El hijo del dictador Marcos devuelve a su familia al poder en Filipinas

Simpatizantes de Ferdinand Marcos Jr. con una foto familiar de los Marcos, en Filipinas. / RR.SS.
Simpatizantes de Ferdinand Marcos Jr. con una foto familiar de los Marcos, en Filipinas. / RR.SS.

Bongbong Marcos y la hija del presidente Duterte han arrasado este lunes en las urnas, formando una alianza que preocupa a la sociedad democrática filipina.

El hijo del dictador Marcos devuelve a su familia al poder en Filipinas

Ferdinand Marcos Jr., de 64 años, se ha hecho con la victoria presidencial este lunes, al doblar los resultados de su principal rival cuando más del 90 % de las actas han sido escrutadas. Por lo tanto, el nuevo presidente de Filipinas será el hijo del temido dictador Ferdinand Marcos, que junto a su esposa Imelda instauraron un régimen de terror que se perpetuó en el archipiélago durante 20 años.

Las predicciones de los sondeos se han cumplido, Ferdinand ‘Bongbong’ Marcos se ha hecho con el poder después de sacar más de la mitad de los votos. Unos 67 millones de ciudadanos estaban convocados a las urnas, y el descendiente de la estirpe de los Marcos se ha hecho con al menos 30 millones de votos, mientras que su principal y más asidua rival, la vicepresidenta liberal Leni Robredo, sólo pudo cosechar un poco menos de la mitad, unos 14 millones de votos.

Por su parte, Sara Duterte-Carpio, la hija del controvertido presidente saliente, el autoritario Rodrigo Duterte, ha logrado arrasar igualmente en las urnas, conquistando así el cargo de vicepresidenta, desde donde formará una dupla en perfecta alianza con Bongbong, para gobernar siguiendo las líneas políticas de las dos familias políticas más polémicas y de temidas que han estado al frente del Ejecutivo del archipiélago.

La sociedad democrática se ha puesto alerta, dado que ambos gobiernos, tanto la dictadura de los Marcos como la presidencia de Duterte, han dejado miles de muertos asesinados extrajudicialmente, torturas y violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Un hecho que ha sido tergiversado por una fuerte campaña de desinformación en redes sociales, que ha logrado lavarle el rostro a la familia Marcos, al desprestigiar a los partidos políticos, a los medios de comunicación y al propio sistema democrático del archipiélago.

La economía y las desigualdades embargan a Filipinas

Por otra parte, no sólo se eligieron este lunes los dos cargos más importantes de la nación, sino que también han sido votados los senadores y los más de 300 diputados del país, así como unos 18.000 aspirantes a alcaldes y gobernadores. Unos 270.000 fueron desplegados en las más de 2.000 islas que componen a Filipinas, donde un poco más de 106.000 centros de votación fueron dispuestos para celebrar estos comicios.

Las mayores cuestiones que aquejan a los filipinos son la corrupción, la desigualdad de riquezas o la inseguridad alimentaria, que afecta a más de la mitad de la población de este país insular. En general, otro de los aspectos que figuraron en la campaña electoral, fue la galopante inflación que arrecia contra los bolsillos de los ciudadanos más vulnerables.

La pandemia ha generado un fuerte impacto en Filipinas, uno de los países que se ha sometido a unos de los confinamientos más prolongados del mundo, así como unas medidas restrictivas de estricto cumplimiento. Todo influyó negativamente en el turismo, uno de los mayores pilares económicos de la nación del sudeste asiático.

¿Qué fue de Bongbong tras su exilio?

Casi cuatro décadas después de que su padre fuera exiliado a Honolulú, en Hawái, Marcos Jr. ha logrado reconducir los ideales de la familia Marcos, para que fueran más atractivos con la población más joven y que no vivió la dictadura que robó entre 7.000 y 10.000 millones de dólares de las arcas del Estado y encarceló a más de 70.000 personas, torturó a la mitad de esa cifra y asesinó a más de 3.240 personas según recoge Amnistía Internacional, tras la instauración de una Ley Marcial en 1972, cuando un adolescente Bongbong cursaba su bachillerato en Inglaterra.

Bongbong, como le llamaba su padre, escapó a Hawái con su familia tras dejar la deuda pública disparada y una revolución popular pacífica, respaldada por los militares. Pero fue en noviembre de 1991, bajo el Gobierno de Corazón Aquino, que se le permitió el regreso a la familia Marcos para que pagaran por sus crímenes y devolvieran todos los bienes robados del Estado. Hasta la fecha, las autoridades reconocen que tan sólo un tercio de los bienes escondidos han sido recuperados, unos 658 millones de dólares que han reingresado al erario público.  

Al regresar, ya después del fallecimiento del dictador Marcos en 1989, la dinastía aprovechó sus conexiones locales, especialmente en su provincia natal de Ilocos Norte, para reingresar en la política. Antes de escapar, Bongbong fue vicegobernador esta provincia, pero tras su llegada al país, en el mismo 1991, logró ser congresista hasta que escaló al mando de la gobernación, diputado y senador a principios de los años 2000.

En 2015, Marcos Jr. concurrió como tándem de Duterte, que terminó perdiendo a manos de Leni Robredo. Tras la elección de Duterte y de Robredo, ambos protagonizaron un tira y afloja al ser las principales cabecillas políticas en el país. Pero ello le dio tiempo a Bongbong de prepararse para ascender al poder, como alertan varios especialistas, tergiversando la historia a su favor, para que la dictadura sea considerada como la “época dorada” de Filipinas. @mundiario

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