Este hombre simple, remozado con gags, nos va dejando un mal chiste de país

Jimmy Morales, actual presidente de Guatemala, en su época de comediante.
Jimmy Morales, actual presidente de Guatemala, en su época de comediante.

Los desaciertos condensados en tres meses de gobierno de Jimmy Morales deben verse con preocupación, falta mucho camino que recorrer de este periodo y francamente da pavor.

Este hombre simple, remozado con gags, nos va dejando un mal chiste de país

Tres meses han sido suficientes para esbozar el gobierno de Jimmy Morales, entre otras cosas: pide donaciones para superar la crisis hospitalaria, solicita a los maestros que donen escritorios para sus alumnos (luego dice que fue un chiste), ofrece a Donald Trump mano de obra barata para construir el muro entre México y Estados Unidos (y luego argumenta que fue ironía), desdice sus ofrecimientos de campaña aceptando tránsfugas en su partido, no tiene liderazgo en la bancada oficial y ésta pone de rodillas a sus gobernadores, escribe país con “z” y todo él resulta ser un remedo de presidente.

Guatemala atraviesa uno de los momentos más importantes de su vida democrática, los golpes que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público han dado a estructuras criminales enquistadas en el gobierno, han sido fuertes, y lo mejor, tupidos.  Sin embargo, la clase política se lo toma a juego y sigue comportándose de manera irresponsable, prepotente y aferrándose a la impunidad.  El presidente Morales no sale de su rol de “actor” sin darse cuenta que ya no está en la farándula, ya no produce, dirige y actúa en películas de mal gusto, ahora dirige un país.  No está a la altura de las demandas ciudadanas y tampoco le sigue el paso al comisionado Iván Velásquez y la fiscal Thelma Aldana. Su periodo presidencial apenas comienza y ya da miedo lo que le falta por recorrer.

El presidente Morales no sale de su rol de “actor” sin darse cuenta que ya no está en la farándula, ya no produce, dirige y actúa en películas de mal gusto, ahora dirige un país.

El actual presidente parece protagonizar su propio reality show, no sale de su postura de “actor y comediante”, hace chistes impropios, intenta con metáforas, fábulas y cuentos, gobernar un país que precisa de experiencia, capacidad, profesionalismo y política de altura.  No es consciente del daño que hace y en sentido contrario, piensa que es “Pepe Mujica Chapín”.

Mientras tanto, en Guatemala mueren niños por desnutrición aguda en la puerta de los Centros de Salud o muy lejos de ellos, y el Sistema de Salud en general está en crisis. La violencia se ha vuelto parte del paisaje y ya nadie se sorprende por los muertos diarios en manos del crimen organizado. El Congreso de la República reúne a muchos guatemaltecos realmente impresentables (ineptos, corruptos y cínicos). Los encargados de dirigir el país no tienen rumbo, los representados por ellos tampoco lo tenemos.

Las bromas de mal gusto en materia de política internacional son errores imperdonables.  Hasta ahora el gobierno del presidente Morales ha resultado ser un mal chiste, digno de un mal comediante. 

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