Las dos orillas del Mediterráneo, dos mundos cruzados condenados a entenderse

Imagen promocional de Marruecos.
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Análisis de fondo: Adel Fartakh, profesor en la Escuela Superior de Tecnología en la Universidad Hassan II de Casablanca y doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, debuta hoy en MUNDIARIO.
Las dos orillas del Mediterráneo, dos mundos cruzados condenados a entenderse

España y Marruecos son dos países vecinos con una parte importante de su historia compartida que están condenados a entenderse para convivir en paz y armonía. Entre ellos hay muchos puntos de unión pero es importante recordar que constituyen la frontera entre el occidente cristiano-laico y el oriente árabe-musulmán. La frontera no es solo geográfica sino cultural, social, religiosa y desde mi punto de vista, sobre todo, de diferencia de desarrollo.

Dejando  de lado, el conflicto histórico sobre el Sahara, y otras disputas que suelen existir entre países vecinos, de las que queda mucho por discutir, me  concentraré sobre lo que el Gobierno español puede hacer de forma diferente o mejor para favorecer el  desarrollo y las buenas relaciones.  Se orientará la atención sobre algunos aspectos divergentes casi incompatibles  y otros más positivos, intentando inspirarse en iniciativas y oportunidades que podrían contribuir a mejorar las relaciones:

1-  La actitud respecto a Ceuta y Melilla

El Gobierno español se niega a cualquier discusión sobre este tema. En mi opinión los  límites geográficos, stricto sensu, dan  una visión restrictiva   y lo que prima es el desarrollo y el bienestar de las gentes. Las dos ciudades, como es notorio, viven y se desarrollan fundamentalmente sobre la actividad del contrabando con Marruecos,  con extensión a otros países del Magreb – Argelia, Túnez y Mauritania- .Este comercio ilegal es el causante de la quiebra de un gran número de empresas, con el consecuente efecto  que lleva a la  destrucción de miles y miles de puestos de trabajo, aumento del paro,  y influencia nefasta sobre la economía nacional. Además esto ocurre en el Norte de Marruecos que es una de las Zonas más deprimidas del país.  Estas dos ciudades son muy activas en el tráfico de drogas y en el blanqueo de dinero;  junto a Gibraltar constituyen el “triangulo negro” del Mediterráneo y en este sentido la actitud de los responsables locales de las dos partes,  deja mucho que desear.

2-  En los foros internacionales los ejecutivos españoles y los euro-mediterráneos de la Comunidad Europea continúan empeñándose en un  enfrentamiento sistemático contra las  peticiones y las solicitudes de facilitaciones por parte marroquí, en materia de agricultura y pesca;  siguen pensando que Marruecos puede convirtiese en un serio competidor para los productos españoles. Esto es falso simplemente porque Marruecos es un pequeño productor comparado con España, además utiliza productos y tecnología española.  En realidad  es el mejor cliente de dicho país en el continente africano. Además hay que tener en cuenta que una parte de la producción agrícola y pesquera de Marruecos está controlada por empresas españolas o mixtas.

3-  La falta de colaboración es administrativa y burocrático es otro aspecto que constituye ulteriores obstáculos y dificultades para la obtención de visados para poder viajar a España. En el 2012 más de un millón de turistas marroquíes residentes en Marruecos han escogido España como destino de sus vacaciones. Existe una normativa comunitaria que indiscutiblemente se tiene que respetar para combatir  la inmigración clandestina, el trabajo y la estancia ilegal en Europa, y regular los flujos migratorios legales. Pero eso no puede ser una justificación para considerar cualquier ciudadano marroquí, entre los que hay profesionales como empresarios, artistas, profesiones liberales, etc., candidatos a la emigración de su propio país.   Esa conducta  me parece un abuso y una falta de consideración. También destacar la “educación, cortesía y respeto que mantienes los administrativos” hacia el público a la hora de cumplir con su deber. Por otro lado, los que quieren irse a toda costa no se decepcionan ante la crisis y están dispuestos a entrar en  otros circuitos ilegales, pero bien conocidos, y no suelen pasar por los consulados.

4-  La exportación española a Marruecos ha tenido un comportamiento excepcional a lo largo del año 2012, batiendo el anterior record histórico alcanzado en 2011, hasta suponer 5.294,59  millones de €, un 28,70% más que el año anterior. 

Con 18.839 empresas que exportaron a Marruecos a lo largo de 2012, Marruecos es ya el noveno mercado de exportación español, principal socio comercial detrás de Estados Unidos fuera del mercado comunitario. Marruecos supone un 2,38% del total de las ventas de España al exterior, un 33,37% del total de las exportaciones españolas al continente  y un 47,20 del total de las exportaciones al área mediterránea africana.

