Los grandes partidos inician su precampaña no oficial con críticas cruzadas

Debate electoral en Atresmedia. / Mundiario
Debate electoral en Atresmedia. / Mundiario

En esta precampaña, abierta con los partidos a la busca de culpable del adelanto electoral,  PP y Cs coinciden en responsabilizar a Pedro Sánchez pero no en la validez electoral de España Suma. A su vez, Sánchez pide una mayoría más clara y pasa a la ofensiva política.

Los grandes partidos inician su precampaña no oficial con críticas cruzadas

Consumado el nuevo fracaso de formación de Gobierno, los partidos han empezado una especie de precampaña en la que han empezado a dispararse entre sí. Cada uno busca argumentos para responsabilizar al otro y empezar a ganar gracias de cara a la campaña para los comicios del 10 de noviembre, la cual será la más corta a raíz de la reforma legal que se aplicó para que estas segundas convocatorias duren apenas una semana. Eso en hechos, pero en palabras ha empezado desde el martes, cuando el Rey no propuso a ningún candidato.

El PSOE no tuvo miramientos en acusar a todos los partidos de oposición y hasta Unidas Podemos. "La irresponsabilidad ha sido de Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pablo Casado. ¿Dónde ha quedado su patriotismo?”, protestó Sergio Gutiérrez, diputado socialista por Castilla-La Mancha. Por su parte, el Partido Popular mediante su portavoz parlamentaria Cayetana Álvarez de Toledo, explicaba que volverá a concurrir por Barcelona. Los altos mandos del PSOE, PP, Podemos y Vox dieron detalles sobre sus estrategias, programas y listas, las cuales serán casi las mismas del 28 de abril en todos los casos.

Los socialistas volverán a presentar a Pedro Sánchez; Podemos tendrá que luchar con la cruz de haber fracasado su insistencia de un Gobierno de coalición y evitar una fuga de votantes. Los partidos de derecha, en cambio, tienen claro cómo jugar: todos los disparos a Sánchez. Prueba de ello es Albert Rivera, quien no ha dejado de criticar al gobernante en cada intervención pública que ha tenido. De momento la alianza España Suma, propuesta por el PP para juntar a las agrupaciones derechistas, no se vislumbra como una realidad.

El jefe conservador, Pablo Casado, sostiene que Rivera simplemente no ve sentido a la coalición en cuestión, tal y como piensa también Vox. Rivera explica que la alianza no es inteligente, pues de hecho restaría votantes a los tres partidos participantes. Lo más útil, razona, es añadir votos y escaños tras concurrir como marcas separadas para luego intentar formar un Gobierno alternativo al socialista. Si todo sale según su plan, no tardará más de un mes en conseguirlo, basando su argumento en lo conseguido en Andalucía.

En el Partido Popular, en cambio, no confían en que Ciudadanos sepa aprovechar el disgusto de los votantes el 10 de noviembre. También asumen que tanto el PSOE como Podemos e incluso Vox podrían mantener el tipo, pero temen que votantes naranjas se fuguen rumbo al PSOE puesto que Rivera esperó hasta el último momento para mover alguna ficha en el tablero cuando propuso una abstención al presidente.

El PSOE apunta a ganar las elecciones de otoño según las encuestas, pero lo cierto es que tienen un serio dilema ante sí. El partido oficial debe encontrar alguna forma de convencer a los españoles de que si los comicios se están repitiendo es por culpa exclusiva de Pablo Iglesias y de Podemos.

Lo que el jefe morado explicó a sus chicos es que para el electorado de izquierdas la culpa podría recaer también en Sánchez, pues entiende que habrá bastantes que no le perdonarán no haberlo incluido en el baile de La Moncloa pese a que las condiciones, según él, estaban servidas. Iglesias prepara ya una campaña de mayor presencia en los medios de comunicación pues le urge defender su recalcitrante postura de estos últimos meses. Si los resultados morados mejoran en noviembre. "a lo peor Sánchez tiene que optar por tragarse ya a Pablo Iglesias de vicepresidente o digerir que sea Pablo Casado el que llega a La Moncloa", cita El País a alguien cercano al excatedrático universitario.

Tan solo los diputados de Vox parecen estar en paz consigo mismos. No creen que el Partido Popular sea capaz de arrebatarles escaños y ahora, con una voz y marca más conocidos, podrían incluso participar en los debates de los medios públicos. Santiago Abascal, jefe de los ultraderechistas, informó que el lema será Plus Ultra, que en latín significa más allá, y que fue usado por primera vez en 1516 por Carlos I de España para manfiestar el dinamismo del nuevo Imperio español, recuerda el medio ya citado.

En la extrema derecha consideran que pueden perder alguno de sus 24 asientos, pero estos diputados no tendrían casi ningún problema en retomar sus antiguas carreras. De igual forma, se sienten orgullosos de haber "colocado en agenda y hacer virales" muchos de sus temas y gracias a la gran subida a las tarimas de Absacal, quien cerró con su intervención la legislatura con una intervención al ministro de Política Territorial, Luis Planas, en relación a las medidas que tomará para detener lo que calificó como "nueva ofensiva golpista" iniciada por Quim Torra, presidente de Cataluña.

En los despachos de Vox todavía no saben por qué exactamente Abascal había pasado de preguntar por primera y última vez en la sesión de control a Sánchez. El sector más duro dijo que fue algo puramente estratégico. Esta semana ese privilegio no era ni de Iglesias ni Rivera. Abascal mismo no sabé dar una explicación convincente.

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