La batalla por la alcaldía de Barcelona: ¿Comanches o transfronterizos?

Vista aérea de Barcelona.
Vista aérea de Barcelona.

Se abre paso a la batalla entre nacionalistas y Ciudadanos. O entre un modelo de ciudad al servicio de la bandera y sus fobias de representatividad del sentimiento, o una ciudad conectada a las demandas de ciudades Smart, y con miles de ciudadanos venidos a mezclar su talento sin más.

La batalla por la alcaldía de Barcelona: ¿Comanches o transfronterizos?

A comienzos de 2018 asistiremos a una batalla política que se dirimirá en la undécima ciudad de europea. El modelo asistencialista de turismo al cual Colau y su gente han buscado poner un límite ha fracasado. En la sociedad catalana existe un gran hartazgo sobre un discurso ideológico que no entiende la economía de ciudades conectadas en red. La militante anti desahucios gobierna Barcelona con la más exigua cantidad de representantes. Se abre paso a la batalla entre nacionalistas y Ciudadanos. O entre un modelo de ciudad al servicio de la bandera y sus fobias de representatividad del sentimiento o una ciudad conectada a las demandas de ciudades Smart, y con miles de ciudadanos venidos a mezclar su talento sin más.

Y es una de las primeras experiencias que un político nacido en la ciudad pero transfronterizo pueda ser alcalde. Ciudadanos ha vuelto a romper la baraja, lo hizo primero presentando a la Generalitat una candidata mujer, joven y transfronteriza (o así la consideran los comanches nacionalistas a Inés Arrimadas)

Las grandes ciudades cambian de piel, y son una mezcla de clase media agrupadas por apetitos culturales diversos y en las cuales su base socio-nacional varia intentando ver reflejada en su alcalde nuevas maneras de gobernar. En esta próxima elección los comanches nacionalistas saben que no pueden perder ante un ciudadano transfronterizo, ello sería como aceptar que la piel: los hábitos y consumos políticos han mutado. Pero allí está el alcalde de Londres o la alcaldesa de Paris (uno musulmán, la otra de origen español.

La población extranjera refuerza su peso en la ciudad: crece el número de empadronados foráneos en todos los distritos y en todos los barrios menos el de La Clota (Horta-Guinardó).  En Barcelona residen ahora 288.675 extranjeros, un 17,81 del total de la población (en el 2016 este porcentaje se situó en el 16,6% y en el 2009 había llegado al 18%). La evolución ha sido vertiginosa: a mediados de los 90 había un 2% de extranjeros en la ciudad. Cada vez el porcentaje de extranjeros es mayor en la ciudad y los españoles que se marchan aumenta y comprobamos que ya solo el 54% son nacidos en Barcelona ciudad.

¿Drama?, ¿batalla? Asistiremos al cambio de una nueva ciudad que avanza en otra dirección, con tal vez un alcalde transfronterizo: Valls y Ciudadanos. De última ambos han nacido en Barcelona, mal que le pese a los comanches que solo hablan de símbolos. @mundiario

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