Ley, Billy the Kid y los nacionalistas

Los viernes son una caja donde puede surgir desde una zanahoria a un lagarto con lengua larga y cobarde. He puesto ese título pero, en esa capacidad del escritor que debe dejar fluir todo lo que empuje allí dentro diremos hoy:

“La noche del 25 de julio de 1880, Billy the Kid atravesó al galope de su overo la calle principal, o única, de Fort Summer. El calor apretaba y no habían encendido las lámparas; el comisario Garret sentado en un sillón de hamaca en un corredor, sacó el revólver y le descerrajó un balazo en el vientre. El overo siguió; el jinete se desplomó en la calle de tierra. Garret le encajó un segundo balazo. El pueblo trancó bien las ventanas. La agonía fue larga. (1)

Ayer en una clase de filosofía, hable de Locke, pero no de su política sino de cómo se forma la Idea en nuestra mente. Dice este autor, que en nosotros aparecen ideas simples sobre percepciones que despiertan los objetos y las agrupamos en ideas más complejas. Por ello la manzana seria —por dar un ejemplo, una sustancia compuesta de olor, sabor color, tamaño y hasta humedad.

¿Qué tiene que ver esto con Billy the Kid? Tal vez, que su muerte es una interpretación del pasado que ha cambiado. No hay idea más compleja que la desaparición del Oeste americano y el fin de la libertad basada en una pistola.

Aun hoy les persigue a millones de americanos, sujetos a la desproporción del miedo a la inseguridad y su creencia en la ley propia y personal del gatillo. Pero como está comprobado todos sucumben ante otro disparo.

Por ello la ley es una idea compleja más interesante: sujeta a todos ante el límite del desvarió de un tercero que aparece de una manera inesperada. @mundiario

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Notas:

(1) Historia Universal de la Infamia, Jorge Luis Borges, pág. 71. Edición del año 1983.

(2) Mis amigos nacionalistas en Cataluña no han entendido aun la metáfora de la ley, piensan que ellos mandan con el gatillo de sus opiniones, por ello nuestra comunidad se ha dividido.