¿Fue realmente dueña España de su Transición o hubo injerencias de Estados Unidos?

Cuadro de Francisco Franco.
Cuadro de Francisco Franco.
Las teorías conspirativas sobre la Transición española no se sostienen sobre bases muy sólidas porque muchas veces los testimonios de los interesados se contradicen o tienen lagunas.
¿Fue realmente dueña España de su Transición o hubo injerencias de Estados Unidos?

En 1975 España viviría una situación muy parecida a la de ahora: una turbulencia gobal en el sistema que afectaría al modo de sociedad que empezaría a gestarse. Hubo una España antes y después de 1975 y sin duda habrá una y otra España después de esta crisis. La diferencia es que entonces el elemento clave del cambio fue algo evidente y focalizado: la muerte del dictador Francisco Franco. En el 2013, sin embargo, asistimos a una catarata de predicadores y guías políticos que nos dicen una cosa y la contraria, teniendo como consecuencia la terrible desorientación que vivimos la mayoría de los españoles. No sabemos por qué hemos llegado hasta aquí ni, lo que es más importante, hacia dónde nos dirigimos. No es posible que rechacemos de manera contundente los recortes en educación y en sanidad y que, a su vez, sigamos votando al PP de forma mayoritaria, a pesar del desgaste electoral que habría sufrido desde la noche del 20-N hasta hoy.

Resulta curioso que lo único común a todas las interpretaciones y valoraciones de la Transición sea el carácter soberano que subyace en todas ellas: sería buena o mala, pero fue "nuestra" Transición. ¿Seguro? No hay más que rebuscar, bucear y estudiar con detenimiento toda la bibliografía sobre estos años para darse cuenta de que personajes tan distintos como Alfonso Guerra o el general norteamericano Walters, hablen de diversas operaciones que entrelazadas formarían una especie de estrategia política, institucional y militar que vendría a dar sentido a la frase célebre de Franco de "atado y bien atado".

Todo tendría su comienzo en 1971, cuando Estados Unidos empieza a considerar el futuro inminente de España como una cuestión primordial de seguridad y política exterior de carácter prioritario. La idea era la restauración de la monarquía en nuestro actual Rey, dejando la cuestión democrática como algo secundario, porque a Nixon lo que de verdad le importaba era la estabilidad y la permanencia de nuestro país como aliado asimétrico de la Casa Blanca, pues es preciso recordar que las relaciones España-EEUU durante el franquismo no fueron nunca entre iguales, de estado a estado, sino las que corresponderían a la naturaleza del acuerdo entre una Superpotencia y un país secundario internacionalmente como era el nuestro.

Inicialmente el almirante Carrero Blanco estuvo al tanto de la evolución de este plan a medio plazo para garantizar la transición a la muerte de Franco, pero es bastante compartido por todos los historiadores el hecho de que la CIA estuviese al tanto, como mínimo, del atentado que le costó la vida al presidente del Gobierno. ¿Podría enlazar este hecho con las teorías mantenidas por algunos académicos de la oposición de Carrero a los planes de liberalización política que existían tímidamente por entonces en sectores específicos del Gobierno como Manuel Fraga?

La cuestión es que todo se organizó entre el SECED y la inteligencia americana, dando como resultado una estructura que descansaría sobre 3 pilares:

- La operación Lucero, medidas destinadas al control de la sociedad y de la calle tras la muerte de Franco, su funeral y los días posteriores.

- La operación Diana, planificada por la plana mayor del Ejército y que preveía las maniobras necesarias ante un eventual vacío de poder tras el ataque de un hipotético enemigo

- La operación Alborada/Tránsito, donde se establecerían una serie de protocolos y de actuaciones que el Rey Juan Carlos debería de llevar a cabo en los 6 primeros meses de su reinado.

Pero no solamente la CIA controlaría así el traspaso de poderes, sino que también existe una explicación externa sobre la generosidad de las cortes franquistas al disolverse a sí mismas en la Ley de la Reforma Política de 1976. El aparente patriotismo y altruismo de los procuradores de entonces se explicarían con un informe en poder del SECED que se conocería como "Jano", que consistía en un dossier muy extenso de la vida y obra de todos los procuradores y que se utilizó para convencer a indecisos y moderar a radicales en base a supuestos excesos o acciones moralmente cuestionables que tendrían muchos de ellos en sus vidas privadas y ocultas.

Es evidente que todas estas teorías conspirativas no se sostienen sobre bases muy sólidas porque muchas veces los testimonios de los interesados se contradicen o tienen lagunas. Es seguro que solamente dos protagonistas podrían contarnos la verdad y ni el Rey lo va a hacer por motivos evidentes, ni Suárez puede ya hacerlo debido a su terrible enfermedad.

Sea como sea lo importante de esta historia es que la sociedad española fue protagonista de su destino y creyó firmemente en la democracia y la libertad como motores inevitables del cambio que buscábamos por entonces. De aquella época surgió un país con sus luces y sus sombras, pero que en los 30 años posteriores protagonizó un cambio espectacular y que era admirado por todas las democracias occidentales y países amigos. Desde un lugar peor del que estamos logramos grandes gestas y progresos. No negaré que el mundo de hoy es más complejo que el de entonces, pero es el momento de que los españoles empecemos a recuperar la fe en nosotros mismos y en la política. Ningún gobierno podrá robarnos lo que es nuestro si volvemos a defender nuestra identidad como sociedad libre y democrática. Por lo menos no más allá de 4 años. Aún quedan 2 para recomponernos. @marcial_enacion

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