Importa el mensaje general que llega desde Cataluña: es posible una tercera vía

Vistas de Barcelona. / Pixabay.
Vistas de Barcelona. / Pixabay

Las fórmulas deben de ser exploradas en el marco común: relectura competencial, federalización, compromiso político, cesión tributaria, etc. Fórmulas que permitan a una comunidad más dinámica avanzar y profundizar en las soluciones a sus problemas específicos.

Importa el mensaje general que llega desde Cataluña: es posible una tercera vía

Como en los juegos de envite, la proximidad de la convocatoria de elecciones catalanas acompañadas del prometido referéndum, está comenzando a resquebrajar el monolitismo de las fuerzas independentistas. Dado que compiten entre ellas, además de estar unidas contra el Gobierno central, sus estrategias comienzan a diferenciarse. Así hemos visto a Artur Mas, paladín de la secesión, proponer en Madrid una tercera vía, eso sí, como  iniciativa del Estado. En San Sebastián, acompañado de Ibarretxe y Otegi, pero no del Gobierno vasco, repetirá la oferta.

Mientras Puigdemont mantiene invariable el compromiso de referéndum, con el apoyo de la CUP. Jonqueras calla, pues aspira directamente a presidir la Generalitat. Al tiempo se van conociendo los contactos y entrevistas de unos y otros con el Ejecutivo de Rajoy y con otras fuerzas políticas.

Todavía estamos muy lejos de un acuerdo. Pero la proximidad del precipicio comienza a surtir efecto. Hasta ahora sólo en los gestos. La conferencia de Mas ha sido una reiteración de los tópicos que él mismo y su grupo vienen repitiendo desde hace años. Como son retórica no servirán de base para ningún acuerdo. Pero importa el mensaje general: es posible una tercera vía.

La cuestión de fondo, mejora de la financiación y del autogobierno, tiene distintas soluciones posibles. La más directa es también la más inviable, pues ninguna comunidad autónoma aceptará  un régimen singular para Cataluña, se llame como se llame. Por tanto las fórmulas deben de ser exploradas en el marco común: relectura competencial, federalización, compromiso político, cesión tributaria, etc. Fórmulas que permitan a una comunidad más dinámica, y Cataluña sin duda lo es en mayor grado que la mayoría, avanzar y profundizar en las soluciones a sus problemas específicos. Y hacerlo de forma que la pulsión secesionista quede embridada por los intereses comunes.

En ese proceso, que solo si es delicado y discreto será eficaz, se necesitará hacer oídos sordos a la catarata de declaraciones provocadoras, dirigidas a la propia parroquia nacionalista. Cuando se le ha prometido el cielo, quedarse en el mundo terrenal siempre es frustrante, salvo que se envuelva bien.

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