Este fuerte crecimiento de las exportaciones, por encima de la media de la UE,  ha permitido posicionar a España como primer proveedor de Marruecos, llegando a superar Francia, según los últimos datos del  Office des Changes. En el marco europeo, y según datos de Eurostacom esta evolución seria aún más marcada, posicionando además a España no sólo como primer proveedor sino también como primer cliente de Marruecos.

Durante el año 2012, 2.771 empresas españolas realizaron importaciones de Marruecos, entre las que las 100 primeras importaron el 76,7% del valor total.

Es notorio que el Gobierno españolhace mucho y bien para el desarrollo de Marruecos, nadie lo niega, pero indiscutiblemente puede progresar centrando las energías de una manera más adecuadas a las exigencias que evolucionan rápidamente. Marruecos es un amplio país en el que queda mucho que hacer y gran parte de este mucho, lo puede realizar España, sus instituciones y su sector privado.

Con este artículo se intentará también aportar algunas ideas para intentar mejorar las  relaciones entre el mundo ibérico y el mundo marroquí. Siendo  realistas, hay que asumir que, no obstante la vecindad y los intereses comerciales, quedan en el fondo cierto recelo por ambas partes.

Ya existe un intercambio comercial que se podría mejorar, desarrollar si hubiera más comunicación, más voluntad, mejores relaciones diplomáticas, menos prejuicios y menos racismo. La orilla Sur del Mediterráneo hace ya tiempo empujaba hacia Europa, hubo una consistente migración hacia España, Italia, Francia, buscando  un trabajo,  los estudios, o sencillamente para lograr un futuro mejor. En muchísimos casos, el viaje hacia la puerta de Europa, que llevaba consigo el sueño de nuevas oportunidades, esfumó dejando solamente una gran desilusión.

Las relaciones entre Marruecos y España, nunca fueron totalmente relajadas, las tensiones, desde el punto de vista político, como hemos visto líneas arriba, estaban bien presentes a lo largo de la historia. España que en su tiempo fue un país de emigrantes, en su papel de país de acogida tuvo bastantes dificultades en superar sin prejuicios los procesos migratorios. Hasta cierto punto, el bienestar de los últimos años les hizo olvidar lo que significa dejar su propio país, y su mundo de relaciones, para tener una vida mejor.

Por otro lado, no todos los marroquíes lograron asimilar los aspectos básicos de la cultura española. La incomprensión y la ignorancia suele generar conflictividad. La manipulación de la información, alimentó el desencuentro y contribuyó en dar una mala imagen del emigrante marroquí. A mi manera de ver, todavía queda en el fondo una profunda desconfianza recíproca relacionada con el mutuo desconocimiento. Sería importante intentar suavizar esas asperezas que siguen impidiendo una real y profunda colaboración. Resulta bastante claro, que los dos pueblos, se fijaron más en lo que los divide, en vez de lo que los une. Hay colaboraciones en muchos campos, pero es como si fuera algo dictado por conveniencias recíprocas, y no una voluntad de intercambio para evolucionar juntos.

Está claro que cada una de las dos culturas tiene que seguir su propio camino, desarrollando matices de identidad propia, pero eso no impide un proyecto paralelo en donde las dos culturas pudieran desarrollar los puntos comunes. La sociedad marroquí ha estado abierta de una manera privilegiada con respecto a Francia y esto puede de cualquier manera haber contribuido en tener menos interés en cultivar los puntos comunes con España.

Me pregunto, ¿por qué el sur de Europa no se alimentó de una curiosidad vital y dinámica, hacia el mundo árabe? ¿Cuánto influyeron en éste la mirada crítica de la comunidad internacional hacia la religión, el terrorismo internacional, el miedo, la diferente cultura, los derechos civiles?.

Ahora a poco a poco, las cosas están cambiando: la crisis actual, impone a las empresas europeas de buscar nuevos socios, y en este enfoque Marruecos va a ser un país privilegiado. Desde la óptica del europeo y también del español, Marruecos es un país estable, liberal con un bagaje de intercambio, bien probado, a todos los niveles, con Francia.

Si la migración de gentes de un país a otros siempre llevó consigo problemas de convivencia, de aceptación y adaptación, está claro que con la catástrofe determinada por los eventos terroristas que cambiaron el mundo, las distancias entre el pensamiento común del occidente y el mundo musulmán se acentuaron.

