El Gobierno de Cristina Cifuentes está en jaque tras un conflicto interno

El Gobierno de Cristina Cifuentes está parado sobre arenas movedizas. Sus diputados, unidos a los de Ciudadanos, con quienes firmó un acuerdo de legislatura, suman 65, mientras que el PSOE y Podemos suman 64. Ese único dígito de diferencia podría alterar y dificultar las cosas para la del PP debido al reciente conflicto interno en el partido por el que una diputada ha decidido renunciar a su puesto por supuesto acoso del portavoz del grupo popular. Ahora, el partido de la gaviota sabe que quedará en un escenario en el que C's ya no será suficiente.

El conflicto nace de las acusaciones por acoso laboral de Enrique Ossorio, portavoz del grupo. Los constantes regaños y humillaciones de Ossorio llevaron a la diputada Elena González-Moñux a demandarlo y posteriormente dejar su escaño por depresión. El portavoz, no obstante, ha comunicado que dicha acusación es falsa y prepara una demanda por injurias y calumnias. Encima de eso, el bloque entero del partido ha manifestado su apoyo a Ossorio.

Este contratiempo podría arrastrarse al Gobierno de Cifuentes. Si al final González-Moñux decide no presentarse a la votación, la misma quedará en empate. Pese a que los naranjas no siempre votan de la mano con el PP, su apoyo es esencial para el triunfo popular, cuya acción de gobierno en estas fechas incluye la de los presupuestos del año entrante. Si no asiste la situación quedará en empate, un escenario en el que los partidos tendrán derecho a presentar sus textos legislativos dos veces más. Si el problema persiste, la iniciativa decae y no podrá ser aprobada.

En los despachos del PP confían en que González-Moñux vuelva y el partido tenga al final el voto de sus 47 escaños. No obstante, tampoco descartan que, con todo y eso, su mayoría en la Asamblea pierda un voto. "Todavía no nos ha dicho nada, pero esperamos que vuelva", dice Isabel Díaz Ayuso, portavoz adjunta del PP, o lo que es lo mismo, el punto medio entre Ossorio y González-Moñux.

Díaz Ayuso apoya el discurso de que el supuesto acoso laboral jamás existió. "La relación y el trato que hay con todos los diputados es muy buena. No hay un ejemplo de que a unos se les trate de a una manera y a otros de otra", dice. También espera que su colega se reincorpore rápidamente al grupo. "Yo creo que va a volver todo a la normalidad, la política es su vida, este es su sitio, este es su grupo", comenta y añade que si no regresa, es porque sus objetivos distan de los del partido.

La portavoz adjunta también le resta importancia al tema de la votación. Según ella, no es tampoco un gran aprieto, pese a que el PP cada vez pierde más votaciones. De hecho, en el partido cada vez se hacen a la idea de un escenario como ese. Si es necesario abrir un poco más la mente para negociar con el PSOE, el partido está dispuesto a hacerlo, asegura.

El PP así está dejando claro que no le tiene miedo al potencial panorama que se encontrarán en la Asamblea. No obstante, sí descartan que todo desenlace en una moción de censura, pues no creen que su diputada se preste para ello. Así las cosas, la única opción es sí o sí sumar a Ciudadanos. "Ni en 100 vidas Ciudadanos pactaría eso con Podemos", taja Díaz.

Pero la moción de censura no es un asunto nuevo. De hecho, ya a principios de año cuando Ciudadanos, Podemos y el PSOE negociaron para el pacto de investidura de Pedro Sánchez, la opción recorrió la mente de los participantes, especialmente de los socialistas. La idea del PSOE era firmar un acuerdo que dejara fuera de combate a Cifuentes y así dejar la posibilidad abierta para un acuerdo a nivel nacional, pero el proyecto jamás trascendio.

Ahora, las opciones del PSOE y Podemos aumentan si González-Moñux se les une. Eso sí, la diputada no ha dado pistas de que desee hacerlo. En entrevistas recientes ha dejado claro que se siente orgullosa de ser del PP y por respeto a sus compañeros no denunció a Ossorio ante los tribunales.@hmorales_gt