El Gobierno de Sánchez usó la patrulla Águila para provocar en el Día da Patria Galega

La Patrulla Águila en Santiago. / Mundiario
La patrulla Águila en Santiago. / Mundiario

Cuando docenas de miles de ciudadanos gallegos celebraban el Día Nacional de Galicia, el espectáculo supuso un grave despilfarro de recursos públicos y un gesto inamistoso, propio del peor colonialismo.

El Gobierno de Sánchez usó la patrulla Águila para provocar en el Día da Patria Galega

El pasado domingo, 25 de julio, Galicia celebró su Día Nacional, el Día da Patria Galega y el BNG continuó su tradición de llenar las plazas compostelanas de A Quintana y Praterías y calles adyacentes, recuperando tradiciones prepandémicas. El soberanismo gallego está ahora fuerte de mente y pletórico de energías (aunque el futuro presente tantas dudas y legítimos temores sobre la deriva gallega, del Estado, de Europa y del mundo) y la tónica fue de entusiasmo y adhesión a su líder Ana Pontón, a quien aprueban en encuestas hasta muchas personas que dicen votarán al PP.

El protagonista, además de Ana Pontón fue el líder republicano catalán Oriol Junqueras, ovacionado  por miles de patriotas gallegos en un indudable reconocimiento personal y político que demuestra, si, la conexión entre BNG y ERC, pero sobre todo la conexión entre el soberanismo gallego y el soberanismo catalán, no siempre tan nítida, aunque entre agosto y  diciembre de 2017 hubo importantes muestras de solidaridad gallegas con el procés soberanista  en las calles y plazas gallegas.

Es indudable que BNG, ERC y EH BILDU se entienden y comparten una estrategia de futuro. Pero también es cierto que, en este 25 de julio, no faltaron personas en el entorno de la directiva soberanista gallega que, con todo el respeto por la estrategia de ERC, cuestionaban su voto favorable el miércoles 20 al  Decreto-Ley sobre los empleados públicos interinos, salvando “in extremis” (al final votaron a favor 170 y en contra 169 diputados) al Gobierno Sánchez de una derrota segura sin obtener compromiso de modificación sustancial de su contenido. Una derrota que probablemente le hubiese devuelto a Sánchez Pérez-Castejón a su realidad de Gobierno sostenido por una minoría precaria. El voto favorable de ERC contrastó  con los votos negativos de JuntsxCat, Pdecat, CUP y BNG  y con  la abstención del PNV.

El momento político coyuntural, verdaderamente, parece darle la razón a los que dudaban del voto salvador de ERC del 20 de julio, tanto en Galicia como en Catalunya. En  Galicia, la rebaja de los peajes de la AP-9 que entró en vigor este fin de semana (la vía transversal del País, que transita de Ferrol a Vigo pasando por A Coruña, Santiago de Compostela y Pontevedra, conectando 2 de los 2,7 millones de gallegos previo pago de 40 € ida y vuelta) constituía un elemento central del pacto de investidura con el BNG, pero el PSOE ha intentado retrasar lo máximo posible su entrada en vigor y oscurecer el esencial papel del BNG en su consecución, cuando rentabilizó su único voto en la investidura de Sánchez al fallar el PRC y CC. Por otra parte, el compromiso coetáneo de transferir a la Xunta esta AP-9 ha sido incumplido, llegando a presentar el PSOE una enmienda para que no se traspase su titularidad, sino simplemente su gestión.

Pero, en lo simbólico, el otro foco de atención informativa del 25 de julio (la Ofrenda del Jefe del Estado al Apóstol Santiago) dejaba un muy desagradable  impacto en el ánimo de cientos de miles de gallegos. Porque se despilfarraron ingentes recursos públicos para que el Jefe de Estado, su esposa, sus dos hijas y el Presidente del Gobierno español concurrieran al ceremonial de dicha Ofrenda estatal, en un desacertado y caduco ceremonial españolista y clerical, totalmente alejado del espíritu del Santiago Zebedeo acogedor de peregrinos y animador de los caminos que construyeron en la Edad Media Europa y Galicia como nación europea, hasta nuestra incorporación en 1480 a la Corona de Castilla.Y, en el cénit de la manifestación soberanista, la Patrulla Águila del Ejército del Aire español, con modales propios del peor colonialismo, dibujaron en el cielo compostelano una bandera monárquica española que estaba totalmente fuera de lugar en una fecha como la del Día Nacional de Galicia, con docenas de miles de personas reivindicando la bandera azul y blanca. ¿Cuánto habrán costado el combustible, dietas de desplazamiento y otros gastos motivados por las cabriolas de esta Patrulla Águila? ¿Es ésta la idea que tiene Pedro Sánchez de la plurinacionalidad del Estado?

