. Túnez experimentó cambios positivos pero persistieron las presiones -sin detenciones arbitrarias ni periodistas encarcelados-. Los medios tradicionales se autocensuraron pero los medios digitales trataron de cambiar esas prácticas, sostuvo RSF.

En Argelia el gobierno ha ejercido censura directa e indirecta, se han aplicado leyes restrictivas y controlado los órganos reguladores de los medios, evidenció FH. Los periodistas siguen siendo víctimas de la aplicación abusiva del código penal además del cierre a cadenas de televisión. El  11 de diciembre (2016) murió el periodista Mohamed Tamalt, en huelga de hambre para oponerse a su condena. Fue encarcelado en junio y condenado en julio –a dos años de cárcel y 200.000 dinares de multa- por “insultar a un cuerpo constituido” y “atentar contra la persona del Presidente”. La familia acusó, previamente, malos tratos contra el periodista. El hermano denunció, tras su muerte, que Mohamed recibió golpes en la cabeza. Yasmine Kacha, directora de la oficina de RSF en el norte de África, cuestionó: “¿cómo pueden las expresiones expuestas en Facebook poner a una persona en riesgo de tal manera?”.

Los medios tradicionales marroquíes han enfrentado severas restricciones pero sectores de la población acceden a puntos de vista independientes a través de Internet, emisiones por satélite y radio privada, según documentó FH. RSF anotó el lento pero constante deterioro para la libertad de prensa en el país y la presión de las autoridades sobre los medios al tratar ciertos temas (religión, autoridad, Sahara). Periodistas y reporteros ciudadanos han sufrido censura, vigilancia, intimidación, sanciones económicas y cárcel. Se advirtió que, con las enmiendas al código penal, se busca limitar el derecho a la información.

Libia avanzó en su deterioro. Amenazas, secuestros y ataques obligaron al exilio de periodistas. Los medios experimentaron una notable apertura tras la caída de Gadafi pero fueron capturados por los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk, con lo cual y a su pesar, muchos quedaron convertidos en portavoces de facciones o milicias que detentan el control en las regiones, coincidieron FH y RSF. Inseguridad, terrorismo y conflicto político han obstruido el trabajo de la prensa. Periodistas asesinados, secuestrados y desaparecidos. En agosto (2016) se produjo la muerte del fotoperiodista Abdelkader Fassou; y, en octubre, un francotirador de ISIS asesinó al periodista holandés Jeroen Oerlemans. Otros once periodistas fueron asesinados en Libia desde 2011. La impunidad es total.

El nuevo informe de Freedom House (2017) -publicado en días pasados- presenta variaciones para esta región: Túnez ahora es territorio libre para la prensa y Marruecos es parcialmente libre (el Sahara mantuvo la evaluación de 2016). Libia, Argelia y Mauritania son países no libres.

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