Por esta razón todo lo que aparecía diferente, representaba automáticamente un peligro. Así paulatinamente iba formándose una desconfianza creciente hacia los valores de las sociedades de cultura árabe. Las crónicas de los atentados, que se mantuvieron en primer plano durante mucho tiempo, grabaron un surco en las mentes y los ánimos de la gente. La demonización indiscriminada hacia el mundo árabe alimentó sospechas y miedos. Por esta razón, los inmigrantes que ya tenían que luchar contra el hecho de ser ciudadanos de serie B, tuvieron que enfrentarse con nuevos prejuicios.

Está claro que cuanto más uniformidad de pensamiento haya en la gente, tanto más fácil va a ser controlarla. Y eso es lo que ocurrió en el occidente. La mayoría de la gente se dejó persuadir en la identificación del “enemigo” común.

Las relaciones entre España y Marruecos que fueron expuestas a altibajos, podrían mejorar, y parece que haya la voluntad para que eso ocurra. Durante mucho tiempo se perdió de vista lo que es el real valor de las diferencias entre pueblos: un enriquecimiento cultural. Lo más importante es comprender las diversidades, conocerlas, para no temerlas, y además valorarlas por lo que traen en sí, en/de aspectos positivos. No se puede evolucionar quedándose parados en la misma posición, anclados a ideas cristalizadas.

Por esta razón, hay que buscar la complementariedad como base de colaboración. Abrir las mentes a pesar del intento de manipulación de los poderes fuertes. Cada sociedad puede valorarse por lo que trae en si como si fuera una dote: que cada uno ofrezca lo mejor que tiene, y buscar puntos de encuentro, sin camuflajes. Pero eso no se puede hacer desde la “ignorancia o desde la indiferencia del otro y de sus costumbres”, actitud que los países ricos tienen hacia los pobres. Somos muchos en este planeta y hay que convivir, y lo ideal sería poder convivir todos de una manera digna.

Otro aspecto fundamental, es que Marruecos “se deje conocer” más por sus vecinos geográficos y con eso, quiero decir, que el mantener sus costumbre, eso no significa el cerrar las puertas al conocimiento y culturas.  Sería importante que también a nivel político los países que se asoman en el/al Mediterráneo crearan sinergias en vez que competencias. Está claro que, el aspecto cultural es la base para que las generaciones de jóvenes puedan crecer con una mentalidad suficientemente flexible para relacionarse con los europeos y especialmente con España e Italia, que son los países en los cuales hubo la mayor emigración.

Todo lo expuesto anteriormente  es, en definitiva, es dar la oportunidad al país vecino, el poder de apreciar y valorar las peculiaridades de la sociedad marroquí, su patrimonio cultural, la artesanía, el turismo, entre otras cosas.

a)  Valoración del turismo familiar:

En estos últimos años, Marruecos está conociendo un crecimiento consistente del turismo que, dada las distintas características del territorio, puede ofrecer soluciones muy diversas. A parte los establecimientos turísticos ya consolidados, creo que se podría dar mayor resalte a través de una valoración capilar de muchas pequeñas estructuras a gestión familiar. El objetivo debería concentrarse en la valoración de la hospitalidad y de las relaciones humanas entre viajeros y autóctonos. Hay una mayor atención por parte del turista europeo y el español en particular, en buscar situaciones que le hagan sentir “viajero” en vez de “turista”. Hay una búsqueda de soluciones que permitan al extranjero de entrar en contacto con la realidad más genuina, íntima, casi familiar. No se trata solo de pequeños hoteles con encanto, pero también promocionar la acogida en familias. Ese sería una manera muy interesante y inteligente que merezca algunas consideraciones. Un “viajero” que se quede en una familia, está mucho más incline al diálogo, se pueden crear enlaces que van más allá de la relación que pude instaurarse entre el cliente y la estructura hotelera en donde las personas se identifican con el  número de la habitación. Podría ser beneficioso para los dos: para el viajero sería una solución de gastar menos, y en estos tiempos de crisis significaría poder viajar en vez de quedarse en casa, y para las familias de acogida, ganar un dinero extra.

Lo que quiero decir, es que para superar prejuicios hay que conocerse; en este sentido, la crisis que España está viviendo, puede tener un aspecto positivo: menos viajes de tipo tradicionales, y búsqueda de soluciones alternativas un poco más baratas. Además hay la tendencia por parte de un cierto turismo culto, que busca y desea  sentirse parte de una realidad adentrarse sin ser solo un espectador;  por eso para vivir una situación verdadera están dispuestos a adaptarse a menores conforts estándar. Buscan más un confort del alma. Puede ser una oportunidad inmejorable para dar un paso en adelante.

