El Gatopardo peruano: los acomodos de la aristocracia más rancia

Libro El Gatopardo.
Libro El Gatopardo.

La izquierda peruana es el Gatopardo porque la gran mayoría provienen de la aristocracia más rancia, pero por un acomodo político representan al espectro de la izquierda.

El Gatopardo peruano: los acomodos de la aristocracia más rancia

“Sí nosotros no participamos también, esos tipos son capaces de encajarnos la república. Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie.”

 

Extracto de la novela política El Gatopardo de autoría del italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa.

Este extracto es cumbre en dicha novela.  Corresponde a la respuesta de Tancredi Falconeri a su tío, el príncipe Don Fabrizio Salina, por el apoyo del primero a la unificación italiana. Estos dos personajes representaban a la aristocracia más rancia del reino de las Dos Sicilias (entonces gobernada, por la dinastía de los Borbones).

El Gatopardo nos narra (con una riqueza única) la invasión de los “camisas rojas” de Garibaldi a la isla de Sicilia y como esta situación afectó al príncipe Fabrizio Salina.

La familia Salina representó a la aristocracia más rancia de Sicilia. El príncipe Fabrizio sabía que el triunfo de la unificación italiana (como finalmente sucedió) significaría el final de su noble familia y de todas sus prerrogativas, a través, de su sobrino Tancredi, se aseguró que la familia Salina siga contando con sus privilegios nobiliarios.

La caída de la dinastía de los Borbones (reino de las Dos Sicilias) y el ascenso de la dinastía de los Saboya (reino de Italia) no cambió la privilegiada posición de los Salinas, gracias al apoyo de Tancredi al ejército de Garibaldi.

Que cambie el nombre del país (de Dos Sicilias a Italia) y de la dinastía gobernante (de Borbones a Saboya), pero jamás cambió la posición encumbrada de los Salinas.

La reflexión que nos deja esta novela política es como (casi siempre) la aristocracia más rancia, realiza acomodos políticos para seguir manteniendo sus privilegios de clase.

En mi país (el Perú) se denomina izquierda caviar al sector político que proviene de la aristocracia más rancia, a pesar de su alcurnia, que profesan y representan a la izquierda.

La izquierda peruana es el Gatopardo porque la gran mayoría (por no decir, todos) provienen de la aristocracia más rancia, pero por un acomodo político representan al espectro izquierda. ¿Por qué? La sencilla razón es que esta aristocracia dará eterna lucha para mantener sus privilegios sobre la inmensa mayoría peruana, pero para pasar “piola” tienen que manejar un discurso izquierdista o reivindicativo en lo socioeconómico.

¿Acaso hemos visto a dirigentes de la CGTP o del SUTEP como líderes del Frente Amplio u otro movimiento de izquierda peruana? La respuesta cae como la manzana en el suelo, por el efecto de la gravedad.

Para mí no es incomprensible que una Frish, una Glave Remy, un Dammert Ego Aguirre, sean las cabezas más representativas y mediatizadas del Frente Amplio (es lógico, tienen que mantener los privilegios de su clase). Lo que no comprendo es como los Mamanis, los Sánchez, los Humaníes, los Quispes y miles de apellidos del Perú emergente y emprendedor puedan terminar votando por la izquierda gatopardista.

¡Abran los ojos, los utilizan!

Esa izquierda gatopardista jamás les permitirá ser los soles, en cualquier movimiento que represente a la izquierda peruana.

PD: Mi fuente es El Gatopardo, de autoría de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, segunda edición del año 2012, de Alianza Editorial (Madrid, España). 445 páginas.

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