¿Se justifican los recursos públicos que Sánchez usa en vacaciones?

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Lugares que visitará Pedro Sánchez en sus vacaciones. / RR SS.
Decía Sandro Pertini que un socialista debe ser muy prudente en el uso de recursos públicos cuando ocupa un cargo oficial.
¿Se justifican los recursos públicos que Sánchez usa en vacaciones?

Decía el verdadero socialista Sandro Pertini, que fue el presidente más querido por los italianos, que cuando se ocupa un cargo público que permite esa posibilidad hay que ser extremadamente prudente y cauto en el uso de los recursos públicos de los que se pueda disponer. Y él mismo era un claro ejemplo: Toda su vida vivió en un pequeño apartamento en Roma, frente a la Fontana de Trevi, y jamás en la residencia oficial que le hubiera correspondido como jefe de Estado. Remarcaba Pertini que si aquella prudencia debería ser regla general para todo político, en el caso de un socialista era un principio inexcusable. Sólo una vez rompió ese principio, cuando envió un avión a buscar los restos del secretario general del Partido Comunista italiano Enrico Berlinguer.

No creo yo que Pedro Sánchez conozca esta cita, ya que desde luego no se caracteriza precisamente por aplicársela. Cierto que, sin ir más allá de nuestra historia reciente, no ha sido el único político español que, con contadas excepciones, ha usado y abusado de las prerrogativas del cargo a cuesta del erario público, sin sensibilidad ni miramientos por el gasto originado; pero en ese sentido, Pedro Sánchez, desde el primer día que durmió en la Moncloa los aventaja a todos.

Este año, las vacaciones del presidente Sánchez se dividirán en dos partes en residencias del Estado, primero en La Mareta, en Lanzarote, en el palacio que Husein de Jordania regaló a Juan Carlos I y que éste, pese a que era un regalo personal, que debería haber mantenido por su cuenta, como hizo con el famoso yate que le regalaron los empresarios mallorquines, lo cedió a Patrimonio del Estado, para seguir usándolo gratis. La segunda parte de sus vacaciones, Sánchez se acomodará en el Palacio de las Marismillas, en el Parque Natural de Doñana. O sea, veraneo gratis. Antes de la llegada de Sánchez a Lanzarote, La Mareta fue objeto de diversas obras de mejora, incluida la ampliación del muro que separa la residencia y el jardín de La Mareta. Esta tapia cuenta ahora con una pantalla blanca adicional de dos metros que eleva la altura total a unos cuatro metros.

Gastos no justificados y el interés general

Además el profuso uso de los medios públicos, especialmente aviones y helicópteros para su traslado, no siempre justificado por la causa que lo provoca, ha sido una constante en el caso del presidente, quien no ha reparado en ocasionar elevados gastos a costa de los contribuyentes españoles, bien lejos de lo que Pertini recomendaba. Ahora, además, alegando motivos de seguridad, estos desplazamientos están cubiertos por el secreto de Estado, entendiendo que lo exige la seguridad del presidente, al margen de lo que previene la Ley de Transparencia para éste y otros casos.

Pero lo más asombroso no es ya el desmedido uso de los bienes públicos que usa quien presume de ser socialista, sino el modo en que se justifican tales dispendios. La historia se inicia cuando se descubre que el presidente y su señora han usado un Falcon para desplazarse a Castellón para asistir al Festival Internacional de Benicássin (FIB) o a la Rioja para estar presente en la boda de su cuñad.  Se dijo oficialmente que tales viajes “tienen como objetivo el interés general del país, y se realizan con estricto cumplimiento de todo el ordenamiento jurídico”. Luego, en el primer caso, se dijo que era para mantener una reunión de urgencia con el presidente de aquella comunidad, celebrada a posteriori y que duró menos de una hora, En el caso del uso de los mismos medios para asistir a mítines del PSOE no se explicó nada. Con su habitual cinismo, la entonces vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, mintió de forma descarada con ocasión del viaje a Castellón, afirmando que Sánchez tuviera “todo el día” una completa agenda institucional para asistir por la noche a “un evento cultural” y se reunió con el presidente Ximo Puig.

Conviene recordar que en la respuesta oficial del Gobierno sobre estos viajes al diputado de Ciudadanos Miguel Gutiérrez quien preguntaba cómo se podían justificar y por qué tales desplazamientos fueran declarados secreto oficial, fue que Los desplazamientos del Presidente del Gobierno tienen como objetivo el interés general del país”. O sea, que el viaje de Sánchez en Falcon a un concierto de rock, la asistencia en helicóptero oficial a la boda de su cuñado o el desplazamiento a Valladolid en avión presidencial, con lo eficaz que es el AVE son materia clasificada de interés general.

Secretos de Estado para cubrirse

Parece una burla al sentido común que el Gobierno diga que “Los informes sobre movimientos de aeronaves militares, como los planes de protección de autoridades y pasajeros sometidas a la misma y, en concreto, los informes y datos estadísticos sobre movimientos de fuerzas, buques o aeronaves militares, tienen la consideración de materia clasificada, en virtud del Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986, en relación con la Ley 9/1968 de 5 de abril, reguladora de los Secretos Oficiales y modificada por la Ley 48/1978, de 7 de octubre”.

Cada hora de vuelo del Falcon cuesta a los españoles 2.000 euros y 6.000i si es en Airbus. A eso hay que añadir los costos de manutención, alojamiento y dietas del personal si pernocta fuera de sus bases, siempre en los mejores hoteles. Y aparte el despliegue de medios de transporte terrestre y el despliegue de escoltar y guardia civil, en ocasiones para recorrer unos pocos kilómetros. Este tipo de despliegues empezaron con Zapatero, en tanto eran más discretos en tiempos de Aznar y Rajoy. Cuando este último venía a Galicia por asuntos personales, lo acompañaba una discreta escolta, viajaba por carretera o en vuelos comerciales que pagaba de su bolsillo,

Con respecto a La Mareta, es cierto que otros políticos la usaron antes que Sánchez para una estancia o cortas vacaciones. Fue empleada como alojamiento de Estado para visitantes extranjeros como Helmut Kohl, Mijaíl Gorbachov, Gerhard Schröder, Václav Havel o Nursultan Nazarbayev. Por el PP se alojaron allí alguna vez José María Aznar o Rodrigo Rato. Fue lugar de veranero de Zapatero en 2005, ese mismo año pasaron allí las Navidades los entonces Príncipes de España, y Sanchez empezó a usarla desde fin de año de 2018, y en agosto de 2020 y 2021.

Llevando a la paisana

Como ya hicieran Aznar y Zapatero en su día, Sánchez tiene la costumbre de llevar a su esposa a viajes de Estado en los que no pinta nada, a cuenta de los contribuyentes, y no es primera ni segunda dama de nada. No aplica aquello que dicen los ingleses de que “no se lleva la esposa a la oficina”. Por cierto, que sobre la frecuente estancia de sus amistades en dependencias públicas, como La Mareta o la finca de Doñana no se aplica las reglas que rigen en otras residencias oficiales, como en la Casa Blanca: el presidente paga de su bolsillo las invitaciones a sus amistades o los cumpleaños de sus hijas, como hacía Obama. @mundiario 

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