Jimmy ‘Ryan’, el nuevo presidente de Guatemala y su novela política

¿Quién es? ¿Cómo llegó ahí? ¿Por qué diablos un hombre con una vida en familia la cambiaría para caminar en los delicados valles minados de la política?

Emergió de la más escondida nada de la política y se convirtió en el inquilino de los despachos del Ejecutivo. Él y sus más cercanos amigos y seguidores lo defienden a muerte como alguien honesto, transparente y honrado. 

¿De quién lo defienden? De la opinión pública, de los medios y de otros políticos que lo ven como un don nadie en materia de cómo guiar a un país con tantas crisis como el suyo. Como puede, cuando puede y donde puede saca lo que al principio parecía un intimidante sable blindado de honorabiilidad pero que con el paso del tiempo, de los comentarios en medios de comunicación, de declaraciones de detractores y del incesante debilitamiento de su recién estrenado gobierno se ha convertido en un arma con el mismo filo que un cuchillo desechable. Entonces, ¿por qué sigue ahí? 

¡Ah, porque la política ofrece lo que no ofrece, probablemente, ningún otro trabajo en el mundo! ¡Alabanza! Este individuo jamás había caminado en los campos de la política, jamás se había parado enfrente de miles de semejantes, a quienes nunca había visto y que probablemente nunca volverá a ver. Repartió abrazos, dedicó sonrisas, se tomó fotos con ellos y hasta regaló autógrafos. "¿A quién no le gustaría esto?" piensa él, "¿a quién no le gustaría ser aclamado, aplaudido, admirado? ¿A quién no le gustaría que tocaran su mano como si de él emanara un poder milagroso que le da seguridad a la gente?". Cada palabra que sale de su boca en sus discursos es como una saeta empapada de adrenalina que agita a las masas que, excitadas, pues bien es sabido que en grandes grupos nadie es iconoclasta, baten sus palmas alentando a quien, por la siguiente olimpiada, les guiará a la tierra prometida. Pero hay una gran pregunta que es tan sencilla que resulta insultante: ¿cómo lo hará?

Recibirá un gobierno vacío, debilitado, amenazado por fuerzas paralelas al Estado y tendrá una lucha contra el "otro Estado", el que no confía en él en absoluto, el que desde el primer segundo de su gobierno le criticó y le juzgó, y nada apunta de momento a que esto cambie. Encima de eso, no tiene un equipo sólido, por no decir ningún equipo en absoluto. Tendrá algunos amigos que ya han caminado antes en el valle de la política, pero saben por experiencia propia que aunque aquel parezca un paisaje de los Alpes suizos es más bien un campo minado, y esas minas pueden explotar al primer paso en falso. Por si esto fuera poco, tendrá que lidiar con un terrorista temido hasta por sus detractores, un obsesionado con el poder y quien no le dejará dormir hasta pagar viejas cuentas pendientes.

Tampoco contará con ningún consejo de experiencia, pues su antecesor cayó a manos del odio de sus detractores y la enardecida multitud no le perdonará ningún movimiento engañoso, aún en estado de shock por el final del presidente previo. 

Damas y caballeros, les presento a Jack Ryan, ex agente de la CIA que se convirtió súbitamente en presidente de Estados Unidos, y que es el personaje principal de la novela de suspenso político de Tom Clancy, Órdenes Ejecutivas, y a quien Jimmy Morales interpretará a partir del 14 de enero de 2016. Pueden leer el libro, de hecho se lo recomiendo pues es uno de los mejores en su género que he leído, pero lo cierto es que, tratándose de Guatemala, el final que tenga la versión de Jimmy será más increíble que la del libro. Morales interpretará así un personaje que hasta el mismísimo Harrison Ford ha protagonizado. Jimmy Ryan, disponible en redes sociales, medios de comunicación y conversaciones de todos los guatemaltecos.

Cualquier parecido entre la novela Órdenes Ejecutivas y el gobierno de Jimmy Morales es pura coincidencia. (El libro fue escrito hace 20 años, pero hombre, quién diría que encontraría su "alegoría" en Guatemala).