Infectados: el cómic financiado por la UE en 2012 que predice una pandemia global

Portada cómic Infectados. / UE
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La historieta trata de aleccionar a los diplomáticos europeos sobre lo que podría pasar si se desencadena una pandemia y cuál sería, según ellos, la respuesta adecuada a la misma. Veamos en qué se parece el cómic a la realidad.
Infectados: el cómic financiado por la UE en 2012 que predice una pandemia global

El destino quiso que tras la publicación de un cómic en 2012, financiado por la Unión Europea, sobre una pandemia global y la creación del programa europeo One Health (Una Salud), en 2020 el SARS-CoV-2 haya golpeado a la población mundial.

El cómic, que puede leerse al completo aquí, fue editado solo a nivel interno de las instituciones de la UE, por lo que no se puso a la venta para el público general, pero no se trató de una publicación secreta ya que cuenta con su identificador bibliográfico y de registro, además puede descargarse fácilmente, si se sabe llegar a la url de descarga, en el apartado de Publicaciones oficiales de la UE en su página web. A la vista pero oculto.

El cómic lleva por título Infectados y alerta en el inicio que “si bien la historia puede ser ficticia, sin embargo está entrelazada con cierta información objetiva”.

La ficción del cómic Infectados

Lo más irreal de este cómic es que nos presentan en las primeras páginas a un viajero en el tiempo que llega desde el futuro para alertar sobre la próxima pandemia y ofrecer un antídoto. Esto provoca que distintos países, en el comic se centran en China, quieran hacerse con el antídoto para así venderlo a las compañías farmacéuticas.

La “información objetiva” del cómic Infectados

En la historia nos muestran la transmisión de un virus nuevo de animales a humanos en un mercado asiático. Aquí la primera coincidencia con la realidad: se cree que el nuevo coronavirus se trata de una zoonosis, es decir, una enfermedad infeccionas que se transmite de forma natural de animales a seres humanos, y viceversa, y que surgió por vez primera en el mercado de animales de Wuhan (China).

Uno de los diálogos del personaje llamado Samuel de la Mancha, asesor de la ONU, indica “imagina si estuvieras infectado en este mercado por un nuevo agente contagioso. Probablemente ni siquiera se dará uno cuenta hasta el final del período de incubación”. De nuevo, un acercamiento con la realidad actual sorprendente. Hace unos días conocíamos por una investigación realizada por biólogos de la Universidad de Barcelona y publicada en la revista Frontiers in Medicine, que, aunque oficialmente el brote de SARS-CoV-2 se presentó de manera imprevisible en el mercado popular de animales salvajes de Wuhan (China) en diciembre de 2019, los estudios filogenéticos indican que el coronavirus circulaba en fase de latencia ya desde octubre en esa ciudad de la provincia china de Hubei.

El cómic prevé el distanciamiento social o el fracaso de la OMS para actuar lo suficientemente rápido frente a la pandemia. De nuevo, otro baño de realidad.

La historia concluye con el surgimiento de la One Health, un proyecto que persigue mejorar la colaboración entre los sectores que directa o indirectamente están relacionados con la salud animal y humana.

Qué es One Health

El concepto de One Health se abordó por vez primera en 2004 en una conferencia en Manhattan. El virus de la gripe aviar H5N1 que golpeó con fuerza en 2004 hizo que la Asociación Médica Veterinaria de los EE UU estableciese un grupo de trabajo bajo la iniciativa One Health en 2006. Un año después la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), se aliaron bajo el paraguas de este proyecto global. Las primeras reuniones internacionales con el tema de One Health se celebraron en 2011 tanto en África como en Australia.

Este concepto de "Una Salud", desarrollado como respuesta a la propagación de graves enfermedades infecciosas y zoonóticas, sigue sin ser lo suficientemente operativo como para dar respuestas eficaces, a tenor de la situación actual en la que parece que nadie ha sabido dar respuesta rápida a la propagación del virus. Cabe preguntarse de qué sirven tantos proyectos y financiación si la respuesta en una epidemia real acaba pasando por la visión política y unos expertos desconocidos, si nos centramos en el triste caso de España. Será que, como se expresa en las recomendaciones finales del cómic respecto a cómo debe ser la comunicación de las instituciones públicas al ciudadano: hay que trasladar que “los expertos no lo saben todo”. Lo llaman: explicar la incertidumbre. @opinionadas en @mundiario

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