El despilfarro de recursos públicos, la desmadejada presencia de la Familia Real en Galicia y la provocación de los aviones militares españoles son de la pura responsabilidad de Sánchez como Presidente del Gobierno del Estado

Pues bien, el despilfarro de recursos públicos, la desmadejada presencia de la Familia Real en Galicia y la provocación de los aviones militares españoles son de la pura responsabilidad de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno del Estado. Por eso se respiraba indignación contra el PSOE entre los soberanistas del BNG este Día da Patria, lo que es totalmente compatible con la admiración a Junqueras y la alianza con ERC, aunque marque ciertamente un camino propio. El de la prevención  y el del  escepticismo frente a Pedro Sánchez y su entorno.

Y es que coinciden algunos dirigentes del BNG, como también del PNV (el domingo Urkullu no iba a ir a la próxima pasada Conferencia de Presidentes, lo que cambió en las últimas horas por esa línea de teléfono rojo de Ajuria Enea-¿o Sabin Etxea?- con Moncloa que tan rentable resulta a la ciudadanía vasca) y de JuntsxCat (y seguro que de ERC, por lo menos en privado) en la desconfianza ante un nuevo Gobierno Sánchez que procura demostrar claramente su frialdad ante la plurinacionalidad estatal, como hizo este 25 de julio en Galicia llegando incluso a la provocación.

El PSOE de después del reciente cambio de Gobierno está encantado de haberse conocido y mira por encima del hombro a sus socios soberanistas (a unos más que a otros, pero a todos en general) por encima del hombro como si le debieran incondicionalmente los votos (defecto en el que incurrió el PSdeG en sus únicas experiencias de gobierno en Galicia, el tripartito con CG y PNG-PG entre 1987 y 1990 y el bipartito con el BNG entre 2005 y 2009). Además, como ha escrito certeramente el periodista catalán David González, se permiten el lujo de excluir de su reflexión política e ideológica en su próximo Congreso Federal del otoño cualquier reforma constitucional ya no sólo que reconozca el derecho a decidir de Catalunya, sino que modifique mínimamente el marco juridico-político hacia un reconocimiento y articulación de la plurinacionalidad del Estado. Con Pedro Sánchez middle 2021 el PSOE se ha olvidado de su propuesta de reforma constitucional de 2017 (enunciada por el propio Sánche). Por olvidarse hasta se han olvidado de la Declaración federalista de Santillana (ZP, 2003).

Y, claro, uno conecta estas provocaciones gratuitas y estas omisiones en la agenda congresual que marcará el rumbo del partido que hegemoniza la gobernanza estatal con la apelación a la lección que han debido aprender los catalanes de la nueva ministra supuestamente encargada de la gestión de la pluralidad nacional del Estado, lo relaciona con los dos años que restan de legislatura y con inequívocos atisbos de que vuelve el PSOE jacobino y se pregunta que frutos posibles podrá dar una estrategia de diálogo bilateral entre Catalunya y el Estado  en los próximos dos años. Porque encalló la reforma del Código Penal respecto del delito de sedición, sin la cual no habrá soluciones a la situación de las personas exiliadas. De la amnistía no se sabe, la Fiscalía continúa su función inquisitorial contra buena parte de las 3.200 personas represaliadas y resulta en la práctica imposible mantener frente al Tribunal de Cuentas el principio fundamental de que la Administración Pública mantenga indemnes a sus servidores de los eventuales daños que les irrogue su gestión.

Comparando comparando, la estrategia de europeización del conflicto en el marco de una confrontación pacífica e inteligente, parece que ha obtenido por ahora los principales frutos, tanto en el ámbito judicial europeo, como en el político (Consejo de Europa y ONU), así como en el de la presencia en la sociedad civil articulada. Y uno se pregunta si esta inacción, que coincide además con una época de malas palabras y faltas de respeto, puede durar dos años. @mundiario

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