Es evidente que hay que cultivar también “el turismo de élite”, un proceso que ya está en marcha y que está creciendo. Para incrementar esta tipología se pueden considerar otros aspectos, que oportunamente organizados, puede constituir un valor añadido.

b) Valoración de la gastronomía o lo gastronómico:

La cultura culinaria de un país es algo muy importante para atraer turismo. Marruecos puede lucirse de una cocina muy variada  y exquisita. El problema es que en el extranjero se desconocen platos y especialidades de la gastronomía marroquí -tres o cuatro como máximo-. Eso hay que arreglarlo. Sería importante que las distintas regiones promocionaran iniciativas cultural-gastronómicas, por ejemplo, una o dos veces al año. En estos salones, se podría promocionar los productos de alta calidad, dar a conocer platos de la tradición y también la evolución de los mismos, a través de la cocina creativa moderna, con la participación de cocineros de fama. Utilizar  materias primas de alta calidad, y llevar también los estudiantes de escuelas hoteleras españolas y marroquíes y hacerles preparar platos de cocina creativa y tradicional. Todo eso acompañado por eventos culturales de contorno, como por ejemplo conciertos, o exposiciones, presentaciones de libros, etc.

c)  Valoración de las artes y la artesanía de calidad:

Promocionar la artesanía y las artes, con la creación de un “Salón del Lujo”: que comprenda diferentes categoría de manufacturados: joyería, alta moda, diseño, arte, golf, accesoria para la náutica etc. Seleccionar expositores o participantes que puedan ofrecer un producto exportable en las capitales más importantes. Valorar el trabajo artesanal que está desapareciendo en Europa,y darle el justo valor. Hay que eliminar la idea de que un producto marroquí tiene que ser solo un producto barato.

d) Intercambio empresarial:

Realizaciones de Fórum económicos entre empresas de los dos países, pero desarrollando una distribución capilar; así que mejor crear eventos con un número limitado de empresas entre 30 o 40, en vez de macro-eventos, que casi siempre  podrían dar a conocer sus ofertas comerciales o de colaboración.  Para hacer esto se podrían crear plataformas virtuales en donde cada ayuntamiento expresara sus exigencias, y las empresas extranjeras interesadas podrían ponerse en contacto de una manera muy simple. Además se podrían poner en marcha colaboraciones para trabajar en otros países árabes intercambiando tecnología y experiencia europea con técnicas de elaboración y conocimiento del contexto de las empresas marroquíes.

e)  Acuerdo sobre la denominación de los productos, origen y materiales:

Mantener una compatibilidad de normas que garanticen la bondad de los productos bien alimentario, indumentos, artesanía. Adecuarse al realizar el “carnet de identidad” de los productos para exportarlos con más facilidad. Adecuarse a los estándares europeos los productos alimentarios -sin tratamientos tóxicos- y la calidad de los textiles, con especial cuidado hacia los colores utilizados, que no contengan elementos químicos dañinos para la salud.

f)  Cultura y los jóvenes:

Incentivar los intercambios culturales y familiares entre jóvenes permitiendo experiencias de viajes de estudios; contemplar la posibilidad que los chavales,  puedan experimentar un trabajo adecuado durante el fin de semana o por las tardes, para que puedan darse cuenta de la realidad del país, y del valor del trabajo y el dinero correspondiente.

g)  Propuestas culturales variadas:

Realización de festivales musicales en donde habrá contaminaciones y mezclas de géneros: es la síntesis perfecta de como diversos géneros, mezclándose puedan generar algo realmente valido que ponga bases para un dialogo artístico.

 La escultura y la pintura: exposiciones artísticas de arte antiguo y contemporáneo: el arte antiguo, evidenciaría los puntos en común. El arte contemporáneo representará el recorrido diferente en todos sus matices, talleres en los museos para estudiantes y visitantes.

Encuentros literarios con autores hispano-marroquíes, preferiblemente con visiones contrapuestas con respecto a un tema a debatir: el objetivo sería llegar a entender donde está el punto de encuentro. Alimentar lo más posible el debate cultural: intentar que Marruecos pueda ser el punto de referencia cultural de Norte de África; ese es el momento. Los otros países se están enfrentando a otros problemas. Para Marruecos es el momento adecuado para hacer escuchar su voz culta en el Mediterráneo.   

h) Patrimonio histórico y artístico:

Valoración del Patrimonio Histórico y artístico como motor del turismo culto. Marruecos tiene la gran oportunidad de dar impulso al turismo también gracias a su imponente Patrimonio Artístico. Sería interesante poder crear un plan de recuperación según prioridades; no hay que olvidar que Marruecos representó el foco principal de la arquitectura hispano-musulmana durante seis siglos, creando uno de los grandes movimientos del arte islámico.

