Garzón y Montero, ministros sin competencia conocida antes exigida

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Irene Iglesias y Alberto Garzón
En sus anteriores contactos con Podemos, Pedro Sánchez afirmaba que no podía aceptar que le colocaran en el Gobierno a personas sin contraste ni experiencia conocida ¿Qué ha cambiado?
Garzón y Montero, ministros sin competencia conocida antes exigida

Dentro del reparto de cartera a que se ha visto obligado Pedro Sánchez con Podemos y sus consocios, hay dos realmente sorprendentes que constituyen la evidencia del grado hasta el que ha tenido que tragar el doctor Sánchez. El primero es el secretario general de lo que queda del naufragio del Partido Comunista Alberto Garzón, para quien el único modelo de consumismo sostenible es el de Cuba. Pese a su apresurado borrado de los tuits donde tales cosas afirmaba, la evidencia es imborrable.

El segundo caso es el de Irene Montero. Circula en las redes unas declaraciones suyas a una televisión, donde poniendo diversos ejemplos se refiere críticamente a lo que ahora es su propio caso; es decir, la que llega a un cargo por ser la esposa de otro que ya ocupa un cargo. La inclusión del matrimonio Iglesias Montero en el Gobierno, aparte de ser una novedad, es otro reflejo de que Podemos aporta al Gobierno dos ministros que lo serán “porque sí”.

Se supone que, dentro del propio Gobierno de coalición, las personas que van a asumir responsabilidades tienen experiencia, competencia o contraste adecuada para asumir el cargo que les cae encima. Y lo decía claramente el doctor Sánchez cuando comentaba porque no permitió el riesgo de que, en sus primeras negociaciones, Podemos le colocara en el Gobierno a personas sin experiencia e inadecuadas para los ministerios y otros altos cargos que pretendían.

¿Es que ha cambiado algo? Si la necesidad perentoria de Pedro Sánchez de seguir en la Moncloa a costa de lo que sea, empezado por tragarse sus propias palabras y hacer blanco lo que era negro.

Siendo grave el efecto de llevar al consejo de ministros al matrimonio de la “dacha” que ayer presumía de vivir en arrabal obrero, lo de Garzón resulta más pintoresco por las propias afinidades del nuevo ministro y sus ideas sobre el consumo. No deja de tener cierta gracia de que en su día Sánchez dijera que Podemos era un proyecto populista que conduce, entre otras cosas “a las cartillas de racionamiento”. Garzón es la otra pata de Unidas Podemos, y desde luego, admira el sistema que rige en Cuba donde la precariedad y la escasez, menos para su “nomenklatura” y los extranjeros sigue presente.

Garzón, en el mensaje que ha sido borrado de la red social afirmaba que"el único país cuyo modelo de consumo es sostenible es Cuba" y que se remitía a un artículo publicado en el diario “Público” y firmado por el filósofo Carlos Fernández Líria en el que insistía en esa teoría afirmando que "solo hay un país en el mundo que, por ahora al menos, tiene un desarrollo aceptable y sostenible a la vez: Cuba".

 En cuanto a Irene Montero, tanto ella como su esposo Pablo Iglesias no se cansaron de señalar la anomalía democrática de que la esposa, la hija, la pareja o la parienta de un personaje de la política sea elevada a un cargo o un rango por esta condición. Es una más de las contradicciones que refleja aquel viejo refrán español de “Consejos vendo, para mí no tengo”.

¿En que se basa Pedro Sánchez en colocar a la señora de Iglesias en su Gobierno? @mundiario

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