Las fuerzas policiales, a punto de perder el crédito que les otorgó la democracia

Javier Ortega Smith y Santiago Abascal, de Vox, con Jusapol. / Twitter
Javier Ortega Smith y Santiago Abascal, de Vox, con Jusapol. / Twitter
Algunos están haciendo que la policía española dé mucho miedo por su deriva antidemocrática, y tirando por tierra la dignidad que la democracia ha tratado de poner en sus manos.
Las fuerzas policiales, a punto de perder el crédito que les otorgó la democracia

Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado están siendo minados por una actuación torpe y partidista de los sindicatos policiales. La manifestación que convocó Jusapol para el sábado 27 de noviembre a favor de la ley mordaza, a cuya convocatoria se sumaron gregariamente los restantes sindicatos policiales, por el temor de perder seguidores, se basó en varias mentiras repetidas, y cometió el error de tirar por tierra la neutralidad que exigen a los cuerpos y fuerzas policiales la lógica democrática y  la legislación que las regula.

Unos policías que se saltan las reglas del Estado democrático y que mienten a la sociedad que los sostiene y que paga su salario, lo único que hacen es socavar el crédito que les concedió la democracia (no lo ganaron ellos, dado su origen), y generar una sensación de dudas e indefensión entre los ciudadanos. Pierden, en una palabra, autoridad moral, y generan la sospecha de que son más partidarios de un Estado policial que de un Estado de Derecho.

Y –sin ese crédito– a muchos ciudadanos nuestra policía comienza a generarnos miedo. Porque si son capaces de movilizarse basados en una mentira, ¿quién nos garantiza que van a decir la verdad cuando tengan que redactar un atestado o un acta sobre cualquier intervención o incidencia que afecte a nuestros derechos, y en este caso a nuestros derechos fundamentales de expresión y reunión?

Dice Jusapol que el proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana, que modifica la llamada “ley mordaza”, hace que los informes de los agentes policiales “pierdan presunción de veracidad, pasando a tener presunción de culpabilidad”. Y eso es radicalmente falso. Porque lo único que el proyecto de ley plantea es que dichos informes han de ser suficientemente justificados: lo mismo que han de serlo las sentencias de los jueces, por ejemplo. Es lógico y saludable que no baste la mera afirmación de un agente de la policía para incriminar o responsabilizar a un ciudadano. Eso sería propio de un estado policial y no de un Estado de Derecho.

Dice Jusapol que el proyecto de ley, “al permitir grabar la actuación de los agentes pone en riesgo su seguridad y la de sus familias”. Y eso es mentira, por varias razones. La primera, porque grabar la actuación de los agentes ya se puede hacer, antes del proyecto de ley de Seguridad Ciudadana, a partir de la sentencia del Tribunal Constitucional 172/20 de 19 de noviembre de 2020, cuando anula la prohibición de dichas grabaciones “sin autorización”. La segunda, porque el proyecto de ley de Seguridad Ciudadana prohíbe difundir las imágenes grabadas “si está en riesgo la seguridad de los agentes”. Y mentir, señores de Jusapol y seguidores gregarios, pone en entredicho la credibilidad de la policía.

Y lamento mucho tener que decirlo, pero una policía cuyos sindicatos, y los agentes que les siguen, se movilizan en nombre de esas mentiras, sencillamente da miedo. Por cierto, ¿qué casta de sindicatos se rebela con falsedades contra un proyecto de ley del Gobierno, y no tiene en cuenta una verdad incuestionable, y que tiene que ver tanto con las condiciones de trabajo como con la retribución salarial (temas propios de los sindicatos): en los últimos tres años, el Gobierno ha provisto a la policía de 13.000 nuevas plazas netas, y a la Guardia Civil de 8.000 nuevas plazas netas, y les ha proporcionado una subida salarial media del 21,5%. Pero esa verdad la ocultan, para poner de relieve las mentiras en defensa de la ley mordaza. Un síntoma claro de intención ideológica y política, contraria a su obligada neutralidad política absoluta que marca el articulo 5 de la ley que regula a los cuerpos y fuerzas de seguridad.

