El Gobierno de Temer desciende al 7% en su índice de aprobación en Brasil
Según un sondeo del Instituto Datafolha, los números del mandatario no electo son los peores desde 1989.
Asumió las funciones de presidente con un fuerte rechazo de la población brasileña, el cual no ha decaído en su andar. Rodeado de escándalos y con los ojos de la justicia posados sobre él, Michel Temer tiene el nivel de aprobación más bajo de un Gobierno brasileño en casi 30 años.
Según un estudio publicado este sábado, por el diario Folha de Sao Paulo, la popularidad del mandatario brasileño, que se ubicaba en un 9% en abril, ha decaído considerablemente, ubicándose en la actualidad en un 7%. El repudio de la población hacia el político se ha acrecentado tras las revelaciones hechas por ejecutivos de JBS que dejaron al mandatario en el epicentro de una crisis política.
El sondeo realizado por el Instituto Datafolha, en el que se entrevistó a 2.771 personas entre el 21 y 23 de junio en 194 ciudades, tiene un margen de error de dos puntos porcentuales y un nivel de confianza del 95%. Los resultados indican que los números de Temer son los peores desde que en 1989 el entonces presidente José Sarney, lograra un índice de aprobación de sólo el 5%. El estudio también revela que la gestión del jefe de Estado fue calificada por el 69% de los encuestados como pésima y por el 23% como regular, puntos que para Sarney en su tiempo, habían sido 28 años atrás del 68% y el 24% respectivamente.
La anterior encuesta de Datafolha, publicada el pasado mes de abril, revelaba que Temer tenía una aprobación del 9%, siendo así que el 61% de los encuestados consideraba su gestión como pésima y otro 28% como regular. En términos de desaprobación, Temer sólo pierde frente su antecesora Dilma Rousseff, quien en agosto de 2015 llegó a un 71% de calificación pésima, y supera el 68% de septiembre de 1992 cuando Fernando Collor de Mello de fue destituido.
La imagen de Michel Temer se ha visto fuertemente manchada por los constantes escándalos de corrupción. Actualmente el mandatario enfreta causas abiertas por delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita. El pueblo ha tomado las calles con enardecidas manifestaciones en su contra y exigiendo su renuncia, lo que el Presidente a ignorado con lujo de indiferencia. A sabiendas de la desaprobación de los brasileños y de la terrible crísis política en la que se encuentra inmerso, el gobernante ha insistido en mantenerse en el poder a toda costa. "El Gobierno llegará hasta el 31 de diciembre de 2018", proclamó recientemente.
