La Generalitat da un paso al frente y exige trato exclusivo de La Moncloa

Meritxell Budó, portavoz del Govern. / Twitter
Meritxell Budó, portavoz del Govern. / Twitter
A Quim Torra y su séquito no le ha sentado bien la promesa de una llamada telefónica y lanza sus exigencias.
La Generalitat da un paso al frente y exige trato exclusivo de La Moncloa

Quim Torra ha dado un paso adelante en sus exigencias al Gobierno central. Tras reclamar en persona y mediante terceros que Pedro Sánchez se negaba a contestar sus llamadas telefónicas, el presidente catalán ahora ha dicho que de una llamada siempre no es suficiente y quiere sí o sí una relación bilateral.

Su exigencia llega luego que Sánchez anunciara el miércoles que se pondría en contacto con Torra y con los demás gobernantes autonómicos. El gesto, no obstante, no ha hecho mella en la Generalitat, que lo ha calificado de "vacío y estéril".

En Barcelona se respondió este mismo jueves al anuncio del socialista mediante Meritxell Budó, portavoz del Govern, que avisó que en el Parlament una llamada telefónica no bastará para hacer frente a la situación política de la comunidad, sino que debe haber un gesto de "respeto institucional". La Generalitar rebota así lo que han calificado de "café para todos" y demanda que haya una auténtica relación entre Barcelona y Madrid. En otras palabras, quieren que Torra tenga un lugar especial en el catálogo de contactos de Sánchez.

"El tema no se soluciona con una llamada de Pedro Sánchez dentro de una ronda de llamadas a los presidentes de las 17 comunidades autónomas", explicó Budó, quien aprovechó la oportunidad para repetir que es necesario que "el conflicto político de Cataluña se solucione desde la política".

Como sea, quiso reconocerle a Sánchez que el hecho que éste reconociera que hay un conflicto político en Cataluña es ya "un paso importante". Budó hizo referencia al comunicado que emitieron en conjunto el PSOE y ERC a la salida de una de las tres reuniones bilaterales que han sostenido para negociar la abstención de los republicanos en la votación de investidura de Sánchez.

Ese marco bilateral es el que ahora demandan los separatistas para plantear su reivindicación del "derecho de autodeterminación" y lo que señalan como "fin de la represión" en alusión a los procesos judiciales abiertos. La forma de hacer frente a ello es la que se mantiene sobre la mesa de negociaciones entre ambos partidos, aunque de momento no se ha llegado a ningún acuerdo.

Budó también reclamó que debe estarse "a la altura del momento político y encarar el conflicto con valentía y coraje". Debido a eso rechaza lo que se interpreta como "gestos vacíos y estériles", como la promesa de Sánchez de llamar a Torra.

Siguiendo ese discurso, Laura Borràs, portavoz parlamentaria de Junts per Catalunya, calificó este jueves de "una cuestión de mínimos" que se haga una charla telefónica entre ambos presidentes.

ERC sabe que esto tensa un poco más la cuerda. Pere Aragonès, hombre fuerte de la Esquerra y vicepresidente de la Generalitat, ha despejado las preguntas sobre el tema y dijo que "la negociación corresponde a los partidos, y que, en todo caso, siempre defenderán una comunicación entre instituciones". @mundiario

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