Jordania advierte a Israel de las “consecuencias devastadoras” por la escalada en Jerusalén

Mezquita Al-Aqsa, en Jerusalén Este. / RR.SS
Mezquita Al-Aqsa, en Jerusalén Este. / RR.SS

Un nuevo atrincheramiento de cientos de palestinos en la mezquita de Al-Aqsa eleva las tensiones, mientras que Siria e Israel sostienen el fuego cruzado durante el fin de semana.

Jordania advierte a Israel de las “consecuencias devastadoras” por la escalada en Jerusalén

Las tensiones en Oriente Próximo escalan a una velocidad vertiginosa. Un nuevo atrincheramiento de cientos de palestinos en la mezquita de Al-Aqsa, en la Jerusalén Este ocupada, ha enfrentado a Israel con Jordania. Unos 350 de fieles musulmanes se encerraron al filo de la medianoche del sábado a orar en el interior del templo, pero consiguieron pasar la noche hasta el domingo sin ser desalojados a la fuerza por la policía israelí, como ocurrió ya dos veces esta misma semana.

El incidente, aunque resuelto por la vía diplomática, ha terminado en el intercambio de reproches entre las diplomacias de ambos países, que se ha alargado hasta este domingo, en el que se han producido nuevos bombardeos que han arrastrado a Siria a la confrontación, después de que las Fuerzas Armadas israelíes dispararan varios misiles. El domingo ya se preveía bastante complicado con la coincidencia del Domingo de Resurrección cristiano, el mes del Ramadán musulmán y la bendición sacerdotal de la Pésaj (Pascua judía).

Mientras la Policía israelí se preparaba para responder al nuevo atrincheramiento de fieles musulmanes en el templo, considerado el tercer lugar más sagrado del islam y principal símbolo nacionalista palestino, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania (país administrador de los lugares santos en Israel) emitió un comunicado en el que advertía a las autoridades israelíes de las “consecuencias catastróficas” de que las fuerzas de seguridad entraran a la mezquita con la intención de desalojar a los palestinos.

“La violación de la santidad de la mezquita de Al-Aqsa por las fuerzas policiales y atacar de nuevo a los fieles en un intento de vaciarla de fieles solo llevará la situación a más tensión y violencia por la que todo el mundo pagaría el precio”, reza el comunicado. En una segunda misiva, el Ministerio jordano responsabiliza al Gobierno israelí de la escalada de tensiones en Jerusalén y en los territorios palestinos ocupados.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Israel respondió para pedirle a Amán que “retire de inmediato” del interior del templo de Al-Aqsa a los “extremistas” que “planean disturbios” en la Explanada de las Mezquitas y en el Muro de las Lamentaciones, el sitio más sagrado dentro del judaísmo que se encuentra justo al lado. “Quienes profanan la santidad de la mezquita de Al-Aqsa y se atrincheran en ella son una turba peligrosa, radicalizada e incitada por Hamás y otras organizaciones terroristas”, sentencia Israel.

Fuego cruzado entre Siria e Israel

La escalada de tensiones antes de los días festivos, con ataques mortales entre palestinos y colonos israelíes, ha terminado por concentrarse en las irrupciones de la policía en la mezquita Al-Aqsa, que los países árabes han condenado. Las autoridades palestinas respondieron con los lanzamientos de misiles contra territorio israelí, mientras que el Gobierno del primer ministro judío, Benjamín Netanyahu, respondió haciendo lo propio.

La espiral de violencia se convirtió en el año con mayor actividad en dos décadas, con una treintena de misiles lanzados desde el sur del Líbano contra Israel, una acción inédita desde la guerra de 2006 contra Hezbollah. La ola de ataques escaló este fin de semana, después de que las autoridades israelíes reportaran la detección de tres cohetes lanzados desde Siria al filo de la noche del sábado, para que el domingo por la mañana se reportaran otros tres misiles en dos localidades de los Altos del Golán, una región originalmente siria que fue ocupada por Israel tras la Guerra de los Seis Días en 1967.

Poco después, el ejército israelí dio a conocer que respondió a los ataques bombardeando con drones las lanzaderas desde las que se dispararon los misiles, así como zonas de artillería. Israelí indicó que después atacó objetivos de la armada siria, como una base y sistemas de radares militares, para dejar constancia de que “considera al Estado sirio responsable de todas las actividades que suceden en su territorio y no permitirá intento alguno de vulnerar la soberanía israelí”. @mundiario

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