Ian Gibson y Reverte analizan en Sevilla la presencia extranjera en la Guerra Civil española

Mesa Redonda
Mesa redonda sobre la Guerra Civil española (1936-1939) en Sevilla. / Mundiario

Las intervenciones de la penúltima jornada de Letras y Guerra Civil en la Fundación Cajasol  de Gibson, Reverte y Molina fueron un claro reflejo del panorama historiográfico español sobre el conflicto: ecuanimidad y tendenciosidad. 

Ian Gibson y Reverte analizan en Sevilla la presencia extranjera en la Guerra Civil española

La interesante mesa redonda “Voluntarios, periodistas, hispanistas y extranjeros bajo el fuego”  en las Jornadas Letras y Guerra Civil en la Fundación Cajasol Sevilla. Junto a Ian Gibson y Pérez Reverte, se invitó a  Antonio Molina, profesor contratado de la Facultad de Comunicación. Jesús Vigorra, el conductor de las jornadas “Letras y Guerra Civil”, abrió el acto reivindicando el papel de los extranjeros e hispanistas. Una mirada lúcida, más imparcial y objetiva que supone un valioso contrapunto a la historia del conflicto.

En un primer lugar Reverte destacó que hubo extranjeros voluntarios de ambos sesgos como Orwell que vino a luchar con el POUM o el inglés Peter Kemp, profesor de Oxford que se alisto la Legión y  se recordó el valor del testimonio entre otros de los periodistas que trabajaron en el conflicto como  Hemingway, Barzini , Steer, Gerda Taro, Koltsov,  Orwell, O'DowdGallaghe,o Harold Cardozo corresponsal del Daily Mail.

Reverte citó también a los famosos espías del Komintern, que con tapadera periodística, fueron  agentes comunistas como Arthur Keoestler y Kim Philby, que sería uno de los más famosos espías de la Guerra Fría.

Quiso resaltar la enorme deuda de nuestro país, tanto con los testigos extranjeros como con los hispanistas que estructuraron el escenario en el que se instalarían con posterioridad novelistas  e historiadores. Sus testimonios articularon un corpus de información y tomarían el relevo los famosos hispanistas de una primera generación que se convertiría en mentora de la siguiente como Southworth, Gabriel Jackson, Raymond Carr o Hugh Thomas

Quijote, romanticismo y Guerra de Independencia

Gibson inició su disertación con una hermosa semblanza del gran atractivo que ejercía España y en concreto Andalucía, mezcla y Oriente y Occidente en el público británico. Citó a Washington Irving, Chateaubriand o Byron ( que tiene un poema  sobre Cádiz y las hermosas gaditanas)

Insistió en la influencia del Quijote como inspiración que arraiga en la conciencia literaria británica y la Guerra de la Independencia, y  cómo ese imaginario romántico confluye en el atractivo de la Guerra Civil.

Los voluntarios

Se abordó en sucesivas ocasiones  el idealismo de las Brigadas Internacionales, aunque no en  el de los voluntarios del bando rebelde. (  Italianos, Irlandeses San Patricios, Viriatos, rusos blancos y  franceses de Juana de Arco)

Pérez Reverte quiso recordar que muchos de los que lucharon en España quedaron marcados y tuvieron una vida dramática, ejecutados o encarcelados. No se olvidó tampoco de voluntarios internacionales de infausta huella  “que fueron auténticos canallas como el comunista francés André Marty,  gran ejecutor de españoles en la retaguardia y agentes soviéticos que ajustaron cuentas con trostkistas y anarquistas”.

Molina quiso apuntar la decepción de los voluntarios con sus propios gobiernos por negarse a vender armas a la República, mientras que el bando insurgente recibía ayuda de Alemania e Italia  ( obvio la ayuda soviética).

Lejos del tema planteado en la mesa redonda de voluntarios y extranjeros, Molina  continuó con un discurso tendencioso y  deslavazado de la tónica general. Comenzando con “la espeluznante Causa General”,  el terror de Mola en Guernica, parafraseó a Hitler para desmerecer la inteligencia de Franco, especuló sobre las muertes aéreas de Mola y Sanjurjo,  la muerte de Ramón Franco, hasta el sueldo  y la inactividad progolpista de los conjurados con Sanjurjo  y calificó el  régimen de Franco como un régimen terrorista, y  para remarcarlo hasta silabeó la palabra te-rro-ris-ta.

La condición humana y la violencia de la guerra

Gibson, no ocultando las simpatías republicanas,dio  toda una lección de ecuanimidad al insistir en “ no hay que centrarse siempre en resaltar los crímenes del otro bando. Hay que limpiar antes la propia casa”, y  se lamentó profundamente de  lo ocurrido en Paracuellos “  una matanza sistemática de presos falangistas y de derechas. Un episodio de terror atroz que no se había historiado a fondo”.   Reconoció que cuando escribió su libro sobre el tema “no se sabía lo que se sabía ahora” y que había que  llegar a fondo con Carrillo. Llegó a más, e incluso abordó con dureza y a la vez  tristeza  la represión republicana  en Madrid “Lo de Madrid fue un derramamiento de sangre tremendo”   e hizo paralelismos con el libro de BareaLa forja de un rebelde” y el de Camilo José Cela “Mazurca para dos muertos” , en los que el sadismo del asesino falangista y al asesino rojo comparten elementos comunes. Gibson reconoció que a veces el romanticismo llega a impedir ver la verdad y lo ejemplificó en la negación  en la gente de izquierdas de reconocer el terror y el miedo del gobierno de Fidel Castro que él había constatado en su visita a la isla

Pérez Reverte recordó que la condición humana es el elemento común de la violencia de todas las guerras, la traición, la delación, la supervivencia  y hasta convertirse en verdugos para salvarse ellos mismos. 