La Constitución Española, en su artículo 104 dice que “Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, bajo la dependencia del Gobierno, tendrán como misión defender el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana”.

Y la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en su artículo 51, a) y b) determina que éstos deben “ejercer su función con absoluto respeto a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”, y “actuar en el ejercicio de sus funciones con absoluta neutralidad política e imparcialidad, y, en definitiva, sin discriminación alguna por razón de raza, religión u opinión”.

Y en la manifestación de ayer, los policías asistentes (aunque fue patente que muchos asistentes no eran policías) rompen ese absoluto respeto a la neutralidad política, porque permiten –y probablemente han buscado– el acompañamiento de los partidos de la derecha y de la extrema derecha. Por tanto, están incumpliendo la Ley que establece sus funciones, derechos y obligaciones. Y una policía que incumple la ley da mucho miedo.

Y da mucho miedo una policía que se manifiesta junto a una extrema derecha que sostiene no solamente en sus programas, sino en sus propuestas parlamentarias y de gobierno, unos planteamientos xenófobos. Y la Ley de Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado obliga a éstos a la “absoluta neutralidad política”, “sin discriminación alguna por razón de raza”. Y una policía que camina junto a xenófobos y racistas, como ocurrió el pasado sábado, da mucho miedo.

Y esa misma ultraderecha que los acompaña niega la existencia de una peligrosa plaga social como es el maltrato de género. Y lo hace no sólo en su programa, sino en sus intervenciones parlamentarias y en sus condiciones para apoyar acciones de gobierno. Y da mucho miedo una policía que no tenga las ideas claras sobre el maltrato de género, y que dé muestras de indiferencia y falta de principios sobre el “ordenamiento jurídico” (como dice el artículo 5 de “su” Ley) en relación con este hecho.

Jusapol y los otros gregarios sindicatos policiales hacen un flaco favor a las policías convocando una manifestación como la del sábado. Porque además lo hacen en defensa de una ley (la ley mordaza) recriminada desde la propia Unión Europea. Ya en 2018, la Comisaria de Derechos Humanos de la Unión Europea escribió una carta a los presidentes del Congreso y del Senado de España señalando, acerca de esa denostada ley “limitaciones potencialmente desproporcionadas al ejercicio de la libertad de expresión y reunión”.

Y, por si fuera poco, en enero de este año, un órgano consultivo del Consejo de Europa como es la Comisión de Venecia instaba a España a revisar esa ley, dando la voz de alarma sobre “su potencial represivo”.

Y la Ciudadanía de un Estado de Derecho necesita tener una policía que esté bien formada y claramente decidida a cumplir la Constitución, defendiendo “el libre ejercicio de derechos y libertades”.

Aunque sólo fuera porque el proponente de la ley mordaza es el mismo ministro de Interior que creó la llamada “policía política”, cualquier policía que tenga un mínimo respeto por los cuerpos policiales, y por su propia dignidad profesional y constitucional, estaría en contra de dicha ley, y se cuidaría muy mucho de salir a defenderla públicamente. Y menos, detrás de unas pancartas mentirosas. Y menos aún acompañado de partidos políticos. Y mucho menos, acompañado de la ultraderecha xenófoba y que no reconoce la existencia de una lacra como la violencia de género.

Lo dicho, señores manifestantes: están ustedes haciendo que la policía española dé mucho miedo por su deriva antidemocrática, y tirando por tierra la dignidad que la democracia ha tratado de poner en sus manos.

Afortunadamente existen muchos miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que no comparten ni las mentiras, ni la parcialidad de Jusapol y de los otros sindicatos policiales gregarios. Confiemos en ellos. Y confiemos en que el Gobierno tome buena nota para revisar seria y profundamente los contenidos, las formas y los sistemas de la formación de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Porque necesitan que se refuerce su carácter democrático y constitucional. @mundiario

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