Dos preguntas para el ex ministro José Blanco, ahora eurodiputado del PSOE

Blanco fue ministro de Fomento.
Blanco fue ministro de Fomento.

Hace unos años, en un acto abierto del PSOE en Vigo, en que se aprestó a contestar a las preguntas del público, el alcalde Abel Caballero impidió que pudiera hacerle dos bien sencillas...

 

Dos preguntas para el ex ministro José Blanco, ahora eurodiputado del PSOE

Hace unos años, en un acto abierto del PSOE en Vigo, en que se aprestó a contestar a las preguntas del público, el alcalde Abel Caballero impidió que pudiera hacerle dos bien sencillas.

Si ustedes entran en la web del Parlamento Europeo y teclean el nombre de José Blanco, verán las comisiones y actividades donde se supone que interviene, pero si pinchan en curriculum, se encontrarán con que “no está disponible”. Si buscan otros diputados de los países representados y eligen cualquiera al azar, con un poco de suerte, podrán leer cuál es su formación, en qué han trabajado, aparte de las funciones que hubieran desempeñado en la política.

Los currículos de los diputados contienen los apartados de formación (títulos y diplomas), carrera profesional, carrera política, otras actividades y, en su caso, las condecoraciones. Del señor Blanco no hay un solo detalle. Bien es cierto que no es el único de los parlamentarios que no cuentan su vida laboral. Pero otros lo hacen con detalle, por ejemplo, Curzio Maltese, que elijo al azar, nos dice que de 1981 a 2014 fue periodista y también autor teatral. Y así otros muchos. O sea, que sabemos a qué se ha dedicado antes de ir a Bruselas. En los currículos electorales de Blanco se le atribuye, sin más detalles, la condición de administrativo (¿dónde?) y haber iniciado -pero no concluido- los estudios de Derecho. En alguna materia llegó a agotar las convocatorias sin superar conocimientos esenciales.

La salud pública de una comunidad exige que quienes la gobiernan sean ejemplares en los valores comunes que conforman lo que la gente de la calle llama un hombre cabal. En el Reino Unido, nadie va a la política si previamente no ha realizado alguna actividad profesional. Algunos son obreros que devienen en líderes sindicales y acaban en el Partido Laborista; otros, como así ocurrió, han trabajado en el circo, y llegan a primeros ministros conservadores. Pero nadie se imagina allí un caso como el del personaje que nos ocupa.

La política es una dedicación, no una profesión, salvo entre nosotros. Estos días se empieza a ronronear el nombre de quien, para mí, constituye un ejemplo negativo de lo que no se debe ser en la vida. Sin oficio, sin beneficio, sin otra formación que ser habilidoso para manipular un partido huérfano de líderes o de líderes fracasados, la casualidad o una serie de coincidencias llevaron a la paradoja de que un sujeto sin currículum laboral fuera nombrado ministro de Fomento; es decir, el departamento que debe estimular el trabajo y la creación de riqueza del país y cuidar de que todo funcione.

Mal debe andar la organización territorial del PSOE en Galicia si se empieza a ir lanzando la idea de que José Blanco puede ser su candidato a la Xunta de Galicia. Pero ya comienza a apreciarse el aire turiferario que lo va dejando caer. Sin otro modo de vida que la política –que debió de serle rentable por lo que luce- este caballero acampa a la sopa boba del Parlamento Europea, si bien ni su propio partido se molesta en contarnos con detalle qué viene haciendo allí. Aparte tiene una web bien planteada donde vierte sus opiniones al tiempo que se pone a disposición de quien quiera acudir a él, ignoro con qué resultados.

De vez en cuando, será para justificar el sueldo, nos cuentan que ha hecho algo, como cuando pidió a la Comisión Europea (CE) que rebajase el recorte de la cuota pesquera aplicado a España. Eso está bien, pero poco más. O al menos aquí no nos enteramos ni su propio partido nos da cuenta, salvo lo dicho. O sea, que no debe de ser gran cosa.

Los gallegos somos un pueblo de trabajadores, de gente que se gana su jornal en la ocupación de cada uno. ¿Es que el PSOE no conserva un poco de respeto por los obreros, los profesionales, los marineros y los campesinos y quiere recuperar a este personaje para gobernarnos cuando no ha hecho otra cosa que ir viviendo de la política, hasta que lo aparcaron en Bruselas, porque en algún sitio hubo que ponerlo?

Hace unos años, en un acto abierto del PSOE en Vigo, en que se aprestó a contestar a las preguntas del público, el alcalde Abel Caballero impidió que yo pudiera hacerle dos bien sencillas, mediante la simple táctica de no darme la palabra, pese a que yo levantaba la mano repetidamente. Sólo iba a preguntarle cuál era actualmente el debate político dentro del PSOE, si alguna vez se plateaban volver a ser un partido republicano y, por fin, se podía decirme cuál era su oficio o dedicación laboral, aparte de la política.

Sigo esperando a que me lo digan.

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