Guía para atender a víctimas de persecuciones políticas y guerras

Manos de un inmigrante. / Mundiario
Manos de un inmigrante. / Mundiario

El Manifiesto Mediterráneo fue dado a conocer en Euskadi con motivo del XXX aniversario de la fundación de la organización profesional AETINAPE.

Guía para atender a víctimas de persecuciones políticas y guerras

La campaña que los partidos políticos desarrollan con mayor ímpetu en los que ya son días previos al decisivo 28 de abril, que deparará la posibilidad de elegir el gobierno de la nación, ha puesto a flote una de las espinosas cuestiones todavía no resueltas  por el Ejecutivo español y que ha retenido en Barcelona durante casi tres meses al buque de la organización no gubernamental Open Arms: el papel de este tipo de entidades nacidas exclusivamente para prestar ayuda a los migrantes que se deciden a arriesgar sus vidas y las de los suyos cruzando el Mediterráneo a bordo de  todo tipo de frágiles embarcaciones y tras haber puesto esas vidas y sus propios medios materiales –casi siempre escasos, cuando no nulos– en manos de verdaderos traficantes de seres humanos a los que importa más cobrar la cuota estipulada que la seguridad de las personas que transportan de una a otra orilla.

El Manifiesto Mediterráneo, dado a conocer en Euskadi con motivo del XXX aniversario de la fundación de la organización profesional AETINAPE, resume en algunos de sus puntos la esencia de lo que debiera ser la guía que orientase a los gobiernos europeos en su atención a tantas víctimas de persecuciones políticas, guerras, etc., en sus respectivos países,  que los convierten en emigrantes a la fuerza contra los que desde la "rica" Europa se promueven políticas locales asumidas por distintas naciones, algunas de estas Estados miembros de una Unión Europea que tiene por bandera la libre circulación de ciudadanos y el acogimiento de las personas que aquí, en la vieja Europa, buscan refugio. La veda de la caza del migrante africano está abierta, cuando el punto quinto del citado Manifiesto Mediterráneo de AETINAPE estipula ingénuamente que "cuando un pescador rescata un náufrago no mira su color ni su procedencia. Se compromete con su supervivencia y se esfuerza en ofrecerle bienestar". Es, en su concepto, este punto 5, otra interpretación del Derecho Marítimo Internacional, que estipula que cualquier navegante tiene el deber moral y legal de auxiliar a un náufrago y ofrecerle el máximo de bienestar  posible.

Tanto en el manifiesto de AETINAPE como el Derecho Marítimo Internacional se reclama a los Estados el cumplimiento de su obligación de ofrecer puerto de refugio a cualquier náufrago, cuestión en la que ha de entrar en funcionamiento y de forma automática la diplomacia de los Estados.

Italia, Malta, Libia, Grecia y, como sin querer, España, han dado muestras de poner la proa a los supuestos derechos que corresponden a aquellos que llegan o parten de los citados países -y otros- y que, si bien no siempre se pueden catalogar de náufragos, lo son en tanto en cuanto ni siquiera saben dónde se encuentran cuando avistan uno de los barcos que, como el "Open Arms", intenta rescatarlos del mar y la siempre apurada situación en la que se encuentran.

El punto 9 del Manifiesto Mediterráneo –no es sino una propuesta que a nadie, desgraciadamente, obliga– proclama que el Estado "debería agradecer públicamente cualquier rescate que realice un buque español, además de ofrecerle la ayuda económica necesaria para compensar las pérdidas que el rescate o el transporte haya causado a la actividad económica de la nave puesto que, en algunas ocasiones, se causan perjuicios económicos a la actividad laboral y profesional" de aquellos que actúan bajo unos mínimos de atención al que la necesita, como es el caso de los migrantes procedentes de África.

En la asamblea general  de AETINAPE celebrada en diciembre pasado en el País Vasco,  se hizo hincapié de forma explícita en que "La comunidad marítimo-pesquera española agradece orgullosa la heroicidad de las personas que salvan vidas humanas en el mar". Y si esto lo expresan aquellos que más directamente viven las consecuencias de sus largas jornadas de trabajo en el medio marítimo, los que pisan o van a pisar moqueta o alfombras de buen pelo, nada debieran objetar para el cumplimiento de tales objetivos. 

Háganse a la idea para tener claros los conceptos antes de que el 28 de abril conozcan el resultado de las elecciones generales a las Cortes españolas. @mundiario

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