Historia, política y escatología para entender el mundo

Escatología. / YouTube
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La escatología es una ciencia existente en las tres grandes religiones monoteístas.
Historia, política y escatología para entender el mundo

Entender el mundo no es cosa de gandules. Sin embargo, es una tarea que no implica ni requiere milagros. Para ello se necesita una constante voluntad pero, sobre todo, zozobra y obsesión sinceras y crónicas –en el sentido positivo de esos dos términos– para ver solucionados los problemas y conflictos del mundo.

Mi receta para entender el mundo es recurrir a cuatro disciplinas: a la historia para entender el pasado, por qué ocurrieron los acontecimientos históricos y descubrir cómo hemos llegado a la situación actual; a la política (en sus dimensiones locales, regionales e internacionales) para saber cómo funcionan las cosas de la naciones, en qué fallan los estados y cómo aquello afecta a los pueblos para que cambien las sociedades; a la escatología (e implícitamente a las diferentes religiones) para indagar qué es lo que crea discrepancia o concordancia entre unos y otros individuos o grupos humanos y hacia dónde esas religiones pregonan llevar a la Humanidad en sus futuros tiempos.

Si tengo que añadir otro elemento a esta receta, sería el de idiomas. Creo que toda lengua es un medio tan imprescindible como peligroso según la intención de quien lo maneja ya que la traducción de un texto religioso (por ejemplo) podría ser, en ciertos contextos, una espada de doble filo. Así que se hace indispensable el aprendizaje de las lenguas mundiales tanto clásicas e históricas como las modernas predominantes en nuestra actualidad para evitar posibles manipulaciones de terceros.

Personalmente hablando, como muchos musulmanes, he heredado la fe islámica por ser hijo de musulmanes y haber nacido en tierra musulmana, pero no empecé a tomar conciencia de la doctrina del Islam sino a finales del año 2001 (tenía 19 años), después de los famosos atentados a las Torres Gemelas de Nueva York.

Como a toda persona normal y corriente, el 11-S captó mi atención y despertó en mí la voluntad de entender y asimilar cuál fue el problema para que sucediera tal evento de tal manera. Muchas cuestiones y preguntas se multiplicaron en mi mente al respecto; la mayoría de las mismas quedó sin respuestas durante años. Una de las cuestiones digna de mencionar en este contexto, aún incomprensible para mí personalmente hasta ahora, es por qué, desde el primer momento de mi interés por las religiones, me desemboqué, en mis investigaciones, en la escatología. Tal vez aquello fuera uno de los dones del destino.

Lo que sí puedo afirmar haberlo averiguado es que la escatología, como ciencia existente en las tres grandes religiones monoteístas y consistente en prever, mediante la revelación de señales, cómo y cuándo será el fin de este mundo, no obstante, difícil de entender, es una pista que facilita la misión de comprender lo que muchísimas personas están privadas de ni siquiera ver o presentir. Además, la escatología es tanto una fuente de tranquilizantes mensajes de confianza para los creyentes como una prueba irrefutable para los que todavía buscan la verdad. @mundiario

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