Vigorra intervino encauzando el tema en los corresponsales como Robert Cappa o Hemingway.  El cartagenro recordó que la gran mayoría de los corresponsales eran abiertamente pro republicanos y paradigmático fue el caso de John Dos Passos que horrorizado cambió de bando al ver el terrible panorama y  represión en Barcelona de los  asesinatos comunistas a los de su mismo bando, en este caso anarquistas y trotskistas.

Para Reverte, Orwell  por la misma razón personifica la profunda decepción de los jóvenes extranjeros idealistas. Matiza que todos resaltaron el entusiasmo del pueblo, pero a la vez  su desprecio por la ruindad de la retaguardia ,las discordias internas y la vileza moral de los dirigentes republicanos.

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Hitler no habría entrado en París con otro devenir de la guerra española

Molina quiso restar importancia a la violencia en el bando republicano de la que dijo era “ Casual y mucho más esporádica” .Siguiendo  a Preston insistió en la dimensión del terror sistemático y la destrucción total en el bando rebelde y una teoría del exterminio que calificó de holocausto español. Dejó desconcertado al auditorio cuando  apuntó que el afán de exterminio del holocausto judío no fue casual porque se había ensayado en la guerra española. Y más sorprendió cuando tras hacer una pregunta retórica soltó, “No creo que los nazis hubieran entrado en París si hubiese sido otro el resultado de la guerra española”.

Molina, continuando con su discurso  llegó a decir que “Franco quiere una vuelta a los valores imperiales inventados, es tan terrible… como que se inventan cosas que no existían y son patrañas”. Aquí Reverte cortó en seco  al profesor y  lo negó con rotundidad “No se los inventa, resucitan,   eran conceptos que ya existían.  Toca resortes que ya estaban en el alma española”

La pregunta más polémica de la tarde fue cuando le preguntaron a Pérez-Reverte que si hubiera ganado el  bando republicano que hubiera pasado en España. No le tembló el pulso en decir que con los comunistas al mando, una brutal represión. Tan dura como fue la húngara, polaca o checeslovaca, lo que pareció a desconcertar a sus compañeros de mesa. Aún asi defendió al ejército comunista diciendo que era la única fuerza organizada -aunque a veces criminalmente organizada- y admiró su papel táctico.

Sobre otra pregunta sobre la persecución religiosa, Reverte ahondó en las penurias del campesino español y la gran desigualdad de generaciones, que hacían actos desesperados que no pueden juzgarse con la mentalidad de hoy pero el señor Molina  dirigió al público a una página web de un artista que relaciona la quema de símbolos religiosos con los grandes hitos del arte de las primeras vanguardias y soltó que "se quemaba iglesias desde la pasión, una pasión bíblica".

Vigorra y Gibson

Debate sobre la Guerra Civil española (1936-1939) en Sevilla.

La realidad actual española

Los tres comparecientes quisieron señalar la gran pérdida cultural y el retroceso en muchos ámbitos que supuso el fin de la república, en la condición de la mujer y el ambiente intelectual y literario. En clave política actual, Gibson expresó que  “Con todo lo que hay aquí es la última oportunidad,, no se puede perder el tren si esta vez fallamos va a ser muy difícil y vamos a quedar muy descolgados” Mensaje un tanto hermético aunque podría unirse a una de las reflexiones que hizo sobre su decepción por “la desunión del PSOE  para echar a Maríano y una casi negación de Podemos”.

La editorial El Ruedo Ibérico, María Zambrano, Lorca, José Antonio, las figuras de Elena Fortún y  Teresa León ( recordadas por Almudena Grandes) Antonio y  Manuel Machado, Chaves Nogales, hasta  añorada La clave de  Balbin  afloraron en una mesa redonda excelentemente conducida por Jesús Vigorra que resultó muy enriquecedora. Marcada por el gran peso como historiador, simpatía y sentimiento de Gibson, la personalidad arrolladora y solvencia literaria de Pérez Reverte  y  el discurso tendencioso de Molina,  fue un fiel reflejo del panorama  históriográfico actual.  

Las jornadas de Letras y Guerrra Civil de Cajasol  aún echando de menos alguna figura de peso de otra orientación, supusieron un acontecimiento, un acercamiento único a uno de los temas más apasionantes y todavía controvertidos de la reciente historia española, Jornadas de enorme enriquecimiento en las que ha imperado el talante de conciliación y la reflexión equilibrada,

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