Imposible trasladar el pacto entre PP y PSOE al escenario político gallego
El acuerdo alcanzado entre populares y socialistas a nivel nacional difícilmente podría escenificarse en Galicia. En principio porque tal vez Alberto Núñez Feijoo no lo necesite, en todo caso no en este momento.
Es evidente que a Rajoy la imagen le beneficia dentro y fuera del país. Esta es la foto que muchos ciudadanos quieren ver y además no es lo mismo presentarse en el Cumbre Europea con el apoyo del segundo partido del país que hacerlo sólo, aunque se tenga una mayoría holgada y segura. A Rubalcaba también le viene bien dar un giro a su imagen de aliado incondicional de causas minoritarias y con poca vocación de estado. A ambos les conviene dar un toque de atención a los partidos minoritarios y reafirmar que España sigue siendo una democracia bipartidista.
En Galicia las cosas son distintas. Feijoo está cómodamente instalado en su mayoría absoluta y desde ella intenta controlar los asuntos más candentes: naval, preferentes, política minera... El PSdG apenas está en condiciones de poner un orden en sus filas y mira más hacia AGE intentando, con poco éxito de momento, no ser difuminado por el discurso cabreado y radical de Beiras.
Un pacto PPdG-PSdG para resolver los asuntos que más preocupan a los gallegos es casi impensable. Probablemente habrá que esperar a que los socialistas aclaren en su congreso quién toma las riendas de un barco que, a veces, parece ir a la deriva.
Una de las dirigentes del PP a la que no molestaría que repitiese Pachi Vázquez es Paula Prado, portavoz de los populares gallegos desde que arrancó esta segunda legislatura. Para ella es - irónicamente- el mejor candidato rival de los populares, aunque reconoce que no cree que el líder orensano tenga tan claro volver a presentarse. Paula Prado estará en el programa de entrevistas y análisis de Popular TV “Galicia Opina” y hará una repaso a los problemas que- a pesar de todo- preocupan al equipo de Feijoo: la encrucijada de las preferentes, la compleja situación que atraviesa el naval o los casos de presunta corrupción que afectan al ayuntamiento compostelano, que ella misma dejó hace sólo seis meses.