Gira centroamericana: la presidenta de Taiwán estrecha lazos con Guatemala y Belice

Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, y Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala. / @DrGiammattei
Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, y Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala. / @DrGiammattei

Tsai Ing-wen busca estrechar las relaciones diplomáticas con los países latinoamericanos, después de que Honduras rompiera con Taipéi para establecerlas con China.

Gira centroamericana: la presidenta de Taiwán estrecha lazos con Guatemala y Belice

Un templo maya ha sido el escenario en el que la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-Wen, y su homólogo guatemalteco, Alejandro Giammattei, se estrecharon las manos este fin de semana, un gesto que simboliza el remanente del compromiso latinoamericano con el reconocimiento de Taipéi como capital de China, después de que Honduras anunciara la ruptura de relaciones con la isla autogobernada para inmediatamente establecerlas con Pekín como la China legítima.

La alianza entre Guatemala y Taiwán ha sido renovada justo en medio de la ofensiva diplomática de Pekín en América Latina.  Que el sitio arqueológico de Tikal “sea hoy testigo del fortalecimiento de la amistad entre nuestras naciones”, ha dicho la viceministra de Cultura guatemalteca, Jenny Barrios, en presencia de los dos mandatarios frente a la pirámide conocida como el Templo del Gran Jaguar, donde admiraron una ceremonia maya y un juego ancestral de pelota tradicional.

Ambos mandatarios sostuvieron una reunión en la noche del sábado, en la que Tsai agradeció a Giammattei el apoyo de Guatemala cuando China desplegó sus maniobras militares en los alrededores de la isla autogobernada, después de la visita de la expresidenta de la Cámara de Representantes de EE UU, Nancy Pelosi, que desató la furia de la China continental y elevó las tensiones del gigante asiático con los Estados Unidos, que ha derivado en una crisis diplomática con aires de la Guerra Fría.

Tsai también destacó que “Guatemala es un sólido aliado diplomático de Taiwán”, en realidad uno de los pocos que le queda en el mundo. Por su parte, Giammattei reiteró el compromiso latinoamericano con “el reconocimiento de Taiwán como una nación independiente y como la única y verdadera China”. La líder taiwanesa tiene previsto después llegar a Belice, su otro último aliado en Centroamérica, para sostener un encuentro cara a cara con el primer ministro Johnny Briceño.

El domingo, Tsai asistió al evento de entrega oficial del Hospital de Chimaltenango, ubicado en el departamento del mismo nombre, un centro sanitario de gran calado que ha sido donado por el Gobierno taiwanés y cuya construcción demoró unos 18 meses. La creación del centro hospitalario pasó por un millonario escándalo de corrupción bajo el Ejecutivo de Giammattei, que ha resultado en la detención del viceministro de Salud guatemalteco, tras varios días prófugo, por ser acusado de defraudar al Estado con la supuesta compra falsa de 8.5 millones de dólares en equipo médico fantasma.

Los aliados de Taiwán en América Latina

La gira centroamericana de Tsai se produce una semana después de que el Gobierno de Honduras rompiera relaciones diplomáticas con Taiwán, establecidas originalmente en 1943, para reconocer a Pekín como la capital de China inmediatamente al día siguiente. El domingo tuvo lugar una ceremonia oficial en la que el ministro de Exteriores hondureño, Eduardo Reina, y su homólogo chino, Qin Gang, han firmado un comunicado conjunto en el que queda constancia que Tegucigalpa reconoce a la República Popular de China.

El documento establece que Honduras “reconoce la existencia de una sola China en el mundo”, al Ejecutivo comunista de Pekín como el único Gobierno legítimo y que “Taiwán forma parte inalienable del territorio de China”. También se conoció que la presidenta hondureña, Xiomara Castro, visitará al gigante asiático próximamente. Se trata de una reducción de la lista de 13 países que siguen reconociendo el estatus político de la República de China, cuya mayoría está en América y en Oceanía.

América Latina ha sido un terreno disputado desde que ocurrió la ruptura de China en 1949, al final de la guerra civil china, cuando entonces el bando nacionalista y oficialista capitaneado por Chiang Kai-shek perdió frente a los comunistas de Mao Zedong, por lo que el Gobierno fue obligado a replegarse a la isla de Taiwán, donde se estableció la República de China, mientras que el Partido Comunista se expandió a lo largo y ancho del gigante asiático hasta su territorio actual. Desde entonces, ha habido una disputa territorial importante, con Pekín considerando a Taiwán como una provincia rebelde con la que debe reunificarse a toda costa.

La mayoría de los países americanos, especialmente los centroamericanos, se rehusaron a reconocer al Gobierno comunista como la verdadera China, mientras que Taipéi conservaba su puesto dentro de la ONU. Sin embargo, con el paso de los años Taiwán ha ido perdiendo aliados gracias a la política de “Una sola China”, una condición que obliga a los demás Estados a reconocer a uno de los dos Gobiernos para mantener relaciones diplomáticas, un requisito que llevó a muchos países, incluso EE UU, a reconocer a Pekín para tener acceso al gigante asiático. @mundiario

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