Hay que considerar también que en Marruecos, han logrado un altísimo nivel también las erróneamente denominadas “artes menores”, talla de madera, edición de libros, cerámicas, joyas, tejidos, un conjunto de artesanía artística que sigue siendo muy viva y es famosa también en el extranjero constituyendo un atractivo para los visitantes. 

Por eso sería importante dar empuje y desarrollo a las Escuelas de Artesanía y Bellas Artes, completando la formación de una manera más completa, aportando también un soporte científico de elevada especialización. Podría ser útil también pensar en intercambios culturales con estudiantes de escuelas similares organizando viajes de estudios que permitan ampliar la visión artística de los jóvenes, y tener una mayor consciencia de recorrido del patrimonio artístico. Sería útil no solo desde punto de vista técnico, sino también para que aprendan a confrontarse con realidades diferentes en sociedades culturalmente distintas. Eso es muy importante para ampliar horizontes en los jóvenes que constituirán el Marruecos y la España del futuro.

Con internet se han duplicado las oportunidades de comunicación entre personas que puedan tener intereses comunes. Por ejemplo la música, las artes, los  deportes, el cine, la literatura, los viajes. La vecindad con España y el conocimiento por parte de muchos marroquíes de la lengua española, facilita mucho el diálogo. Por esta razón resulta bastante fácil crear movimientos de gente que sigan eventos, de cualquier tipo.

Últimamente en Europa muchos artistas, o creadores de eventos, están utilizando el denominado “crowdfounfing” o “micro-financiaciónmasivo” para buscar fondos. Por ejemplo: en Italia el creador de un evento cultural importante en Venecia, se quedó sin recursos y utilizando este sistema, apoyándose a plataformas virtuales especializadas, consiguió obtener donaciones voluntarias por parte de gente interesada en el evento, con un pago mínimo de 5 euros. Logró un capital de 90.000, euros. Músicos de fama internacional están utilizando este sistema para financiar festivales, dado que la financiación pública está reducida al mínimo.  Quien organiza este tipo de eventos, sabe informarse de una manera adecuada como se pueden obtener cifras importantes, que se podrían utilizar para muchas actividades. Está claro que el objetivo tiene que ser transparente.

Se me ocurre una idea, por ejemplo, ese dinero a parte que sirva para eventos cultuales, si el proceso se realizara por parte de ayuntamientos de pueblos pequeños podría ser útil para iniciativas culturales o también para promocionar lo que tienen de interés turístico, a menudo desconocido a los demás o para eventuales ayudas a pequeñas empresas familiares que lo merecen por la calidad de sus servicios.

Para concluir, todas estas consideraciones nos llevan a un punto crucial: superar las barreras, a través de espíritu de colaboración. Es indispensable la voluntad política que soporte y facilite la comunicación e instile la idea que la unión y los esfuerzos positivos pueden llevar en si grandes mejorías. Es indispensable trabajar de una manera intensa en las escuelas, encontrar argumentos de agregación. Las dificultades que las empresas puedan encontrar a la hora del desarrollo de sus actividades, pueden ser más fácilmente superables comprendiendo mutuamente las distintas exigencias.

Intentar poner de lado, por parte de ambos países, las incomprensiones del pasado antiguo y reciente. No necesariamente uno debe prevalecer sobre el otro. Éste es también un punto clave. Muchas empresas piensan que trabajar en otro país, se reduzca a explotación pura y dura, y no, no es esa la vía que seguir, para mejorar las relaciones. Hay que crecer juntos con una realidad nueva, con otro espíritu, acercarse mental y socialmente. Empresas que en sus tierra conceden beneficios a sus empleados deberían hacer lo mismo en tierra extranjera. Un ejemplo: hay empresas que organizan en su interior servicios de guarderías, o cursos de formación para los trabajadores, deberían hacer lo mismo en sus sedes al extranjero. Invertir en el extranjero, no puede reducirse solo en pagar menos el trabajo de la gente, al contrario, tiene que ser también una oportunidad de mejorar conocimientos y experiencias, una posibilidad más para que salgan nuevas ideas, adaptarse a la nueva situación.

Ya hemos visto que el negocio salvaje, concentrado solo en sí mismo, basado solamente en el resultado económico, sin la atención hacia los trabajadores, no es un síntoma de evolución, al contrario. Es solo una nueva forma de colonialismo económico; creo que ha llegado el momento ya en que lo que tienen consolidados derechos adquiridos y un trabajo digno, exporten también esos pasos adelante, esas características.

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