La justicia británica inicia su debate sobre el dilema del oro de Venezuela
Reino Unido es ahora el centro de una suerte de dilema político en la confusa y atípica crisis de poder en Venezuela, donde dos fuerzas políticas enmarcadas en élites empresariales, militares y partidistas, se han dividido el control del Estado y sus riquezas financieras. La situación se ha tornado una pugna por el dominio del activo que sustenta las mermadas finanzas de un país que ha perdido acceso absoluto a los mercados de capitales.
Y es que el Gobierno británico se encuentra en una posición centralizada entre el reconocimiento de dos autoridades de facto que buscan anularse entre sí en Venezuela: el gobierno de Nicolás Maduro (líder del chavismo) y el gobierno interino de Juan Guaidó (líder de la oposición).
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Este martes se dio inicio a un juicio en Londres para que sea la justicia británica quien determine cuál de ambos gobiernos es el legítimo dueño que podrá tener acceso a una parte de las reservas de oro venezolanas custodiada por el Banco de Inglaterra.
El juez Nigel Teare, titular de la División Comercial y de Propiedad del Tribunal Superior de Reino Unido, deberá dictaminar en una fecha futura, si es la junta del Banco Central de Venezuela (BCV) designada por Maduro, presidida por Calixto Ortega, o la junta paralela (ad hoc) designada por Guaidó, la que posee la legitimidad necesaria para tomar control de las reservas de 31 toneladas de lingotes de oro, valoradas en 1.300 millones de dólares.
Esas reservas podrían ser empleadas de forma estratégica por cualquier de los dos pseudo-gobiernos que logre tener acceso y control a los lingotes, pues, en el caso de la administración de Maduro, este busca que los fondos de esa reservas sean transferidos directamente al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) para comprar insumos médicos y recursos sanitarios a fin de atender la emergencia del coronavirus en el país, aunque el gobierno interino de Guaidó denuncia que el chavismo pretende desviar esos recursos para almacenarlos en estructuras paralelas de capital controladas por la cúpula de poder de Maduro.
Entretanto, la administración del líder opositor Guaidó buscaría emplear esos fondos en la inyección de ayudas y subsidios a la población venezolana, aunque el gobierno de Maduro también denuncia que el círculo de confianza de su rival opositor, tiene la intención de hacerse con el control de esos US$1.300 millones para alimentar las riquezas que, según el oficialismo venezolano, han acumulado con el financiamiento que el Gobierno de Estados Unidos le ha suministrado al equipo político de su amparado mandatario provisional en Venezuela. @mundiario
